Pese al cepo y a tener el monopolio de dólares, el BCRA no pudo juntar "ni una moneda"
Cepo al dólar, sabuesos de la AFIP oliendo "billetes sospechosos", bloqueo al ingreso de productos importados, freno al giro de dividendos por parte de empresas, plan 1 a 1 para que las compañías exporten por el mismo monto que importan, control sobre los gastos efectuados con tarjetas en el exterior y la lista sigue.
Hace un año, antes de las elecciones presidenciales, nadie imaginaba que la Argentina iba a ser la que se observa hoy día, con todos estos temas en la agenda económica y social.
Toda esta catarata de medidas -que se fueron intensificando desde aquel entonces- tienen un objetivo en común: que el Gobierno tenga el "monopolio de los dólares", en un momento en que esa palabra adquiere una particular significancia.
Para todo el resto, es decir, para la sociedad, moneda local y no otra cosa.
¿Hasta cuándo? El encumbrado funcionario oficialista Roberto Feletti dio una pista: "Hasta que el peso no sea reserva de valor, el cepo va a seguir", dando a entender que posiblemente las restricciones para atesoramiento en dólares se mantengan durante todo el mandato de Cristina.
La propia jefa de Estado, en su infructuosa gira por los Estados Unidos lo dejó en claro: "Necesitamos los dólares para pagar deuda", al tiempo que atribuyó el malhumor que generan las restricciones a la "cultura altamente dolarizada de los argentinos". Señaló que en otros países, este hábito de atesorar divisas estadounidenses no existe.
Pero no contó el lado "b", que es que el propio kirchnerismo fue el que llevó la inflación a tasas extremadamente altas -una de las mayores del mundo- lo que intensificó en los particulares su mecanismo de "autodefensa", es decir, protegerse buscando refugio para su dinero en moneda dura. Esto, mientras podían comprar.
Luego, con el cepo, los dejó "rehenes" de la disyuntiva entre consumirse todo sus ingresos rápidamente o perder poder adquisitivo. En buen romance, quitó la palabra "ahorro" del diccionario.
Lo cierto es que hoy día nadie puede atesorar billetes verdes salvo el Gobierno. Y para ver cómo ha funcionado este "monopolio", y si le ha rendido, vale la pena repasar cómo le fue en comparación con otros países de la región.
Pasó mucha agua bajo el puente
25 de mayo de 2003. Este es el día que se menciona como "fundacional" del modelo económico kirchnerista.
¿Cuál modelo? Responder este interrogante no es tarea fácil. El dólar alto, que fue una de las piedras basales, ya no lo es. Tampoco el tipo de cambio competitivo, ni la protección del doble escudo (del fiscal y comercial, ya que uno sólo quedó en pie y "forzado" por Moreno). Nada es como aquel entonces.
Es que las cosas se fueron desvirtuando. En particular, a partir de 2008, año en el que arrancó "otro país".
Desde ese momento, la economía comenzó a deteriorarse con inusitada rapidez. Así, se llegó a la "curiosa" situación de hoy día, que muestra a una Argentina con dólar oficial barato pero, a la vez, inaccesible para la gente.
Pero también se ha dado otra paradoja, en este "laboratorio de prueba" en el que se transformó el país, en cuanto a su modelo cambiario:
- Cuando toda la sociedad podía comprar dólares el Banco Central podía acumular reservas.
- Ahora que hay cepo, el BCRA no ha podido juntar "ni una sola moneda".
En 2008, la entidad llegó a tener u$s50.400 millones en su haber. Pasaron cuatro años y ahora tiene menos que antes.
Más aun, desde octubre pasado -cuando comenzó a restringirse la venta de dólares al público- esa caída se pronunció todavía más, pese a contar con una "supersoja" cotizando cerca de los u$s600 (ver infografía):
"Ya el país no acumula más reservas, a pesar de que para Néstor Kirchner esta política era uno de los pilares de su estrategia", sentencia el ex titular del Banco Central, Martín Redrado.
Desde el Gobierno hacen referencia a que se debe a la política de desendeudamiento, si bien muchos analistas muestran sus dudas al respecto.
Uno de ellos es Carlos Melconian, que afirma: "Al Banco Central lo están quebrando. El desendeudamiento es un mito, en términos nominales", y pone el foco en su uso para financiar gasto público.
En su visión "cuando el BCRA truchamente le manda dinero al Tesoro no es otra cosa que emisión monetaria dibujada, dejémonos de embromar".
Y agrega: "Al mercado cambiario no le faltan dólares. A Cristina Kirchner le ingresaron u$s110.000 millones (desde 2007) y las reservas bajaron a u$s45.000 millones".
Más enfático señala que si los norteamericanos no tenían sequía, nos "íbamos al carajo". Al tiempo que ironiza: "Chocaste el Fórmula 1 en el autódromo andando solo".
¿A dónde van entonces los dólares?
Por lo pronto, resulta extraño que el Banco Central, en su rol de comprador monopólico, haya adquirido unos u$s8.800 millones en lo que va del 2012 y, pese al último desembolso de u$s1.715 millones para el pago del Boden 2012, no haya podido engrosar sus arcas.
Por el contrario, si se compara con sus tenencias de hace un año, éstas cayeron en u$s3.200 millones, para así estacionarse en los u$s45.400 millones. Es decir, por debajo del nivel de cuando Cristina inició su primer mandato (u$s 45.566 millones), luego de que Néstor Kirchner las cuadriplicara.
"En los últimos 12 meses las reservas cayeron 7% y a fin de año caerán nuevamente, porque hay que pagar el cupón del PBI", apunta Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central.
Todo esto pese a las trabas y controles aplicadas por Guillermo Moreno en el comercio exterior, para "forzar" un saldo favorable superior a los u$s10.000 millones en la balanza comercial (exportaciones menos importaciones).
