Los cheques de pago diferido pagan una tasa que supera a la del plazo fijo y atrae cada vez a más inversores
A la hora de buscar financiamiento, las empresas se encuentran con un laberinto, ya que las posibles salidas son escasas y, en la mayoría de los casos, poco atractivas.
Entre las contadas herramientas disponibles y ventajosas para las firmas medianas y pequeñas se encuentran los cheques de pago diferido, una alternativa cada vez más utilizada.
Los números hablan por sí solos: el volumen operado vía este tipo de instrumento financiero en la Bolsa de Buenos Aires totalizó $1.968 millones en 2012, casi un 35% más que lo movilizado en 2011.
Además, en enero sumó $157 millones, cifra que representó el valor más alto para el mes desde 2003.
También se incrementó la cantidad de cheques negociados: 58.565 unidades en todo el año pasado, un 10% más respecto al período anterior, según datos del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC).
"Uno de los motores de este crecimiento fue el atractivo de las tasas de interés que ofreció el mercado local, a diferencia de algunas líneas de créditos bancarias", dice a iProfesional.com el jefe del departamento Pyme de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Carlos Lerner.
Y agrega: "Parte de su éxito radica en que facilitan el acceso al crédito y además permiten disminuir el costo financiero, ya que se puede acceder a costos similares a los de una empresa de primera línea".
El tipo de interés que ofrece esta alternativa de inversión es de alrededor del 17%, para un lapso promedio de entre 90 y 150 días.
"Para las firmas, pagar ese precio en el tiempo indicado es muy conveniente, ya que a través de otros métodos para obtener fondos -como una Obligación Negociable (ON) o un fideicomiso- deberían abonar 3 o 4 puntos más", explica Ignacio Boccardo, analista de Cohen sociedad de Bolsa.
Por todas estas ventajas, los cheques de pago diferido son los principales instrumentos de financiamiento utilizado por las Pymes, debido a que representan alrededor del 76% del total.
"A las pequeñas y medianas empresas les da certidumbre utilizarlos, porque de esta manera tienen financiamiento asegurado y saben a qué tasa específica van a tener que pagar su deuda en el período fijado. Encima, una SGR avala la operación", agrega Boccardo.
En esto coincide Franco Vera, experto en el segmento Pyme de los fondos de inversión Pellegrini, firma que pertenece al Banco Nación: "Aumentó mucho la utilización de cheques de pago diferido como forma de conseguir capital a una muy buena tasa de interés. En nuestro caso, empezó la escalada en 2011 -cuando operábamos un volumen de $4 millones con nuestra SGR- y a fines del 2012 el monto trepó a $12 millones", argumenta.
De esta manera, se volcaron muchas empresas a buscar capital en el mercado, a través de cheques avalados, "que son una buena forma de financiamiento, ya que se están tomando a 30 días a una tasa 15,75% anual. Y a 12 meses de plazo, se solventan a 18,8% anual", concluye Vera.
Por otra parte, el cheque de pago diferido, para las pequeñas y medianas firmas, es una herramienta más confiable y práctica, ya que les evita tener que emitir una Obligación Negociable (ON) o armar un fideicomiso.
"No se requiere que las empresas presenten información publica sobre sus balances, que pueden no disponer al detalle o no desean compartir abiertamente. Esto no se precisa realizar con los cheques, aspecto que es una ventaja", aclara Boccardo.
La evolución reciente
Según el último informe del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), en enero se negociaron 4.367 cheques, de los cuales 97% fueron avalados.
El plazo promedio fue de 141 días, cifra que marca una reducción de 9 (días) respecto de diciembre.
Asimismo, en cuanto al volumen total operado, más de la mitad se manejó en un plazo de 300 a 360 días, el máximo permitido.
Las tasas de interés que tuvieron estas herramientas el mes pasado, de acuerdo con los lapsos operados, fueron las siguientes:
- De 7 a 14 días, 15,5 por ciento.
- A 30 días, 7 por ciento.
- A 180 días,19 por ciento.
¿Cómo funciona el sistema?
La operatoria para obtener financiamiento mediante este sistema consiste en comprar un cheque emitido por una empresa a través de una sociedad de bolsa.
La misma es una orden de pago librada a una fecha determinada, cuyo plazo va desde los 7 a los 360 días.
Entre las ventajas que ofrece se contabiliza una amplia gama de alternativas referidas a riesgo/tasa y plazo/tasa.
