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Reflejo de la crisis: vivir con los padres hasta los 35 años

Datos oficiales indican que el 38% de jóvenes de entre 25 y 35 años viven con sus padres o abuelos, de acuerdo a un informe de la Fundación Tejido Urbano
20/08/2024 - 12:02hs
Reflejo de la crisis: vivir con los padres hasta los 35 años

En Argentina, la situación de la vivienda para los jóvenes se ha convertido en un tema crítico, con 2,3 millones de personas de entre 25 y 35 años viviendo con sus padres o abuelos debido a la imposibilidad de acceder a una vivienda propia. Este fenómeno representa el 38% de este grupo etario, según un informe reciente de la Fundación Tejido Urbano, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec. La problemática de la emancipación juvenil no es nueva; ha estado presente en el país durante al menos dos décadas, reflejando un patrón de dificultad en el acceso a la vivienda que ha ido evolucionando con el tiempo.

El informe de la Fundación Tejido Urbano presenta un análisis histórico que abarca los últimos 20 años. En 2004, la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) reveló que el 35% de los jóvenes no había logrado emanciparse, lo que equivalía a cerca de 2 millones de personas.

Este período coincide con la crisis económica que siguió a la salida de la convertibilidad, lo que exacerbó las dificultades económicas de los jóvenes.

Entre 2004 y 2012, se observó una disminución en el número de jóvenes no emancipados, que bajó a 1,7 millones, lo que redujo el porcentaje al 31%, el nivel más bajo registrado en la serie. Sin embargo, a partir de 2016, el porcentaje comenzó a aumentar nuevamente, alcanzando el 39%. Desde entonces, tanto la EPH como la ENGHo han mostrado que la cifra de jóvenes que no pueden emanciparse ronda el 40%. Los datos más recientes, de 2023, indican que 2,3 millones de jóvenes siguen viviendo con sus padres o abuelos, lo que representa el 37% del total de este grupo etario.

Jóvenes no emancipados: cuál es la situación actual

El informe señala que la persistencia de este fenómeno puede atribuirse a varios factores. Uno de los principales es la falta de ingresos suficientes para cubrir los costos asociados con la independencia, así como la ausencia de ahorros que permitan a estos jóvenes afrontar los gastos iniciales de mudanza y establecimiento en un nuevo hogar.

Este contexto crea un círculo vicioso: la falta de demanda de vivienda por parte de este segmento de la población lleva a que el sector de la construcción no lo contemple como un potencial demandante, lo que a su vez limita las oportunidades de emancipación.

Además, el informe destaca que las principales ciudades educativas del país tienden a atraer a jóvenes que ya se han emancipado, estableciendo sus hogares en esos lugares. Este fenómeno se traduce en una migración juvenil hacia ciudades universitarias o productivas, donde las oportunidades laborales y educativas son más abundantes.

En contraste, las provincias con mercados laborales menos dinámicos y sin centros educativos significativos enfrentan mayores dificultades para ofrecer alternativas de mudanza, lo que perpetúa la situación de dependencia.

Migración y oportunidades laborales

Las oportunidades laborales, educativas y culturales son factores determinantes en la decisión de migrar durante esta etapa de la vida. En el sur de Argentina, por ejemplo, las tasas de emancipación son más elevadas, lo que se atribuye a la migración laboral hacia regiones como Vaca Muerta, en Neuquén, o Tierra del Fuego, donde los ingresos promedio son notablemente altos.

Esta migración no solo se relaciona con la búsqueda de empleo, sino también con la posibilidad de acceder a una vivienda asequible y de calidad.

El informe también sugiere que el contexto económico general del país, marcado por la inflación y la inestabilidad, ha contribuido a que muchos jóvenes se sientan inseguros al momento de tomar la decisión de emanciparse.

La incertidumbre económica hace que la opción de vivir con familiares resulte más atractiva y segura, a pesar de las implicaciones que esto tiene para su desarrollo personal y profesional.

Qué pasará en los próximos años

La situación actual plantea desafíos significativos para el futuro. La alta proporción de jóvenes que no logran emanciparse sugiere una demanda latente de vivienda que no se está satisfaciendo. Esto no solo afecta a los individuos involucrados, sino que también tiene repercusiones en la economía en general, especialmente en el sector de la construcción, que podría beneficiarse de un aumento en la oferta de viviendas accesibles para este grupo.

El informe concluye que es fundamental abordar esta problemática de manera integral, considerando tanto las políticas de vivienda como las estrategias para fomentar el empleo juvenil y la educación.

La creación de programas que faciliten el acceso a la vivienda, así como incentivos para la construcción de viviendas asequibles, podrían ser pasos importantes para ayudar a los jóvenes a alcanzar la independencia.

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