Milei disfruta: cuanto mejor le va a la economía, más fácil es ganar gobernabilidad en el Congreso
El martes 12 de noviembre quedará marcado en el almanaque de Javier Milei como uno de los mejores días de su presidencia: se demostró a sí mismo y al resto del arco político que, pese a su pequeña representación legislativa, pudo ponerle un escudo al bloqueo en el Congreso. Y, para completar, el IPC de septiembre dio un número más bajo que el que habían pronosticado los más optimistas.
En realidad, ambos temas van de la mano, dado que cuando mejor resultan los indicadores de la economía -en particular el fiscal-, mayor es la capacidad de negociación -por no decir presión- sobre los gobernadores provinciales, que terminan ayudando a sumar o restar votos en el Congreso, según le convenga al gobierno.
Ya había quedado en claro cuando Milei vetó las iniciativas que, desde el punto de vista oficial, ponían en riesgo el equilibrio fiscal -como las leyes de financiamiento universitario y de reformulación de la indexación jubilatoria-. En ambos casos el gobierno logró su propósito gracias a lo votos del peronismo negociador, que es, precisamente, el que está contando con la ayuda del superávit fiscal para poder financiar obras en sus respectivos territorios.
Ahora, otra vez se repitió la escena: el gobierno hizo valer la fortaleza que le otorgan los últimos indicadores positivos para recordarles a los gobernadores que las provincias tendrían más para sufrir que el propio Milei si la oposición se salía con la suya. No sólo estaría en duda el traspaso de fondos para gobernadores con urgencias financieras sino que, además, también correrían riesgo los programas de refinanciación de deuda provincial dolarizada.
Un raid de indicadores positivos
En definitiva, Milei festejó la comprobación de que, cuantos más indicadores positivos se acumulan en el plano económico, mayor es su fortaleza política para negociar en el Congreso.
Este miércoles, como frutilla del postre, se conoció también el dato de variación salarial correspondiente a septiembre. Y se confirmó que, por sexto mes consecutivo, los ingresos de los trabajadores evolucionaron a mayor velocidad que los precios: un promedio de 4,7% mensual.
Como suele ocurrir con los datos positivos, se festejan el doble si vinieron precedidos de pronósticos negativos por parte de los críticos. Y el gobierno tiene, en ese terreno, bastante para celebrar, dado que hasta economistas de línea liberal habían pronosticado que el gobierno se encontraría con un piso casi imposible de perforar para la inflación, en torno a un 5% mensual. Fue por ese motivo que Milei apareció tan eufórico en sus mensajes en las redes sociales, con videos que recordaban sus promesas sobre su compromiso con la baja de la inflación.
Y fue por eso que Luis Toto Caputo destacó que el IPC de octubre no sólo era el más bajo en casi tres años sino que, además, se está produciendo una mejora en los indicadores sociales: tanto la canasta básica -la que mide la línea de pobreza- como la canasta alimentaria -la que mide la indigencia- tuvieron variaciones más bajas aun: 1,2% y 1,4% respectivamente.
La franja de menores ingresos de la población -que suele coincidir con el sector informal- tuvo en septiembre una recuperación de 10,4%, según la estadística del Indec, lo cual habilita a Milei a reforzar su discurso sobre una disminución de la pobreza.
Además, el dato llega tras una semana en la que el gobierno celebró datos positivos de la economía real, como los incrementos mensuales en la producción industrial y en la actividad de la construcción. Y también que en octubre las ventas de las empresas pymes superaron, en términos reales, el nivel del año pasado, según la encuesta de la Cámara de la Mediana Empresa (CAME).
Con esos números en la mano, la consigna del gobierno es "la recesión quedó atrás". Y otro dato estadístico fue elocuente en ese sentido: aunque la recaudación fiscal cayó -por el efecto de la reducción en el impuesto PAIS-, está aumentando con fuerza el ingreso por el IVA, el tributo más directamente ligado a la actividad comercial. De hecho, en octubre, se recaudó lo mismo, en términos reales, que en el auge del "Plan Platita" de Sergio Massa.
Mejoran condiciones para fin del cepo
Pero, acaso lo más importante para el gobierno: en un momento en que el debate del mercado es si la actual estabilidad financiera será de corta duración o si tiene bases sólidas, Caputo puede aferrarse a su argumento de que la inflación doméstica está convergiendo a la tasa de crawling peg más la inflación internacional.
En Estados Unidos, la inflación mensual está en un 0,2% mensual y un 2,4% anual. Es decir, de acuerdo con la fórmula que maneja Caputo, Argentina está apenas a cinco décimas de la "normalidad", porque con un 2,2% al mes ya estaría convergiendo a ese nivel de la economía global. En realidad, Milei toma otro indicador que es todavía más favorable para Argentina: el índice de inflación de las economías desarrolladas, que está más cerca del 0,5% mensual. Según esa cuenta, Argentina tiene apenas un 0,2% de inflación excedente.
