Índice hamburguesa: qué revela sobre el dólar y el poder adquisitivo de los argentinos
Mientras Argentina salía campeón del Mundo de Fútbol en México en 1986, la revista The Economist creaba el Índice Big Mac, una medida informal de la paridad del poder adquisitivo (PPA) entre diferentes monedas. El índice se basa en el precio de una hamburguesa Big Mac en distintos países. La idea es que, en un mercado competitivo, el valor debería ser aproximadamente el mismo en todo el mundo cuando se ajusta por tipo de cambio. Si hay diferencias significativas en el precio, se puede inferir que una moneda está sobrevaluada o subvaluada en relación con otra. Es una forma sencilla de comparar el costo de vida y la economía entre países.
Luego del triunfo de la Selección Argentina de fútbol en la Copa Mundial de 2022 en Qatar y Copa América 2024 en Estados Unidos, casi sin ninguna coincidencia, analizaremos el poder adquisitivo en la Argentina a través de este índice, comparando el costo de una hamburguesa tipo Big Mac en cadenas argentinas con el de una hamburguesa artesanal.
Precios de las distintas hamburguesas
Según el Índice Big Mac, el precio en dólares de una hamburguesa en Argentina es de u$s5,19. En comparación, una hamburguesa de tipo Big Mac en una cadena argentina tiene un precio de u$s5,29, mientras que una versión artesanal cuesta 6,04 dólares.
Estos resultados indican que ambas opciones en la Argentina son más costosas que la hamburguesa tradicional, lo que podría sugerir que los costos de producción en el país son superiores o, por el contrario, el valor agregado es mayor en una hamburguesa de cadena fast food nacional y artesanal, independientemente de los decisiones y valoraciones individuales subjetivas por parte del consumidor potencial. Esta segunda hipótesis puede tener gran fundamento.
Cantidad de hamburguesas que se pueden comprar con el salario mínimo
A continuación, realizamos un análisis del número de hamburguesas Big Mac que se pueden adquirir con el salario mínimo en Argentina a lo largo del tiempo. En 2021, con un salario mínimo vital y móvil de u$s157,24, se podían comprar 41,93 hamburguesas. En 2022, este salario se redujo a u$s156,18, lo que permitió la compra de 36,41 hamburguesas. Para 2023, el salario mínimo cayó a u$s118,59, lo que se tradujo en la posibilidad de adquirir solo 22,33 hamburguesas. Finalmente, en 2024, el salario aumentó a u$s184,12, permitiendo la compra de 35,48 hamburguesas.
Este análisis pone de manifiesto el deterioro del poder adquisitivo de los argentinos en los últimos años, aunque se observa una mejora en 2024. Sin embargo, es importante señalar que esta cifra aún se encuentra por debajo de la capacidad de compra registrada en 2021.
Parecería ser más justo comparar entonces el precio de los bienes en relación a la mejora de poder adquisitivo de nuestra moneda medido en dólares. Aquí comienzan los debates. ¿El peso se apreció frente al dólar o el dólar esá retrasado frente a la variación de precios en pesos de nuestra economía? A comienzos de 2024, se estimaba que, con el nivel de variación de precios de nuestra economía, el tipo de cambio perdería su competitividad rápidamente hacia los meses de abril o mayo pasado.
Sin embargo, la inflación bajó a un nivel más contundente a lo esperado y el tipo de cambio real multilateral sigue con vida aún. ¿En qué nivel se encuentra? A nivel de noviembre 2023 pero cómo ahora se liquida a un blend del 20% al CCL y no 50% y 50 % como el año pasado eso erosiona la competitividad más rápido. La baja definitiva del Impuesto País proyectada para diciembre 2024 oxigenará ese tipo de cambio probablemente y, si la inflación promedio para próximos meses va hacia un promedio de 2,3% a 2,9%, el Gobierno logrará en forma más sostenida sostener el crawling peg del 2% hacia los próximos meses. La última parada de corrección del tipo de cambio será ante el eventual levantamiento del cepo aún sin fecha cierta.
Por último, llevamos a cabo un análisis del costo de elaboración de una hamburguesa tipo Big Mac casera en pesos en la Argentina desde 2016 hasta 2024. Este análisis revela un incremento significativo en dicho costo a lo largo del tiempo. En 2017, se registró el costo más bajo, siendo de $13,68. En contraste, en 2024, el costo de elaborar la misma hamburguesa asciende a 958,16 pesos.
Al evaluar la inflación acumulada de este costo desde 2016 hasta 2024, observamos un incremento del 3.784%. Durante este período, el costo de elaboración se elevó de $24,67 a $958,16. Es importante destacar que solo en el último año, es decir, de 2023 a 2024, la inflación acumulada alcanza el 223%, con un aumento del precio de $296,40 a $958,16. Este análisis pone de manifiesto la presión inflacionaria que ha afectado el costo de los insumos y la elaboración de alimentos en el país. Aquí el gran dato que la inflación acumulada en este mismo período fue de 9.353%. Es decir que el costo de elaborar una hamburguesa subió 2,5 veces menos que la inflación acumulada promedio de la economía.
Esto nos permite inferir que, a veces, al tomar solo un bien de la economía se puede caer en el error de que se recupera poder adquisitivo en ese bien, pero se pierde en el promedio de adquisición del resto de la canasta de bienes y servicios en la economía. También que en este caso hay un proceso de diferencia de valor agregado entre diferentes marcas y productos y que los costos no determinan los precios sino al revés los precios determinan los costos. Básicamente y en un fast food el proceso subjetivo de valor entre una cadena de fast food y otra es absolutamente personal.
Es importante señalar, al realizar un análisis de este tipo, que la demanda también impone cierto techo a su valoración y precio cuando tiene restricción del ingreso para acceder a más bienes y servicios por pérdida de poder adquisitivo frente a las variación de los precios relativos de la economía. El sector gastronómico justamente es uno de los que ha presentado mayor caída en sus ventas en el acumulado del año.
El economista Carl Menger expresaba que "cuanto más progresan los hombres por la senda de la cultura, tanto más suelen las personas concretas, en virtud del avanzado proceso de división del trabajo, producir cantidades de bienes del orden superior bajo el supuesto tácito y, de ordinario también correcto, de que otras personas producirán por su parte las correspondientes cantidades de los bienes complementarios". Es decir que no habría hamburguesas sin pan, carne, tomate, cebolla, lechuga, barbacoa, mayonesa, huevo y los diferentes productos valorados por la demanda para su elaboración.