Más allá de las fronteras: así ven al dólar para Argentina, los analistas e inversores del mundo
"País extraño la Argentina. Su vocación para ir a contramano del resto del mundo ya parece ser parte de la filosofía de quienes la gobiernan".
Esta frase fue pronunciada por uno de los principales directivos de un banco internacional de primera línea.
En una charla distendida y amena ampliaba: "Cuando se avanzaba a nivel global en tipos de cambio flexibles, aquí se mantuvo la convertibilidad. Después el Gobierno rompió con el uno a uno para hacer alarde de las bondades de un dólar alto, en los inicios de la era K. Luego volvió a cambiar de postura y ahora mantiene el billete verde en un nivel artificialmente bajo, que no se condice con la inflación acumulada".
El ejecutivo ahondó en más detalles y señaló que mientras que en otros países la preocupación es por la gran entrada de divisas estadounidenses, en un contexto de bajas tasas internacionales, en la Argentina se pone un cepo cambiario para evitar que éstas se vayan.
Estas reflexiones lejos están de ser exclusivas de este banquero. Por el contrario, son compartidas, off the record, por una gran cantidad de empresarios y analistas, locales e internacionales.
Ahora, en materia cambiaria, está instalado casi como tema excluyente el pronosticar cuánto valdrá el dólar a lo largo del año, en su versión oficial y blue.
Asociado a ello, se tratan de identificar los daños que puede causar en la economía real una brecha que, con altibajos, tiende a ir en aumento.
Por el lado del oficial, se observa que el Gobierno está obligado a hacerlo trepar más de prisa. En efecto, de subir a razón de un 8% anual ahora debe hacerlo a casi un 20%, lo que marca a las claras cómo la falta de un plan integral hace que se tenga que correr atrás de los problemas, en vez de resolver las causas de fondo.
A este marco, se suman declaraciones "poco felices", como la del funcionario "todoterreno" Guillermo Moreno, quien señaló que no veía mal "un dólar a $6 para fin de año".
¿Qué sucedió tras sus dichos? Lo previsible. El blue se ajustó para arriba y el campo se empeñó aun más en retener la cosecha, a la espera de poder venderla más adelante a un tipo de cambio más conveniente.
Extrañas coincidencias
Para varios economistas el "dólar Moreno" refleja el pensamiento oficial. Y viene a ser un dato controvertido, no sólo por quién lo dijo sino por el precio señalado.
Sucede que esta cifra coincide con la proyectada por grandes bancos internacionales y analistas del exterior, quienes llamativamente ven como muy probable que se cumpla esta "visión futurista" del funcionario.
En este sentido, un sondeo elaborado por la prestigiosa firma LatinFocus -que es uno de los más considerados a nivel global- revela que diez entidades de primera línea de Estados Unidos y Europa estiman que el billete verde alcanzará los $6 para fin de año.
Existen leves matices entre las opiniones. El banco Santander ubica a la divisa estadounidense por encima del resto ($6,10) y, entre los bancos, es el que prevé una mayor devaluación. En tanto, Itaú BBA vaticina un tipo de cambio a $5,90.
"Hay una percepción en el mercado internacional de que la moneda argentina está sobrevaluada frente a un dólar que debería cotizar más alto", afirma Boris Segura, analista de Nomura Securities International, desde Nueva York.
Desde el Royal Bank of Scotland, Flavia Naslausky, estratega de mercados, pone el foco en el problema que representa el desdoblamiento cambiario: "El aumento de la brecha puede complicar bastante las cosas para el Gobierno".
Al igual que esta experta, muchos analistas creen que el Ejecutivo quedó "entrampado" en medio de un mercado que ya hizo su propia devaluación -a través del paralelo- y un dólar oficial que ahora trata de subir más de prisa, aunque no alcanza.
"Este es el preciso momento en el que afloran todas las distorsiones que se han venido acumulado", señala la analista.
La siguiente infografía presenta las diferentes proyecciones realizadas por las distintas entidades en la que se observa que HSBC, Citigroup, Credit Suisse y Merrill Lynch hacen referencia a una cotización de $6,00:
Debe tenerse en cuenta que, de llegar al "dólar Moreno a $6", ello implicará una devaluación del 20% este año, lo que meterá más presión a la suba en la tasa de interés, tal como ya anticipan varios analistas consultados por iProfesional.com.
En tal sentido, los bancos locales estiman que la Badlar (que es la que se paga por plazos fijos mayoristas superiores al millón de pesos), pasaría del 15% al 18%, como una forma de fomentar el ahorro y evitar que la devaluación se traslade totalmente a los precios.
Los analistas locales dan su visión
En tanto, en el plano local, los analistas efectúan ciertas aclaraciones cuando analizan la evolución del dólar.
Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, estima una cotización de $5,85, pese a que opina que "para frenar la pérdida de competitividad lo ideal sería un tipo de cambio a $6,40".
Orlando Ferreres, director del Estudio que lleva su apellido, ubica a la divisa estadounidense cinco centavos por debajo del valor que señalara el Secretario de Comercio. Es decir, a $5,95.
En diálogo con iProfesional.com, Ferreres aclara: "Ya antes de que lo difundiera Moreno veníamos diciendo que iba a estar en esos niveles". Argumenta su proyección en que "se trata de un año de elecciones, en el que se va a devaluar entre 18 a 20%, no más".
Según Marina Dal Poggeto, directora del Estudio Bein, la divisa terminará el año a $5,83. Sostiene que "el ritmo de devaluación se aceleró y que no necesariamente va a ser homogénea a lo largo del año".
Se moverá con cierta moderación hasta octubre, "pero luego habrá una aceleración", amplía Dal Poggeto.
