• 26/12/2024

Caen los gastos con tarjeta fuera del paí­s, crecen rechazos y se encarecen los paquetes turí­sticos

El Gobierno busca frenar la salida de divisas vía tarjeteo, tras elevar el recargo y achicar brecha entre "dólar turista" y blue
24/12/2013 - 11:35hs
Caen los gastos con tarjeta fuera del paí­s, crecen rechazos y se encarecen los paquetes turí­sticos

Ya pasaron unas semanas desde que la AFIP subiera el recargo al 35% a los gastos con plásticos fuera del país.

El objetivo oficial era arrimar al llamado dólar tarjeta (oficial más el gravamen, ahora en $8,71), con el blue, que se ubica en $9,70.

Este "plan de acercamiento" tiene su razón de ser. Y es que quienes viajan no sientan que hacen negocio "reventando" sus plásticos, al poder acceder a un tipo de cambio muy por debajo del paralelo.

Ahora, esta distancia es de tan sólo $1 (11%), lo que marca el nivel más bajo del año. Cabe recordar que en mayo, por ejemplo, esa diferencia llegó a ser del 70%.

En principio, este encarecimiento en el dólar tarjeta comienza a darle algunos réditos al Gobierno, en cuanto a la mayor moderación que muestran algunos argentinos al utilizar este medio de pago en el exterior, que luego se traduce en salida de dólares del Banco Central.

En las primeras dos semanas de diciembre, la demanda de divisas por parte de los bancos para cubrir esos gastos tuvo una caída del 17%.

Así, el promedio para los primeros 10 días hábiles pasó de u$s483 millones en noviembre a u$s400 millones en diciembre.

Además, los u$s349 millones que registró el Banco Central de stock de consumos con tarjeta el último día de la segunda semana de este mes arrojaría un descenso de u$s134 millones, por lo que diciembre podría cerrar el año con un recorte superior a los u$s200 millones.

De la mano de los más de 6 millones de argentinos que cada año deciden cruzar la frontera, los plásticos se convirtieron en sus grandes aliados.

Objetivo: frenar a la salida de dólares

Desde la instauración del cepo al dólar y frente a los escasos billetes verdes que desde hace dos años viene entregando "cash" la AFIP, las tarjetas fueron y continúan siendo el sostén por excelencia de este auge de turismo internacional.

Al trazar una radiografía de los gastos, se observa que, de los u$s10.000 millones que se gastarán este año bajo este concepto, apenas un 30% corresponderá a ítems puramente "turísticos", como pasajes, paquetes, alquiler de autos u hoteles.

El grueso, en cambio, se explicará por "extras", tales como gastos en restaurantes y en esparcimiento, así como compras de ropa o de tecnología, ya sea en el exterior como a través de portales de Internet de sitios de China o Estados Unidos.

Esta fuerte sangría de dólares, que este año dejará un déficit de entre u$s7.000 millones a u$s8.000 millones -equiparable al que generará la energía- fue la que disparó nuevos controles oficiales.

En las últimas semanas el Gobierno comenzó a "entorpecer" el ingreso de mercadería comprada por particulares a través de portales de venta online, con la incorporación de nuevas trabas burocráticas.

Y, tal como diera cuenta iProfesional, en estos últimos días se multiplicó la cantidad de argentinos que, fuera del país, se están encontrando con rechazos a la hora de pagar una cena, un servicio o un producto en un shopping con plásticos en regla y que disponen del saldo suficiente para la transacción.

"Creció con fuerza el número de operaciones rechazadas en los lugares de destino", aseguró días atrás a este medio Rubén Sánchez, director de la cadena de agencias de turismo Manjes.

Esta situación, que está generando más de un problema y momentos incómodos para los titulares de estos medios de pago.

"Desde hace unas semanas estamos recibiendo cada vez más quejas de turistas argentinos que están teniendo problemas con sus tarjetas al momento de usarlas fuera del país. El sistema se las rechaza y, en casi todos los casos, se trata de plásticos que están en regla y con saldo más que suficiente", había señalado a iProfesional.

Según el empresario, "es un gran dolor de cabeza. En el mejor de los casos, los turistas que sufren estos contratiempos recurren a otras tarjetas o al pago en efectivo. Pero en caso de no contar con esas alternativas, sin dudas quedan expuestos a situaciones muy incómodas".

La "plástico-dependencia"

Cabe destacar que los plásticos estuvieron bajo la lupa del Gobierno desde el primer día desde que se instaurara el cepo al dólar.

De hecho, los saldos por compras en moneda extranjera, en estos dos años, se dispararon más de un 150%.

De cara a este verano, y tal como diera cuenta iProfesional, en los últimos meses crecieron exponencialmente los pedidos de nuevas tarjetas o de extensiones, así como también las solicitudes de ampliación de los límites de gastos.

En la actualidad, equivalen a dos o tres ingresos mensuales de sus titulares, si bien algunas entidades pueden llevarlos hasta cuatro.

En diálogo con iProfesional, Laura F., una diseñadora que recién llegó de Miami con su pareja, aseguró que "a lo largo del viaje tuvimos varios problemas a la hora de pagar", decía días atrás una afectada a este medio.