Más aun, en sólo este último año se avanzó en:
- Obligar a varios sectores a liquidar divisas en el país.
- Restringir el envío de dividendos de compañías al exterior.
- Retrasar pagos.
- Burocratizar los trámites de importación (Declaraciones Anticipadas).
- Modificar la Carta Orgánica del Banco Central, para que la entidad no esté obligada a tener un mínimo de reservas que respalden el circulante, sino lo que "ella decida".
- Endurecer el cepo cambiario, incluso hasta limitar el retiro de dinero de cajeros desde el exterior.
Monopolizar las compras, forzar el superávit comercial, darle a la "maquinita" y emitir pesos a tasas del 35%, obligar al BCRA a financiar el gasto público del Gobierno, forman parte de la estrategia oficial.
En cuanto a juntar reservas, la realidad muestra que toda esta batería de medidas no ha servido de mucho.
"Show me the money"
Desde 2010, el Gobierno decidió avanzar en un camino que mantiene encendida las luces de alerta en muchos analistas: la fuerte emisión, el uso de reservas para pagar deuda y el cubrir vencimientos privados con fondos del BCRA.
Todos estos factores hicieron que entre 2006 y fines del año pasado, se usaran nada menos que u$s33.900 millones del stock de reservas, recibiendo a cambio el Central "letras intransferibles" en dólares, que muchos economistas -como Martín Redrado- denominan "papeluchos".
Para Pignanelli, "además de estas decisiones de política económica, hay otros motivos que llevan a que las reservas no suban". Entre ellos, menciona:
"El año pasado, esa fuerte salida no fue compensada por la balanza comercial ni por las inversiones. Por eso, el Gobierno se vio obligado a tomar todas estas medidas restrictivas", señala Pignanelli.
Según Daniel Marx, economista y director de Quantum, "la baja de las reservas se debe "al retiro de los depósitos en dólares de estos últimos meses, el uso de reservas para pagar deuda y a la salida de capitales".
En relación con el primer punto, cabe destacar que desde que se anunciara el cepo, los particulares se llevaron de sus cuentas en dólares unos u$s6.700 millones, un 44% del total, por temor a una pesificación o confiscación.
"En otros países sólo ingresan divisas y la deuda en moneda extranjera se va renovando", agrega Marx.¿Cómo le fue a los vecinos?
Viene bien echar un vistazo a ver cómo le fue a los vecinos, que también padecen los efectos de la crisis global y no avanzaron en medidas de tipo "cepo".
En tal sentido, si se analiza lo ocurrido entre 2007 y la actualidad, existen dos grupos claramente diferenciados:
- Están los que lograron acumular divisas, en un rango que va del 75% a casi el 190%.
- Están los que perdieron hasta el 21% de sus tenencias.
En el primer grupo se destaca claramente Uruguay ( 190%), ya que su stock pasó de los u$s4.100 millones a los u$s11.800 millones actuales (ver infografía).
En segundo lugar se ubica Chile ( 145%) y más abajo Bolivia ( 121%).
En tanto, Brasil logró más que duplicarlas ( 110%) y ya tiene en su haber unos u$s380.000 millones, casi nueve meses más que la Argentina.¿Qué pasó con Perú, por ejemplo? También logró duplicarlas ( 105%) y sorprendentemente ahora cuenta con más reservas que la Argentina.
En cuanto a aquellos que no lograron incrementarlas, o incluso perdieron, el grupo lo integra Argentina (-4%), Ecuador (-20%) y Venezuela (-21%).
Las notables diferencias que surgen en cuanto a los procesos de acumulación o pérdida de divisas tienen su correlato en la visión que tienen los inversores de los respectivos países. Una prueba de ello la brindan los índices de riesgo país, que elabora JP Morgan.
No es casual que son justamente los países que ven mermar sus reservas los que encabezan dicho ranking.
En el caso de Venezuela, el indicador alcanza a los 950 puntos básicos (p.b.), mientras que el de Argentina trepa a los 890 y el de Ecuador a 740.
En el otro extremo se posicionan Perú (121), Uruguay (134) y Brasil, con 164 puntos básicos.¿Qué dice el Presupuesto 2013?
Una pista de lo que puede ocurrir el próximo capítulo se encuentra en el Presupuesto 2013.
Según se desprende del mismo, las reservas tampoco aumentarán. ¿El motivo? Muy sencillo, el Gobierno decidió hacer un mayor uso de las mismas, más allá de cancelaciones de deuda (Bonar VII y, posiblemente, cupón PBI).
En efecto, prevé utilizar parte de esos fondos para financiar gastos de capital (u$s8.000 millones).
De confirmarse este pronóstico, sería el tercer año consecutivo en el que caería el stock en manos del Banco Central.
Ya en el 2011 se perdieron u$s5.800 millones y para el corriente año se prevé una merma que rondará los u$s2.000 millones.
Ello pese a que las previsiones hablan para 2013 de ingresos adicionales de unos u$s5.000 millones por el aumento del precio internacional de la soja y la ampliación de la cosecha.
"En la medida en que el Tesoro empiece a usar reservas también para financiar gasto público de capital, se hará más necesario que antes que el BCRA compre los dólares del comercio exterior y esto irá de la mano de más y no de menos cepo cambiario", destacan desde la consultora de Carlos Melconián.
Por lo pronto, toda esta catarata de restricciones y medidas tendientes a que el Gobierno sea el único comprador de dólares, para que el Banco Central engrose sus reservas, de poco han servido.
Los "vecinos", sin tantos rebusques y generando confianza para que las inversiones lleguen a sus países, lograron engrosarlas sin demasiados esfuerzos.
¿Será que a ellos "el mundo no se les cayó encima"?