La realidad sobre el fin del cepo al dólar: qué necesita Javier Milei para cumplir su promesa
En la reciente cumbre del G20 celebrada en Río de Janeiro, el Ministro de Economía argentino, Luis Caputo, se reunió con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. Esta reunión ha generado especulaciones sobre la posibilidad de un nuevo acuerdo con la entidad, que incluiría un desembolso significativo de fondos.
El gobierno argentino ha sugerido en varias ocasiones que necesitaría alrededor de 15.000 millones de dólares para poder levantar las restricciones cambiarias. Luis Caputo, conocido por su experiencia en el mercado y su desempeño como Ministro de Finanzas durante la administración de Mauricio Macri, es frecuentemente visto como una figura clave en estas negociaciones. Cada vez que Caputo sale al exterior, los rumores sobre un posible crédito vuelve a resurgir.
Es altamente probable que Argentina y el FMI firmen un nuevo acuerdo, ya que el actual está próximo a su fin y el país no genera los dólares necesarios para cancelar su deuda ni tiene acceso al mercado voluntario de financiamiento. Sin embargo, la probabilidad de que el FMI acuerde un desembolso de la magnitud mencionada es baja.
Primero, el FMI no otorga créditos para sostener o establecer artificialmente un valor del tipo de cambio. En 2018, Caputo, entonces Presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), utilizó parte de los dólares del mega crédito del FMI, lo que provocó una disputa con la entidad y su eventual salida del gobierno. Además, Argentina ya tiene un crédito vigente que supera ampliamente la cantidad correspondiente a su cuota de participación en el FMI. Un nuevo desembolso aumentaría este exceso, lo cual es difícil de justificar desde una perspectiva técnica.
Algunos sugieren que la posible elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos podría generar mayor presión política para lograr el objetivo de obtener fondos frescos, pero no será fácil convencer al resto de los países socios del FMI de seguir financiando a Argentina.
El mercado siempre ha creído que la llegada de Caputo al Ministerio de Economía implicaría la posibilidad de obtener créditos para fortalecer las reservas del BCRA. Sin embargo, ni en las giras previas a su asunción ni en los casi ocho meses de su gestión esto ha sido posible.
¿Son necesarios fondos frescos para salir del cepo al dólar?
Contar con reservas en el BCRA genera mayor confianza, pero no es una condición suficiente. En 2018, Argentina recibió más de 45.000 millones de dólares del FMI, con un dólar a 25 pesos, y terminó con un dólar a 60 pesos 18 meses más tarde. Más importante que tener reservas es sostener una política fiscal, monetaria y cambiaria coherente con las necesidades de la economía local.
Es esencial que el superávit fiscal se convierta en una política de Estado, con recortes sostenibles y no basados en la licuación del gasto. Una economía en crecimiento debe ver ese resultado fiscal acompañado por un incremento de ingresos y no solo una baja del gasto. La política monetaria también debe ser coherente. Es irreal esperar mantener tasas reales negativas, acceso al mercado de cambios simultáneamente y que elel ahorrista/inversor no decida dolarizarse. Argentina tiene una economía bimonetaria y eso no cambiará por imposiciones gubernamentales. La política monetaria debe considerar esta particularidad.
El tenedor de pesos debe tener incentivos para quedarse en moneda local, lo que se logra con tasas atractivas o con una economía en crecimiento que demande pesos. Sin embargo, la salida del cepo implicará que parte de los pesos sobrantes demanden dólares. En la salida del cepo de 2015, los primeros tres meses vieron compras para atesoramiento por 4.500 millones de dólares. Hoy, pese a la licuación vivida, el sobrante de pesos es mayor, en parte contenido en deuda del Tesoro.
¿Se podrá lograr una transición ordenada hacia un sistema cambiario libre?
Argentina necesita transitar hacia un mercado único y libre de cambios. Esto implica que el precio del dólar sea determinado por el libre juego de la oferta y la demanda, sustentado en un equilibrio fiscal, sin emisión excesiva de dinero y con una política monetaria coherente.
Esta combinación permitirá una transición ordenada hacia un sistema cambiario libre, restaurando la confianza y atrayendo inversiones, esenciales para el crecimiento económico sostenido del país.
Sin estos pilares fundamentales, cualquier intento de levantar las restricciones cambiarias será insostenible y contraproducente por más que se cuente con 15.000 millones de dólares disponibles en el BCRA.