• 23/12/2024

En el mundo dejó de brillar, en Argentina la demanda de oro se mantiene firme por el cepo

Desde el lejano 2001 hasta la actualidad fue la inversión preferida para muchos ahorristas que buscaban cubrirse de las inclemencias del contexto externo
13/04/2013 - 11:52hs
En el mundo dejó de brillar, en Argentina la demanda de oro se mantiene firme por el cepo

En lo que va del siglo, prácticamente pueden contarse con los dedos de la mano aquellos activos financieros que resultaron ser tan seguros y rentables como el oro.

Las estadísticas demuestran que el dorado metal acumula nada menos que doce años consecutivos de subas. Todo un récord, si se tiene en cuenta que hay que remontarse unos noventa años atrás para encontrar un ciclo similar.

Cabe recordar que en 2001 la onza troy cotizaba en u$s250 y, de a poco, fue escalando hasta alcanzar, en la actualidad, los u$s1.500. Es decir, en este lapso se incrementó más del 500 por ciento.

Esta tendencia comenzó a revertirse y hace unas semanas empezaron a surgir voces que advierten que el mercado del oro muestra claros indicios de fatiga y que formó parte de una burbuja.

A diferencia de otras épocas de la historia, cuando los hechos políticos y económicos internacionales influían en el precio del metal, que era visto como refugio, ahora parece no pesar en su cotización la ingobernabilidad en Italia, ni la crisis de Chipre, ni las amenazas de Corea del Norte, por citar algunos ejemplos.

Al contrario, en lo que va del año, se registran caídas del orden del 7% en los principales mercados donde opera. Un porcentaje que se extiende al 17% si se toma en cuenta el máximo alcanzado en octubre de 2011, cuando marcó los u$s1.884 por onza.

Todo ello ocurre a pesar de que la rentabilidad del bono de Estados Unidos, a un plazo de diez años, descendió a su nivel más bajo desde finales de 2012, al 1,77 por ciento.

La opinión de los expertos

Los expertos del banco Société Générale advirtieron, a principios de abril, que su cotización "se mueve en niveles de burbuja".

Esta entidad francesa anticipó que el precio promediará los u$s1.500 a lo largo de 2013 y que bajará gradualmente hasta los u$s1.375 por onza troy a finales de año.

Esta previsión, que contempla una caída del 15%, posee una elevada cuota de dramatismo, especialmente si se considera que el mercado había consensuado en u$s1.750 la onza.

Prácticamente, en forma simultánea, especialistas del Deutsche Bank emitieron un informe en el que anunciaron un recorte del 12% frente a su anterior estimación para lo que resta del año, ubicando al metal en los 1.637 dólares.

"Las fuerzas que han impulsado los elevados retornos del oro en la última década -principalmente la debilidad del dólar estadounidense, la caída real de las tasas de interés y el alza en las primas de riesgo de las acciones de EE.UU.-, se han revertido desde fines del año pasado", dijeron los analistas.

Pero el pronóstico más pesimista provino de Goldman Sachs, lo cual no es un tema menor, ya que las palabras de sus economistas son unas de las más escuchadas en el mercado de materias primas.

El banco estadounidense no sólo rebajó sus estimaciones de corto plazo sino que también lo hizo con las que se refieren al año 2014. En síntesis, sus evaluaciones fueron las siguientes:

•A seis meses, lo ubican en 1.490 dólares, desde los u$s1.501,90 actuales.

•Para diciembre lo sitúan en los 1.450 dólares.

•En los próximos 12 meses a u$s1.390.

"A pesar del resurgimiento de la aversión al riesgo en la zona euro y a que los datos macro de EE.UU. son inferiores a los esperados, la cotización se mantuvo sin cambios durante el último mes, lo cual pone de relieve el menor apetito inversor por el oro", recalcaron desde Goldman Sachs.

De esta manera, el banco pronosticó el fin de su ciclo alcista y aplazó para dentro de "varios años" el inicio del siguiente rally, que podría tener como su principal disparador un hipotético repunte de las presiones inflacionarias.

Pero las caídas del mineral no sólo se hacen sentir en el "oro físico". También se observan en instrumentos financieros como los ETFs, donde las posiciones en oro están cayendo rápidamente.

En su última revisión sobre las previsiones del mercado de materias primas, el informe elaborado por Goldman Sachs consideró que "en el mediano plazo es improbable que se produzca un fuerte rebote de los precios, salvo que ocurra un inesperado y abrupto giro en la recuperación de la economía de Estados Unidos".

