Cristina contraataca con su defensa al cepo y polariza con el discurso fiscalista de Milei
"Sigue siendo la economía bimonetaria, estúpido". La frase elegida por Cristina Kirchner para su última "clase magistral" en la Universidad del Oeste no se limitaba a repetir la famosa fórmula tan usada en la política internacional, sino que esta vez parecía esta vez tener un destinatario bien concreto: Javier Milei.
No fue casualidad ni la elección del tema ni del momento: justo antes de que el presidente pronuncie su discurso ante el Congreso para presentar el presupuesto 2025. Ese evento que, según el propio Milei, será "un hito que marcará un antes y un después en la historia económica argentina".
Y es que Cristina demostró querer dar la nueva pelea conceptual en la economía, donde se bosquejan dos facciones: por un lado, la oficialista, que postula que el equilibrio fiscal y el congelamiento monetario será la llave de la estabilidad; y, por otro lado, el grupo que defiende la vieja idea de que mientras no se resuelva la escasez de dólares no habrá forma de impedir las crisis cíclicas.
Jugando de local en su bastión del conurbano oeste, en el corazón de Merlo, Cristina parece confirmar las versiones sobre su intención de mantener el liderazgo político y, aprovechando que las encuestas muestran un repunte en el conurbano, acaso asumir una candidatura en las elecciones legislativas de 2025. También fue llamativo el "timing" de dar una charla en una de las nuevas universidades públicas justo cuando recrudece el debate sobre el financiamiento fiscal para la educación superior.
Pero, sobre todo, lo que no pareció casual fue que la "clase magistral" de Cristina haya ocurrido una semana después del discurso de Milei ante el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas. En aquella ocasión, Milei había usado el tono irónico, con varias frases del tipo "tome nota, Cristina", como si le estuviera explicando nociones básicas de teoría monetaria.
Cristina Kirchner, en defensa del cepo cambiario
Como la propia Cristina reconoció, su insistencia con los problemas de la economía bimonetaria ya es añeja y sus argumentos se están repitiendo desde hace mucho tiempo. Sin embargo, hay algo que cambió: ciertos argumentos que antes solo eran apoyados por la línea "keynesiana" e intervencionista ahora también son aceptados por la facción de los economistas ortodoxos.
Más concretamente, la necesidad del cepo. Fue uno de los momentos que más disfrutó Cristina en su respuesta a Milei. Recordó que desde la misma fundación FIEL se había admitido la necesidad de mantener ciertas restricciones al atesoramiento de dólares por parte de individuos. Y que desde una de las principales consultoras del mercado se planteó la propuesta de "un cepo en capas" en el que se cuotificará la posibilidad de que las empresas giren divisas al exterior.
Para Cristina hay una única interpretación sobre este hecho: finalmente ella ganó la batalla conceptual, en el sentido de que ya es mayoritaria la aceptación de que en Argentina no se puede dejar flotar el tipo de cambio sin que se produzca una crisis.
"Se empieza a visualizar que esto de la economía bimonetaria y los problemas de la escasez de dólares no es una construcción ideológica del peronismo, es estrictamente empírica basada en la experiencia", dijo la expresidenta.
Y fue más allá, al insinuar que, en el fondo, el propio Milei y su ministro Luis Caputo también están de acuerdo con esa idea, y que es por eso que no levantan el cepo cambiario.
Reservas versus superávit fiscal: dos temas que enfrentan a Cristian Kirchner y Javier Milei
Lo cierto es que en los últimos días se han intensificado las expresiones de duda sobre las posibilidades de éxito del plan económico. El inesperado salto inflacionario de agosto agravó las dudas. Y el hecho de que el gobierno haya festejado el desplazamiento de Rodrigo Valdés como negociador del FMI para la deuda argentina pareció confirmar las sospechas sobre que el gobierno se propone destrabar una asistencia financiera con dólares frescos.
Es algo que contrasta con el argumento que Milei ha intentado imponer en los últimos días. De hecho, su respuesta a Cristina Kirchner en la polémica sobre la "economía bimonetaria" fue, en realidad, un mensaje al mercado financiero. Y también por esa razón fue que le dio tanta relevancia política al anuncio del presupuesto, un tema técnico usualmente a cargo de los ministros de economía, que Milei ha decidido transformar en una declaración de principios fiscalistas
Milei, en contra de lo que afirma la expresidenta -que dice que el gobierno no está a salvo de sufrir una nueva corrida cambiaria, dada su dificultad para acumular reservas en el BCRA-, dice que en realidad es al revés, que no son las reservas, sino las cuentas fiscales las que aseguran la estabilidad del tipo de cambio.
