FENÓMENO ECONÓMICO

Argentina, cada vez más cara en dólares: por qué puede ayudar a Milei en la próxima elección

Las predicciones apuntan a que otra vez la inflación superará al tipo de cambio. Los precios en dólares podrían subir 8% después del 27% del año pasado
ECONOMÍA - 12 de Enero, 2025

Ahora que la inflación deja paulatinamente de ser un tema preocupante y que las encuestas demuestran un optimismo de la población sobre su disminución, el gobierno de Javier Milei tiene que lidiar con el otro debate que preocupa a las empresas y consumidores: la inflación en dólares, que promete volver a ser la tónica durante 2025.

Al menos, eso es lo que reflejan encuestas como el REM del Banco Central, donde para la mayoría de bancos y economistas, se va a repetir la situación de precios que evolucionan por encima del tipo de cambio.

La inflación en dólares se mantendría en 2025

Es algo que, en principio, parece contradecir la prédica oficial, que desde la presentación del proyecto de ley para el presupuesto para este año pronosticaba que el IPC y el dólar se moverían casi al unísono.

El REM prevé que en el año la inflación sea del 25,9%, mientras que espera que el tipo de cambio oficial se haya corrido un 16,7%. Esto arrojaría, como resultado, que los precios en Argentina tendrían una suba, medidos en dólares, del 7,8%.

No es un número tan grave si se lo compara con otros momentos históricos -después de todo, durante el gobierno anterior hubo años con inflación dolarizada del 25%- pero está el detalle de que en este mismo momento la economía está embarcada en un intenso debate sobre el atraso cambiario. Es algo lógico si sobre todo si se considera que en 2024, de punta a punta, los precios en dólares aumentaron 27%.

De esta manera, si se consideran los primeros dos años de la gestión de Milei, la inflación en dólares que se acumule podría llegar a 37%.

Hay, de todas formas, un argumento a favor del gobierno: se prevé que en Estados Unidos la inflación tras la asunción de Donald Trump se mantenga en un 2,7% anual. Así que, si se corrige la inflación argentina por el efecto de la inflación internacional, entonces en 2025 la inflación en dólares "real" se acotaría a 5%.

Para colmo, Brasil se abarata en dólar

Pero, por más que el número parezca pequeño, nada indica que el debate por el dólar se aplaque. Porque, además, entra en juego el otro gran dato del momento: los países de la región vienen desde hace tres meses en un proceso de devaluación de sus monedas -lo que implica que sus precios domésticos son más baratos, en términos de dólar-.

Brasil, la referencia más cercana, además de la más relevante a nivel comercial y turístico, tiene números elocuentes: durante 2024 la inflación fue de 4,6%, mientras que el tipo de cambio subió un 15%. Como resultado de esa cuenta, los precios, medidos en dólares, se abarataron un 9% en el año.

Las proyecciones para 2025 indican que la inflación será del 4,12%. Es difícil pronosticar a cuánto cotizará el real brasileño a fines de este año, pero por lo pronto los bancos están señalando un agravamiento en el déficit de la cuenta corriente, que podría llegar a 2,3%, lo cual deja abierto el margen para que la devaluación continúe.

En todo caso, lo cierto es que el mercado ve un año en el que mientras los precios argentinos siguen creciendo en dólares, los brasileños se mantengan, si es que no bajan.

Esa situación en la que todos parecen estar ansiosos por devaluar menos Toto Caputo, que promete frenar lo antes posible su ritmo de crawling peg, hace que el tema cambiario esté en el centro del debate.

La pelea por el nuevo dólar de equilibrio

Los funcionarios del gobierno no solo justifican el hecho de que el peso argentino se esté apreciando, sino que, lejos de admitirlo como una situación problemática, lo presentan como un síntoma de que las cosas están saliendo bien.

Es así como en los frecuentes debates en las redes sociales, los economistas como Federico Furiase, Felipe Núñez y el propio ministro Caputo argumentan que hay un cambio de paradigma, en el que habrá que acostumbrarse a que el nuevo tipo de cambio de equilibrio será más bajo que el de los últimos años.

Los ejemplos que suelen citarse para estos casos son los de los años en que el mercado mostró confianza en Argentina, dándole acceso al crédito. Así, en la convertibilidad, el tipo de cambio rondaba los $800 de hoy.

El argumento del gobierno es que hay margen como para que el tipo de cambio real siga cayendo, y argumentan que lo que permitirá esa situación es la consolidación del déficit fiscal, que a su vez permite cumplir la premisa de mantener la base monetaria congelada en $47 billones.

Según la lógica de esa argumentación, no sería raro, entonces, pensar en un 2025 en el que haya otra vez una inflación en dólares.

Por lo pronto, desde el gobierno se reafirmó que, si se confirma que el IPC se mantenga en línea con los últimos meses -noviembre dio 2,4%, se pasaría rápidamente al crawling peg de 1%. Desde el punto de vista oficial, esto ayudaría a una baja más acelerada de la inflación, porque haría más potente el "ancla cambiaria".

Pero los economistas críticos no se muestran tan de acuerdo con ese argumento. De hecho, la expectativa es que, por lo menos hasta abril, el IPC se ubicará por encima del 2%. Traducido a inflación en dólares, eso implicaría que en un cuatrimestre los precios podrían subir 4% en moneda norteamericana.

La influencia del dólar en un año electoral

El otro dato importante de este año viene por el lado político: hay elecciones legislativas. Y, según rezan los manuales de campañas electorales, nunca un Gobierno ha logrado una buena votación en momentos de descontrol cambiario.

De manera que, si se lo considera desde el punto de vista electoral, la sobrevaluación del peso podría considerarse un factor que jugará a favor de las chances de Milei: tal como les ha pasado a varios mandatarios -desde Néstor Kirchner a Mauricio Macri-, el tipo de cambio bajo genera una mayor sensación de poder adquisitivo en la población, que suele reflejarse en los votos.

Por otra parte, la estadística refleja una correlación bastante directa entre el tipo de cambio y el índice de pobreza. Es después de las grandes devaluaciones cuando se producen los picos de incremento en la pobreza; y también ocurre lo mismo en el sentido contrario, con una mejora de los índices sociales cuando el dólar está "barato".

Si se repitiera ese ciclo histórico, entonces el índice de pobreza correspondiente al primer semestre de 2025 -que se publicará en septiembre, pleno cierre de la campaña electoral- ayudará a los intereses del oficialismo.

Pero claro, del otro lado estarán quienes se quejen por el atraso cambiario, y no son pocas voces las que se alarman ante la suba de los precios en dólares. Sobre todo, por el impacto de ese fenómeno sobre el empleo industrial, dado que las empresas nacionales ven abaratarse los precios de sus competidores importados, que ahora tienen, además, menos barreras de entrada. En los últimos días, connotados directivos de empresas metalúrgicas y textiles pusieron el tema sobre el tapete.

El gran interrogante es cuál de los dos argumentos pesará más a la hora de ir a las urnas. El gobierno, por lo pronto, no niega que el peso pueda seguir revalorizándose. Es decir, no niega que Argentina pueda tener, otra vez, algo de inflación en dólares.

Y en ese debate se juega fuerte. Lo dejó el claro el propio Milei, quien dijo que le daban vergüenza las críticas de su ex admirado Domingo Cavallo, que pidió una corrección devaluatoria. Milei afirma que en los días en que Cavallo era ministro el tipo de cambio real era de $700 -Cavallo dice que era de $900-, con la diferencia fundamental de que aquella gestión no tenía, como esta, un superávit fiscal que mostrar.

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