En otras palabras, para Caputo ya no tiene sentido el debate sobre si se está atrasando el tipo de cambio en Argentina, porque la inflación local -medida en dólares- está ya cerca del nivel de Estados Unidos, el nivel que se toma como referencia global.
Milei respaldó con un contundente "¡Vamos Toto carajo!" la publicación de estos nuevos indicadores. Y muchos recordaron que, en sus últimos discursos sobre el momento ideal para levantar el cepo cambiario, había dicho que se daría de forma "natural" cuando la inflación argentina "no inducida" -es decir, una vez descontado el 2% del crawling peg", convergiera a la internacional.
De manera que el dato de IPC de octubre revitaliza las versiones sobre que el levantamiento del cepo puede ocurrir antes de lo esperado.
La otra consecuencia del 2,7% que se acaba de publicar es que el mercado ya da por descontado que, a partir de ahora, empieza una etapa en la que el Banco Central ralentizará su tasa devaluatoria. Ya el recorte de tasas de interés había sido un anticipo en ese sentido -si no se frena la devaluación, se corre el riesgo de un traspaso de los inversores al dólar-.
Pero, sobre todo, lo que justifica la medida es el apego del plan Caputo a la clásica herramienta del "ancla cambiaria". Ya en la proyección de indicadores contenida en el presupuesto 2025 había señales claras al respecto: se prevé que el tipo de cambio y los precios evolucionen a una velocidad casi idéntica el año que viene, en torno del 18%. Y esto implica que, tanto el crawling peg como el IPC tendrían un ritmo mensual promedio del 1,5%.
Milei gana músculo político
Pero claro, todos esos números positivos habrían quedado empañados si no hubiese ocurrido, además, un hecho trascendental en el plano político: Milei logró frenar la ofensiva de la oposición para limitar el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia.
Con minoría en ambas cámaras y una dependencia permanente de la negociación con aliados, Milei ha demostrado su preferencia por canalizar la mayor cantidad de reformas importantes a través de los DNU. En ese marco, el clásico "toma y daca" con gobernadores provinciales- no sólo ha sido fundamental para la aprobación de leyes impulsadas por el Ejecutivo sino, sobre todo, para poder vetar las leyes con contenido de "contrarreforma" que impulsaban los "degenerados fiscales", al decir de Milei.
En esta ocasión, el presidente se enfrentaba ante uno de sus mayores riesgos: el proyecto, impulsado por Miguel Ángel Pichetto, que condicionaba el recurso del DNU a que ambas cámaras debieran dar una confirmación expresa. En los hechos significaba casi la imposibilidad de seguir usando los DNU y, peor aun, se ponía en riesgo la continuidad de la política financiera de Caputo.
Ocurre que uno de los principales decretos habilitaba al gobierno a proponer al mercado canjes de deuda sin autorización previa del Congreso. Y es un tema fundamental para el plan económico, que se enfrenta a un calendario de pagos exigente para 2025.
Como el ingreso de dólares por el blanqueo de capitales y la mejora en las reservas del BCRA posibilitaron una abrupta baja del índice de riesgo país -está en 819 puntos después de haber tocado un máximo de 1.600 en agosto pasado-, Caputo puede ahora permitirse una oferta de canje a los acreedores que implique un recorte en las tasas.
Y no es el único interesado en esa operatoria: las provincias también tienen sus calendarios de vencimientos, y ningún gobernador se ha mostrado dispuesto a seguir los pasos del riojano Ricardo Quintela, que defaulteó la deuda provincial, emitió la cuasimoneda "Chacho" para pagarle a proveedores y ya sufrió una derrota judicial en un tribunal de Nueva York, ante una demanda de acreedores.
Los números del Congreso expresan con elocuencia esa mayor fortaleza relativa que ganó Milei: entre toda la oposición -incluyendo no sólo al kirchnerismo sino también al sector de Pichetto y a parte de la Unión Cívica Radical- no se llegó a los 129 miembros necesarios para que la cámara de Diputados pudiera sesionar. Hasta hace algunos días, se daba como obvio que el numero se lograría holgadamente; sin embargo, diputados que responden a los gobernadores fueron desertando hasta que se hizo evidente que el quorum no se lograría.
Para completar la alegría de Milei, estos logros en los planos económico y político ocurren justo en vísperas de su viaje a Estados Unidos para entrevistarse con Donald Trump. Será la oportunidad en la que no solamente reforzará su perfil de referente del "libertarianismo" global sino, sobre todo, de mostrarles resultados concretos a los empresarios a los que el gobierno quiere tentar para que radiquen inversiones.