El ritmo de devaluación del peso alcanzó al 33% anual en la segunda quincena de julio
Presionado por la fuerte salida de reservas que sintió en la primera mitad de 2013, el Banco Central (BCRA) debió apurar la devaluación del peso en el mercado oficial y convalidar las expectativas alcistas que ya habían trazado sobre él algunos bancos y consultoras locales.
El dólar nunca había avanzado tan rápido durante los últimos cinco años como lo hizo a lo largo del mes de julio: con un aumento de 12 centavos, desde los $5,395 hasta los $5,515, el ritmo de suba del tipo de cambio oficial promedió el 27% anual; y se hizo incluso más pronunciado en la segunda quincena del mes, hasta alcanzar una velocidad del 33%.
Para anticiparse a él, los banqueros suelen seguir de cerca un indicador clásico de la capacidad de respaldo que estaba vigente en la convertibilidad y que varias veces fue denostado en público por la presidenta del Central, Mercedes Marcó del Pont: la relación entre el stock de divisas que tiene ahorradas el organismo oficial y los pesos que circulan en la economía (que deberían ser correspondidos en caso de una corrida cambiaria) ya da hoy implícitamente un dólar que se acerca a los $9, bastante similar al "blue".
Es justo la dirección que para muchos banqueros, tarde o temprano, debe marcar el camino del dólar libre en la Argentina. El Banco Central perdió más de u$s6.200 millones en reservas en lo que va del año. En el mismo tiempo, la base monetaria se incrementó en $14.500 millones.
A esto se sumó que, en los últimos dos meses, la depreciación del 10% en el real brasileño (su paridad con el dólar tocó un máximo desde abril de 2009) afectó los objetivos de tipo de cambio real multilateral que dice perseguir (de hecho) el organismo, según Ambito Financiero.
La presión alcista sobre el dólar obliga a Marcó del Pont a convalidar un curioso combo ortodoxo: debió aceptar las mayores tasas de interés de los últimos 19 meses en los plazos fijos de los bancos (se acercan ya al 18% anual en los depósitos mayoristas en pesos a 30 días); el endeudamiento más caro desde la convertibilidad hasta hoy en las Letras que emite para absorber pesos de los bancos (el retorno de las Lebac, del 16,9% anual, es un récord desde la convertibilidad); y una menor expansión monetaria que la que se venía llevando adelante tiempo atrás (más cercana al 30%, tras alcanzar un 40% en 2013).
"El ritmo de suba del dólar es el más rápido del último lustro. Un mayor ritmo de devaluación requiere, a un mismo ritmo de crecimiento de los agregados monetarios, un mayor esfuerzo para esterilizar los pesos que compran reservas -o, en su defecto, dejan de vender- y elevan el tipo de cambio", comentaron los economistas de la consultora Elypsis, que dirige Eduardo Levy Yeyati.
También en Econométrica, de Mario Brodersohn, consideran que la evolución de las principales variables "muestra cierta convergencia o un manejo más prolijo" de la política monetaria respecto del año pasado: "Se observa una desaceleración de la expansión de la base monetaria, un mayor ritmo de devaluación y una suba de la tasa de interés que sigue siendo negativa en términos reales", consignó el último informe.