La clase media no quiere resignar las salidas: qué cambios adoptó ante los bolsillos flacos
Los referentes del sector del entretenimiento aseguran que el público argentino sigue ávido de diversión y, sabiendo que el contexto económico no acompaña, ajustan sus salidas de acuerdo con el tamaño de sus bolsillos. ¿Cómo cambió el consumo del entretenimiento en la era Milei?
Según la última medición de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), el sector Recreación y Cultura mostró en junio un decrecimiento del 33,7% interanual, una caída que se explica por la fuerte baja de los ingresos reales.
Por ello, sin más, el consumidor no se rinde y adapta sus opciones de esparcimiento a sus recursos cada vez más limitados. Los empresarios del sector coinciden en que, a pesar del contexto, el cine, el teatro y la música en vivo continúan siendo los tradicionales refugios culturales.
Sebastián De María, creador de la productora local de experiencias inmersivas Enigmax junto a Mariano Rizzuto, señala que el sector del entretenimiento en Argentina viene demostrando una "resiliencia digna de admiración". No obstante, reconoce matices importantes teniendo en cuenta que las ventas de entradas a los cines fueron las peores en los últimos 15 años: en mayo se vendieron 2.158.146 de entradas, un 56% menos respecto a mayo del 2023, según las cifras fiscalizadas por Ultracine, portal sobre la industria cinematográfica.
"Las salidas al cine, que solían ser una tradición invernal, se han visto disminuidas, reflejando la realidad de un público que ha tenido que ajustar sus hábitos de consumo debido a la inflación y a la inestabilidad económica", destacó De María.
Aun así, el productor y empresario subraya que, si antes las personas salían cuatro veces al mes, ahora lo hacen dos. "El espectador se ha vuelto más selectivo, eligiendo experiencias que ofrezcan algo nuevo, que generen un impacto duradero y que justifiquen el gasto de ese dinero que tanto le cuesta hoy conseguir. En este contexto, nunca antes se vio tanta cantidad de muestras itinerantes inmersivas, una opción que muchas personas eligen para divertirse", dijo.
Estas muestras, detalla De María, van desde las proyecciones inmersivas de obras de arte, como la de Van Gogh, que atraen a un público más selecto, hasta exhibiciones que celebran ídolos populares como Messi o aquellas dirigidas a los más pequeños, como Imagina Bocha. Estas propuestas son una muestra del abanico cultural cada vez más amplio y diverso que se ofrece en Argentina, adaptándose a las demandas y gustos de distintos segmentos de la población.
Teatro de pie
En cuanto al teatro, la disminución no fue tan marcada. Según compartió en sus redes sociales Sebastián Blutrach, presidente de la Asociación Argentina de Empresarios de Teatro y Música (AADET), el primer semestre registró una disminución acumulada de espectadores del 15% respecto al año pasado, con un caudal de público que alcanzó los 1,2 millones de espectadores. La cantidad de espectadores por función, agregó, registró una disminución del 23% respecto al año pasado, aunque se ubicó como la segunda más elevada de los últimos 7 años. Blutrach, quien además es dueño del teatro Picadero, explica que la caída no fue tan pronunciada debido a que el sector mantuvo los precios por debajo de la inflación.
Por su parte, Alejandra Sierra, directora general del Teatro Gargantúa del barrio Chacarita de la Ciudad de Buenos Aires, observa que, en términos generales, la venta de entradas del teatro funcionó muy bien en vacaciones de invierno, especialmente las obras infantiles. Sin embargo, también señala que para el resto de la oferta no hubo tanta concurrencia, lo que indica que las familias, al elegir en qué gastar, priorizan a los más pequeños.
La directora del teatro también resalta que el recorte de presupuesto se nota en las consumiciones. En Gargantúa, que es café concert, es decir, que además del show se ofrece un menú de picadas, ahora el público paga la entrada, pero no come y a lo sumo solo bebe algo que no sea caro. Actualmente, las entradas a las obras de este teatro oscilan entre $8.000 y los $10.000 y, una picada con una lata de cerveza arranca en los 11.500 pesos.
"También notamos que el público se fija en quiénes son los actores, dónde se exhibe la obra, cómo es la carta; es decir, que solamente invierte en algo que considera que vale la pena. Definitivamente, se busca el precio, el vuelto y algo de calidad, pero lo que no falla es cuando hacemos 2x1", remarca Sierra.
A pesa de la crisis, el sector del entretenimiento en Argentina sigue dando batalla. Aunque las modalidades de consumo cambiaron, las personas no se resignan y continúan buscando diversión, esparcimiento y cultura. Por su parte, desde el cine hasta las experiencias inmersivas, pasando por el teatro, los empresarios siguen buscando formas innovadoras de atraer al público, adaptándose a las nuevas realidades económicas, pero sin perder de vista la necesidad de ofrecer valor en cada propuesta.