Su argumento es que, al no existir déficit fiscal, se eliminan las presiones para la emisión monetaria, y que ese es el punto clave, porque lo que determina el riesgo de una crisis devaluatoria es el "overhang" de pesos.
Milei relativiza la importancia del superávit comercial, porque afirma que el hecho de que un exportador venda dólares no significa que quiere comprar pesos. En un contexto de cepo cambiario, el exportador no tiene otra opción, y por eso es presumible que, a la primera oportunidad que tenga, tratará de sacarse de encima esos pesos lo antes posible.
Por eso afirma que el momento de levantar el cepo será cuando la demanda de pesos real de los argentinos sea igual a la "demanda amplia" -que incluye el dinero encajado en el BCRA-. Y que eso ocurrirá por la combinación de la reactivación económica más la política de "emisión cero".
Cristina Kirchner cuestiona el argumento monetarista de Javier Milei
Del lado de enfrente, Cristina se muestra decidida a meter el dedo en la llaga. Por un lado, cuestionó la relativización que Milei hace sobre las reservas, al señalar la dificultad para el pago de la deuda, y que el propio hecho de haber desplazado a Valdés del FMI es la prueba de que el propio presidente no cree tanto en su discurso fiscalista.
Pero, sobre todo, cuestionó otro de los pilares argumentales del gobierno, que es la "limpieza" del balance del Banco Central, porque en realidad lo que antes eran pasivos no remunerados ahora forman parte de la deuda del Tesoro.
También en este punto se nota una extraña coincidencia entre Cristina y buena parte de la ortodoxia del gremio de economistas, que critican la estrategia de Toto Caputo. De hecho, en los últimos días se escucharon advertencias sobre cierta tendencia al maquillaje financiero, porque la refinanciación de deuda en pesos una mayor emisión de bonos "cupón cero" -que no van pagando intereses durante la vida del bono y dejan todo el premio para el vencimiento final-, entonces hay una apariencia de mejora financiera que no es tal.
Decidida a apuntar contradicciones en el discurso oficialista, Cristina recordó que el propio Caputo dijo que no tenía sentido devaluar porque eso tendría un inmediato correlato inflacionario. Es decir, algo que contradice el argumento de Milei.
Para el presidente, es un error hablar del "contagio" del dólar a los precios, porque en realidad lo que ocurre es que el dólar es apenas un indicador temprano de la inflación y no un factor que provoque los aumentos.
Cristina no dejó pasar su oportunidad para contestar. "Y por qué es un alerta temprano, Milei, porque la gente se va a atesorar en dólares, o se va a fugar, y por eso ‘es la economía bimonetaria, estúpido’. Eso es lo que estamos diciendo. Él sabe que es así".
Los dólares de la clase media, en la mira de Javier Milei
El otro momento que disfrutó Cristina fue cuando respondió la afirmación de Milei sobre que la dificultad para bajar la inflación reside en el rezago que existe entre el momento de la emisión inflacionaria y el del aumento del precio en la góndola. Milei afirma que el promedio de ese rezago es de 24 meses.
Como respuesta, Cristina apeló a la historia reciente argentina y le recordó que, cuando se implementó el Plan Austral, la inflación venía a una velocidad de casi 30% mensual y en un mes cayó al entorno del 5% y siguió bajando. Según la expresidenta, esto evidencia que, a diferencia de lo que ocurría en 1985, ahora no hay un plan de estabilización bien diseñado.
Pero los dardos de Cristina no se limitaron a Milei, sino que también apuntó contra los empresarios que apoyan su plan, y especialmente a los asistentes de la charla del presidente en el IAEF de Mendoza, que aplaudieron el discurso. Allí, Milei explicó que su plan era congelar la emisión, de manera que, cuando la economía se reactivara y aumentara la demanda de dinero, el peso se transformara en un bien escaso, y las empresas tuvieran que salir a usar sus dólares.
Para Cristina, esto implica que hay empresarios que están apoyando un plan que llevará finalmente a una recesión por falta de monetización. Y que, en el fondo, la idea de Milei es forzar a la clase media a vender "el canuto" de los dólares ahorrados.
En definitiva, la expresidenta dejó en claro su estrategia política: ante los problemas de Milei para deshacerse del cepo, cree que exacerbar el debate sobre la "economía bimonetaria" hará crecer su base de apoyo más allá del kirchnerismo duro.
El detalle, como en todos sus discursos sobre el mismo tema, es que no realizó una propuesta concreta sobre cómo resolver la escasez de divisas más allá de rebautizar al denostado "cepo" y discutir sobre su diseño.