Paolo Rocca analiza darle una segunda oportunidad al proyecto de GNL en Bahía Blanca
Los planes para exportar energía proveniente del yacimiento no convencional de Vaca Muerta, denominación técnica que describe un tipo de roca sedimentaria que contiene petróleo y gas en condiciones distintas a las habituales, le dan a la ciudad y al puerto bonaerense de Bahía Blanca, una segunda oportunidad para exportar gas desde sus terminales portuarias y tomar una revancha simbólica de la millonaria inversión perdida por la producción de gas natural licuado (GNL) de las empresas YPF y Petronas que prefirieron elegir la localidad rionegrina de Sierra Grande y construir un puerto, prácticamente, desde sus cimientos.
Al rescate de Bahía Blanca y de los planes perdidos para convertirse en un gran polo exportador de energía desde la provincia de Buenos Aires gobernada por Axel Kicillof surgió la compañía Tecpetrol, cuyos ejecutivos, que responden a la conducción del CEO Ricardo Markous, posaron su mirada y su interés en la ciudad portuaria más importante del sur del país para comenzar a diseñar en el tablero un plan de negocios.
En la actualidad la idea se encuentra en la etapa de front-end engineering design (FEED), como se denomina en ingeniería, al modelo de planificación previa a la presentación del proyecto luego de analizar su viabilidad y sus costos, que finalizará a comienzos del año 2025.
No se trata de un proyecto novedoso. De hecho, se estudia su factibilidad desde hace más de un año, mientras se desarrollaba la puja económica y política entre el gobierno de la provincia de Buenos Aires y el de Río Negro por la inversión de YPF.
Tecpetrol, con la mirada puesta en un proyecto para exportar GNL de Vaca Muerta
Solo que Tecpetrol avanzó en silencio y enmascarado con Bahía Blanca, a la espera de una resolución de la puja que tuvo una injerencia pública política, por la cual el gobierno nacional de Javier Milei jugó abiertamente a favor del rionegrino de Alberto Weretilneck, y económica-institucional, por las cuales los ejecutivos de YPF y Petronas eligieron no convalidar trabajar con lo que se denomina en términos libertarios, "casta portuaria", que poseen sillas de mando en los consorcios de gestión y que tienen terminales políticas y gremiales bien definidas.
Pero el interés que despierta el gas no convencional de Vaca Muerta en el mundo, todo lo puede y los planes que se inauguraron el 8 de noviembre de 2011, cuando YPF expresó, a través de un comunicado, que se hallaban frente a un "hallazgo de calidad mundial", están más vigentes que nunca.
El potencial del yacimiento descubierto por el geólogo estadounidense, Charles Edwin Weaver, en el año 1931, fue refrendado ochenta años después cuando se concluyó que la formación de Vaca Muerta tiene una profundidad que oscila entre los 600 y los 3.400 metros con un espesor de 1.200 metros que podría producir cerca de 927 millones de barriles de petróleo, el equivalente, en el año 2011, de 5 años de la producción de la empresa YPF en la Argentina.
En lo que respecta a gas, la Nación Argentina podría autoabastecerse y constituir un recurso estratégico como parte de las transiciones energéticas que atraviesa la Humanidad para contribuir a la descarbonización de la producción mundial. Desde luego que Argentina puede convertirse en un exportador de gas en firme para los países limítrofes y, en un paso posterior, en el que está pensando la compañía Tecpetrol del Grupo Techint de Paolo Rocca, exportar al mundo con una planta de GNL.
Una fábrica que será terrestre, modular y que presenta una notable diferencia con el proyecto Argentina GNL de YPF. Tecpetrol trabaja en un proyecto cuyos aspectos productivos se realizarán en tierra, en Ingeniero White, donde hay terrenos que quedaron vacantes cuando YPF decidió mudar sus operaciones hacia Río Negro.
Mientras que YPF realizará inicialmente el proceso de licuefacción, el proceso de cambio físico en el que una sustancia en estado gaseoso pasa a estado líquido necesario para exportar GNL, desde un barco, Tecpetrol estará cerca del puerto de Bahía Blanca, pero no dependerá de las condiciones marítimas que requieren un bajo oleaje y un calado profundo para la ubicación de un buque licuefactor.
Un proyecto que fortalece a Axel Kicillof y a la llamada "casta portuaria" en Bahía Blanca
Es también una especie de revancha política para el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el intendente bahiense, Federico Susbielles, que aceptó el régimen de incentivo para grandes inversiones (RIGI) de la administración de Javier Milei, en su intento de conseguir, sin éxito alguno, la instalación del proyecto de GNL de YPF y Petronas.
Pero, en esta decisión de la empresa petrolera nacional primaron cuestiones políticas, y, también, institucionales y jurídicas.
Las cajas negras de la política bonaerense de libre disponibilidad que se realizan a través de los Entes Públicos No Estatales que conforman los Consorcios de Gestión de Puertos de la Provincia de Buenos Aires, y que son los verdaderos semilleros de dirigentes políticos del peronismo o del Frente de Todos que han recibido un tremendo revés con la decisión de YPF de ignorar a la tradicional estación portuaria de Bahía Blanca y con ello a los planes de tener acceso a uno de los negocios más rentables que la humanidad ha creado: el petróleo y sus derivados.
Para tener una idea de los montos recaudados por estos Entes, podemos citar como ejemplo al Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, que informa una recaudación anual de unos 100 millones de dólares, con una estructura de 90 empleados.
Para los ejecutivos del ítalo-argentino Paolo Rocca, estos detalles burocráticos y políticos no parecen constituir un escollo insalvable para sus planes exportadores.