En todos los casos, se pacta a tasa fija, y el descuento se aplica sobre el valor nominal futuro del cheque, por lo cual el desembolso del inversor es menor al monto que figura en dicha emisión.
Por otra parte, en la bolsa existe una gran diversidad de firmas patrocinadas, de distintos sectores productivos, que brindan respaldo a los cheques negociados.
Para los inversores también es un buen negocio
Para Sabrina Corujo, economista de Portfolio Personal, "esta es una alternativa ideal para aquellos inversores con perfil conservador, es decir, que no quieren correr riesgos y que están interesados en colocar su dinero a corto plazo".
Uno de sus mayores atractivos, es que, por ejemplo, en el tramo que va de los 90 a los 120 días, ofrecen un rendimiento que supera al de una colocación bancaria.
"Además de la tasa que ofrecen, se destaca el hecho de que brindan un amplio rango en cuanto a plazos de inversión y un mercado secundario con un elevado grado de liquidez", apunta la economista de Portfolio Personal.
"En la actualidad, el rendimiento siempre se ubica por arriba del que ofrecen los plazos fijos bancarios", agregó Corujo.
Las brechas para los diferentes períodos juegan claramente a favor de los cheques de pago diferido, ya que promedian los tres puntos porcentuales por arriba de un plazo fijo, pero pueden trepar a unos nueve para algunos lapsos.
La operatoria es sencilla: "El inversor minorista sólo compra el cheque y la Caja de Valores gestiona la cobranza del mismo", resume Vera de Pellegrini.
Avalados o patrocinados
En la negociación diaria, el inversor puede acceder a dos tipos de cheques, los avalados y los patrocinados.
· Avalados: tienen como beneficiario o librador a una pequeña o mediana empresa y cuentan con un aval emitido por cualquiera de las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) autorizadas por la Bolsa de Comercio. Como contrapartida, éstas exigen a la compañía una garantía, que va desde una fianza simple a alguna de tipo real, dependiendo de la línea otorgada. De esta forma, ante la eventual falta de pago de esos valores, la sociedad avalista deberá restituir los fondos al inversor dentro de las 48 horas de conocida tal circunstancia.
· Patrocinados: son librados por empresas autorizadas por la Bolsa de Comercio a cotizar sus valores. Son emitidos a la orden de un tercero (proveedor) que, mediante su endoso para la negociación, también se hace responsable solidario del pago del mismo. Para Leonardo Bazzi, responsable de Research de Puente, "una de sus mayores ventajas es que sabés quién emite el cheque".
"En la actualidad, los montos más operados son los de $50.000 o $100.000 y el rechazo es muy bajo", agrega Bazzi.
"Por lo general, el rendimiento de los avalados es menor que el de los patrocinados, pese a lo cual son los más operados. Más del 95% correspondió al primer segmento", explica Agustín Trella, portfolio manager de la firma Puente.
"Uno de sus mayores atractivos para quienes prefieren no correr riesgos es que tienen un respaldo muy fuerte y una tasa de interés que supera ampliamente a la de un plazo fijo común", grafica Gabriel Holand, CEO de HRGlobal.
En cuanto a quienes operan con ellos, no sólo son personas físicas, sino también los fondos de inversión y compañías de seguros.
Otro dato importante es que los montos que se negocian en el recinto deben ser mayores a los $1.000. No obstante, la inversión final depende de la cifra del cheque que se ofrezca en pantalla.
¿Qué son las Sociedades de Garantías Recíprocas (SGR)?
Son un tipo especial de sociedad, creadas por ley, cuyo objeto principal es brindar avales a Pymes, que de esta forma pueden reducir su costo de endeudamiento.
Para poder brindar dichos avales, las SGR cuentan con un fondo de riesgo líquido y se encuentran reguladas por la Secretaría Pyme.
Dentro del conjunto de las Sociedades de Garantía Recíproca que se dedican a avalar estos instrumentos, existe un pequeño grupo de ellas que centraliza la mayor parte del negocio.
En total, en el mercado se contabilizan unas 10 SGR, de las cuales 7 son las más importantes y concentran un 70% de las operaciones.
Por lo general, según los expertos, cada sociedad suele ser conformada por determinadas firmas para capitalizar y ayudar a sus proveedores para que renueven o incorporen maquinarias y amplíen sus instalaciones.
Por ello, en muchos casos, se especializan en un sector particular de la economía, como puede ser el agrícola (Los Grobo, por ejemplo) o el siderúrgico (Acindar Pyme).