En línea con los anteriores relevamientos, el suizo UBS también bajó sus pronósticos para el 2013, asegurando que el metal precioso ya enfrentó muchos desafíos en este último tiempo.

Los analistas señalaron que un menor crecimiento económico de EE.UU., una inflación controlada, la preferencia por invertir en acciones y el eventual fortalecimiento del dólar atentan contra su revalorización.

Así, no le asignó posibilidades de una recuperación en el corto plazo y proyectó en u$s1.700 su cotización para el 2014.

Para Mónica Coronatti, editora de Sala de Inversión América, "el metal precioso -que ha bajado casi un 5% este año tras sumar 12 años consecutivos de alzas-, debería caer otro 4,8% para encajar en la definición común de mercado bajista".

"El rally del oro, que durante los cinco últimos períodos se vio impulsado por el temor a que las agresivas políticas de estímulo (EQ) de los bancos centrales acabaran disparando la inflación, está rozando su fin", agregó.

"En este contexto, es poco probable que los inversores quieran aumentar sus posiciones largas. Por ello, cabría esperar que el precio tienda a la baja, al mismo tiempo que el mercado físico da muestras de estar seriamente sobreabastecido y de no contar con el interés de compra a gran escala de los inversores", completó Coronatti.

También es claramente pesimista George Soros, quien ya en 2010 lo definió como "el mayor activo burbuja", y en el cuarto trimestre bajó su participación en el mayor EFT respaldado por oro en un 55%.

"El metal fue destruido como refugio seguro, se probó que no lo es. Debido a la decepción, la mayoría de la gente está reduciendo sus tenencias", declaró el magnate.

"Cuando el euro estuvo cerca de colapsar el año pasado, el oro bajó. El motivo es sencillo: si la gente necesitaba vender algo, era fácil desprenderse de él. De modo que su valor cayó junto con todo lo demás", sentenció.

Por su parte, el banco inglés Barclays pronosticó que después de los acontecimientos en Chipre los precios se mostrarán oscilantes y, además, mantuvo la estimación del valor promedio anual en u$s1.646 la onza.

"La estabilización en el ambiente económico global apoya ampliamente a las materias primas cíclicas, pero representa un reto para el oro", explicó un informe del Bank of America Merrill Lynch Global Research.

De acuerdo con Sabine Schels y Michael Widmer, analistas de dicha institución, son varios los sectores de la economía global que están mostrando una mejora en actividad y desempeño.

"En Estados Unidos, las industrias de construcción y automotriz son un claro ejemplo de esto. En Europa, vemos que el crecimiento se puede estabilizar en varios rubros de uso intensivo de metales, incluyendo producción industrial e inversión", explicaron.

Es por ello que ambos analistas prevén que es natural que "los vientos en contra de los precios del oro persistirán en el corto plazo, dado el alza en las tasas nominales -especialmente en Estados Unidos-, la aceleración en el crecimiento del PBI global y las limitadas presiones inflacionarias".

En línea con sus análisis, bajaron sus pronósticos de precios promedio para 2013 y 2014 en 6,9% y 9,8%, ubicándose en los u$s1.680 y u$s1.838 por onza, respectivamente.

¿Cuáles serían los factores que evitarían el derrumbe que pronostican los expertos? En términos generales, se mencionó que sólo una tormenta económica global sería capaz de revertir la situación.

Argentina afuera del mundo

A nivel local, el mercado del oro es precisamente otra de las víctimas del cepo cambiario que se aplica desde octubre de 2011, luego de que el Banco Central prohibiera expresamente la negociación de monedas y lingotes.De esta manera, puso en "stand by" un negocio que movilizaba varios millones de dólares por mes.

La excepción fue el Banco Ciudad ya que comercializa oro argentino (en pesos) que proviene de sus compras al público y de los prestamos de empeño.

Desde la propia entidad señalaron que, ante al falta de alternativas de inversión, la venta venía aumentando en forma sustancial en las épocas "pre-cepo".

"El interés del público fue influenciado por las restricciones cambiarias, ya que el metal recobró protagonismo como refugio de valor. Pasamos de vender medio kilo por día a más de un kilo diario. Incluso, en julio pasado, se llegó a comercializar unos 8 kilos", señaló Carlos Leiza, gerente de Crédito Pignoraticio y Ventas del Ciudad.

Luego cayó, producto del tope impuesto por la propia entidad para evitar maniobras especulativas: "Desde noviembre del 2012 se restringió la venta a cien gramos por día por persona", aclaró el ejecutivo.

"Mientras se mantengan las restricciones la demanda se mantedrá firme, más allá de las variaciones que pueda sufrir el metal en su cotización", concluyó.

Temas relacionados
oro