Gaston Rossi, director de LCG, es otro que de los que ve al billete estadounidense cerca de $6 y señala: "Lo máximo que puede hacer el Gobierno ahora es acompañar pasivamente la inflación".
Mariano Lamothe, economista jefe de Abeceb.com, mantiene su previsión para el tipo de cambio unos veinte centavos por debajo del "dólar Moreno", a 5,80 pesos.
"Existe una aceleración en el ritmo de suba del billete verde. Hay mayores presiones devaluatorias porque la inflación es muy alta y eso genera una pérdida de competitividad muy grande", destaca el analista.
El siguiente cuadro presente la "mirada interna" sobre la evolución del billete verde:
Coincidencias en los mercados
Más allá de las opiniones de los analistas locales e internacionales, está la "voz del mercado". Para "escucharla", se puede echar una ojeada a los precios que surgen de la negociación de los llamados NDF (Non Deliverable Forwards).
Estos son convenios en los que se pacta anticipadamente un tipo de cambio para comprar o vender una cantidad específica de divisas contra el pago en moneda nacional u otro signo monetario en una fecha determinada (de ahí la sigla de non deliverable).
De estos contratos que se negocian en Nueva York, muy lejos del poder de intervención del Banco Central -que sí lo hace en los locales MAE y Rofex- se desprende que para fines de diciembre los inversores prevén un precio de $6,40, frente a los $5,95 del establecido en el mercado de Rosario.
Los principales jugadores en este segmento son los fondos de inversión y bancos, entre los que se destacan por su participación el JP Morgan, Deutsche Bank, Barclays Capital y HSBC.
También participan empresas con presencia internacional, que buscan protegerse de las fluctuaciones de las monedas de los países en los que operan y para las que casi no existen otros mercados.
Este tipo de acuerdos se realiza por cifras no muy elevadas. En su mayoría son por no más de u$s20 millones. En conjunto conforman diariamente un total que llega a multiplicar por cinco o siete veces ese número.
La mirada blue
La dinámica cambiaria influye además en el precio del blue y, claro está, en la brecha.
Si se mantiene la actual distancia, en torno al 50%, el billete en el canal informal debería cerrar el año en $9. No obstante, su cotización a futuro resulta algo más difícil de predecir, al ser resultado del libre juego entre oferta y demanda.
En cuanto a lo que puede ocurrir con él, Tiscornia destaca que seguirá habiendo fuertes tensiones y mucha volatilidad.
Para Ferreres, "su evolución estará ligada al cepo cambiario, a cuánto el Gobierno abra la canilla para turismo, o al mayor o menor cierre que se dé en las importaciones", entre otros factores, como la emisión de dinero que, en gran medida, termina yéndose al paralelo.
"El blue sigue a la inflación y la distancia con el oficial oscilará entre un 40 y un 60%", agrega el economista, al tiempo que sostiene que no cree que haya un acortamiento de esa distancia entre uno y otro.
En tanto, Dal Poggetto, del estudio Bein, sostiene: "La brecha la veo en torno del 40%. Mucho dependerá de la reacción de la política frente al manejo de las reservas".
Según Rossi, "el paralelo puede llegar a $8,50 o a $9. Y su evolución estará vinculada con el manejo del Gobierno de la inflación, gasto fiscal y emisión monetaria".
"Si el Ejecutivo sólo quiere actuar sobre los salarios y no sobre la economía en su conjunto, el blue será la variable de ajuste".
"Debe tenerse en cuenta que si bien la cosecha gruesa, que comenzaría a liquidarse en abril, permitiría que el Banco Central recomponga sus reservas, ello no aliviará la presión sobre el mercado informal", apunta Rossi.
Y marca una advertencia: "Al contrario, puede exacerbar las tensiones ya que los productores tendrán más pesos en sus bolsillos y parte de ellos pueden incrementar la demanda de blue".
Cómo ganar con el "dólar Moreno"
De alguna manera, muchos particulares e inversores están "agradecidos" a que Moreno haya dejado entrever la política del Gobierno en cuanto a la evolución del dólar oficial.
Es que una devaluación del 20% puede ser aprovechada canalizando el dinero en el producto "estrella" de estos últimos meses: los llamados bonos "dólar linked", que pagan esa tasa más un adicional, que puede ir del 3% al 7 por ciento.
Se compran en pesos y posibilitan al inversor no sólo cubrirse de una brusca devaluación sino ganar con ella. Cuanto más suba la divisa estadounidense, más pagan.
Por ejemplo, si esta última aumenta 20% en un año y el spread (que se especifica en la emisión del bono) es de un 7%, el propietario del título recibirá un beneficio del 27 por ciento.
Sus pagos se hacen en moneda local al tipo de cambio oficial. En el caso de un inversor que compró una cantidad nominal de estos títulos por u$s5.000 ($25.000 al cambio actual) y un cupón de 7% anual, recibirá a fin de año $30.000 más el interés.
En pocas palabras, tendría un rendimiento en torno a un 27% (20% de devaluación más 7% de cupón). De esta manera, el ahorrista puede dar pelea a la inflación e incluso ganarle.
Para quienes no quieran apostar a un solo papel -que en su mayoría son emitidos por la Ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires o Córdoba-, existe la opción de adquirir fondos comunes de inversión que diversifican sus carteras para evitar una fuerte concentración del riesgo.
Es así que muchos particulares ya tomaron "cartas en el asunto" y tratan de sacar rédito de la "primicia" del "dólar Moreno" que, curiosamente, esta vez coincide con las estimaciones de muchos de los ejecutivos de los grandes bancos internacionales.