En tanto, aseguraba que "el propio gerente del restaurante no se sorprendió. Nos dijo que con las tarjetas argentinas se estaba empezando a volver un problema más habitual".

En tanto, Carlos S. también hizo referencia a varios "cortocircuitos" con sus plásticos en un viaje a Europa: "Tuvimos problemas para pagar en restaurantes o en algunas tiendas".

Otro de los inconvenientes observados es el retiro de dinero a través de cajeros automáticos al tipo de cambio oficial más el recargo del 35%.

Cabe destacar que, en la actualidad, el tope de extracciones es de u$s800 por mes en países no limítrofes.

Sánchez destacó que lo que rige es la "aleatoriedad": "Hay turistas que no tienen ningún tipo de problema pero hay otros que sí están registrando muchas más dificultades que de costumbre".

Frente a esto, el empresario del sector turístico recomendó llevar más de un plástico a la hora de viajar para cubrirse de eventualidades.

Acto seguido, acotó que "no hay ninguna normativa oficial que lo avale, pero el rumor que está corriendo es que, por más que este medio de pago tenga un saldo amplio, en algunos casos se estarían aplicando topes diarios que, una vez superados, pasan a invalidar cualquier operación, lo que obliga a contactarse con la emisora para obtener autorización".

Más problemas para los turistas

A los inconvenientes que surgieron con los plásticos en las últimas semanas, se suman las recientes medidas oficiales tendientes a desalentar la salida de dólares por viajes al exterior.

Así las cosas, el mes pasado el Gobierno avanzó con una medida que no hace más que complicar el escenario "post viaje".

Basta recordar que el Banco Central estableció que, para poder cancelar el pago de los consumos en dólares realizados con tarjeta de crédito, primero se debe saldar la columna de los pesos.

De este modo, quien estaba habituado a pagar un monto por debajo del total de su resumen no podrá cancelar su "columna" en dólares, lo cual trae aparejado un doble costo: por un lado, el incremento del tipo de cambio oficial -que es la base de cálculo para liquidar dicho monto- y, en segundo lugar, el costo de financiarlo, con tasas que rondan el 18% anual.

¿Viajar comienza a ser prohibitivo?

La variable tipo de cambio juega un partido especial en el interés de los argentinos por cruzar la frontera.

Sucede que, desde la aparición del cepo, se había instalado la premisa de que, mientras existiera una gran brecha respecto del blue, todos los intentos por doblegar el turismo internacional resultarían inocuos.

Pero, poco a poco, el Gobierno parece lograr lo que hasta ahora parecía difícil: con un "dólar turista" (oficial más recargo de AFIP) ya en $8,71, el gap respecto del blue ($9,70) se achicó a apenas un 11%.

"Luego del aumento del recargo notamos que se generó un clima de mucha mayor cautela. Más clientes, especialmente de clase media, cayeron en la cuenta de que quedó poquísimo margen entre el blue y el dólar del sector turístico. Y esto lógicamente desincentiva", recalcó Sánchez.

Para Soledad Pérez Duhalde, economista de Abeceb, "el incremento del ritmo devaluatorio, así como el hecho de que los salarios están dejando de crecer en términos reales, son variables que influyen tanto o más que la alícuota".

Y si bien hay algunos factores que siguen impulsando a los argentinos a viajar al exterior -como los precios al alza en los destinos turísticos locales, las amplias opciones de financiamiento o las escasas alternativas de inversión-, el combo que incluye recargo, tipo de cambio y menor poder adquisitivo, está generando que cruzar la frontera sea cada vez menos sencillo para la clase media.

Un ejemplo para plasmar estas crecientes dificultades se obtiene al analizar los costos que, a partir de la última medida anunciada por la AFIP, deberá enfrentar una familia que desea visitar visitar dos destinos tradicionales como Miami y Orlando.

En caso de que dicho grupo familiar decida contratar hoy un viaje de dos semanas para este verano -incluyendo hoteles, alquiler de auto y pases a los parques de diversiones de Disney-, deberá desembolsar casi $100.000 (ver cuadro)

En caso de querer financiarlo a lo largo de 12 meses, el monto de la cuota ascenderá a la friolera $8.200, prácticamente el equivalente a un salario promedio del sector privado en la Argentina.

¿Cómo era la ecuación para esa misma familia -conformada por dos adultos y dos menores- en diciembre de 2012?

En esos momentos -cuando no existía ningún recargo a los paquetes y el dólar se ubicaba por debajo de los $5- contratar ese mismo viaje tenía un costo de $57.000.

Es decir que, en apenas un año, contratar un paquete de similares características se encareció cerca de un 70% en términos de moneda local.

Paralelamente, si en ese entonces se optaba por financiar dicho viaje, esta familia hubiese tenido que enfrentar cuotas mensuales bastante más accesibles: unos $3.200 menos que en la actualidad.

Pero esto no es todo. Estimando un gasto promedio de u$s200 diarios para cubrir todas estas necesidades, surge que un grupo familiar -tomando un tipo de cambio oficial de $6,50 para enero- deberá desembolsar el equivalente a $26.300, incluyendo el recargo AFIP.

Así las cosas, sumando el valor del paquete ($98.370) más los extras, surge que dicho viaje no bajará de los $124.000.

Una cifra que no cualquier familia hoy día puede darse el lujo de desembolsar.