ENCUENTRO CLAVE

El Gobierno se resiste a seguir la receta del FMI y propone un "cepo limitado"

Luis Caputo no está apurado para firmar un acuerdo. El ministro buscará imponer condiciones, con la prioridad en la baja de la inflación
ECONOMÍA - 24 de Octubre, 2024

Luis Caputo no habla de plazos cuando le consultan para cuándo podría estar cerrado un nuevo programa con el Fondo Monetario. Se muestra reacio a brindar detalles. Cualquier desliz podría provocar tensiones en un mercado financiero, al que le costó dominar en medio de una crisis prolongada y profunda.

"La negociación va a llevar tiempo", define el ministro. No dice demasiado sobre la posibilidad de conseguir financiamiento adicional. "Es difícil definir cuánto dinero habrá", manifiesta.

Luis Caputo prepara nueva propuesta para el FMI

Caputo no demuestra ningún apuro por resolver la negociación con el FMI. No hay vencimientos relevantes en el corto plazo. Eso sí, necesita que los otros organismos —Banco Mundial y BID— mantengan el flujo de dólares hacia la Argentina. El año que viene vencen u$s5.000 millones con esas entidades, a los que Argentina les vino pagando en forma neta en los últimos tiempos.

Javier Milei y su ministro no lo dicen abiertamente, pero en el equipo económico dan cuenta de cierta molestia del primer mandatario con el Fondo Monetario Internacional. Ya no se personaliza en alguien en particular —como en su momento se apuntó contra Rodrigo Valdés, el ex encargado del caso argentino—, sino que se habla en general.

"Están haciendo el mayor ajuste fiscal de la historia, se ordenaron las cuentas que nadie pudo y existe un compromiso total en sostenerlo, pero a veces existe el sentimiento de que no hay una contrapartida", arriesga un economista que conoce bien a Caputo.

Javier Milei se resiste a seguir la receta del FMI

Claudio Loser, exdirector del FMI, conoce muy bien los pasillos del organismo. Vive en Washington desde hace 30 años. Está convencido de que, más temprano que tarde, habrá un nuevo pacto entre Argentina y el Fondo. Pero no sabe cuándo.

El economista piensa que la clave de ese acercamiento será el plazo.

Está claro que Milei no quiere seguir la receta propuesta por el FMI al pie de la letra. El organismo le reclama la salida de "siempre": una devaluación que permita la acumulación de dólares en el Banco Central y la unificación cambiaria.

El Presidente, lo dijo en público, no quiere arriesgar nada. No quitará las regulaciones a menos que tenga suficiente cantidad de divisas en el BCRA.

A diferencia de lo que sucedió durante la época de Mauricio Macri, —el Fondo dio u$s45.000 millones, pero eso no alcanzó para estabilizar los mercados—, Milei cree que ahora están las condiciones: hay un ordenamiento de las cuentas públicas y un estricto plan monetario.

Pero el Fondo Monetario resiste a otorgar dólares si antes no se quita el cepo.

El Gobierno analiza ofrecer la posibilidad de un "cepo limitado"

Un acuerdo de corta duración podría acercar a las partes, arriesga Loser. Un acuerdo de entre 18 y 24 meses de duración.

A cambio, podría haber divisas para el país. Algo más de lo que la Argentina debería abonar durante ese lapso.

A lo largo de 2025, la Argentina debe hacer frente a vencimientos por unos u$s3.000 millones con el FMI. Deberá abonarlos en caso de no contar con un acuerdo.

En caso de tener un programa vigente por 18 o 24 meses, ese dinero se refinanciaría automáticamente. Y, adicionalmente, el Fondo podría acercar otros u$s4.000 o u$s5.000 millones adicionales.

Eso sí: el Gobierno se comprometería a salir del cepo antes de que finalice el programa "corto". Esa sería la condición de un acuerdo de este tipo.

En encuentros con inversores y fondos de inversión extranjeros con intereses en Argentina, el viceministro José Luis Daza admitió que el canal comercial se irá liberando en su totalidad.

Es decir, no faltarán dólares para quienes quieran importar. Para el comercio no habrá cepo. De hecho, el Banco Central volvió a acortar los plazos para darles las divisas a los importadores.

En donde se mantendrán las restricciones será en el canal financiero. Incluidas las remesas de utilidades de las empresas. Está más que claro que no hay dólares para todos.

El mensaje del elenco oficial en su visita a Washington no difiere de la que vienen diciendo a quienes visitan Buenos Aires: la prioridad es quitar trabas al comercio exterior. Pero que no hay ningún apuro en salir de las restricciones de la denominada cuenta capital.

En simultáneo, persiste la necesidad de que la inflación baje lo más rápido posible a por lo menos el 2% mensual, que es el ritmo de devaluación del "crawling peg".

Si esto no se cumple, el riesgo es que los inversores desconfíen del "plan Caputo" y se agrande la brecha cambiaria.

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