La Justicia analiza la insólita trampa que empleados de Aerolíneas Argentinas aplicaban para no ir a trabajar
El caso fue revelado en el año 2019 por el sitio Infobae y actualizado por la agencia NA, porque existe la presunción inicial que la banda siguió tocando durante el gobierno de Alberto y Cristina Fernández.
Mientras que la administración de Javier Milei avanza de manera decidida con la reducción de la plantilla laboral de la empresa aeronáutica y su reestructuración con la meta, nunca abandonada, de vender la compañía al sector privado y abrió un nuevo retiro voluntario con un fondo de 60 millones de dólares sumado a un plan de jubilaciones anticipadas, asesores del directorio recuerdan el insólito e ingenioso accionar de la banda de los "dedos de goma" que falsificaban su ingreso laboral y cobraban, del 1 al 5 de cada mes, importantes salarios registrados por no ir a trabajar.
Aerolíneas Argentinas: la conducción analiza casos de fraude laboral
En 2019, la investigación realizada por la Policía Aeronáutica, terminó con la carrera de seis trabajadores de mantenimiento de Austral. A consecuencia del descubrimiento de este fraude, el juez federal a cargo de la investigación, Julián Ercolini, ordenó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) una pesquisa sobre Aerolíneas Argentinas, línea Aeroparque, que habría arrojado resultados más escandalosos aún por la cantidad de implicados.
Según fuentes judiciales el juez tendría en su poder uno de los dedos de goma y una declaración de un testigo de identidad reservada que debió ser trasladado del aeroparque metropolitano a una estación aeroportuaria del interior del país.
Fuentes de la empresa señalaron a iProfesional que "…si bien se despidieron a seis trabajadores, uno de ellos relacionado con un sindicato aeronáutico, indudablemente los integrantes de la falsificación eran muchos más y se podría haber descubierto a más miembros de la estafa si el juez federal, Federico Ercolini, hubiera aceptado las sugerencias del subinspector Mariano Stábile de la Policía Aeroportuaria que en ese entonces dependía políticamente, de la actual ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, para profundizar la investigación".
La PSA quería abrir los lockers de los empleados, técnicos aeronáuticos en el aeroparque metropolitano Jorge Newbery, cuestión que nunca sucedió y fuentes de Aerolíneas confirmaron que no pudieron ser secuestrados los elementos de silicona con los que cometieron los ilícitos.
La misma fuente consultada afirmó que, "Héctor Binda, subgerente de mantenimiento fue nombrado en la causa y Pascual Federico Loffa del sector de mantenimiento habría hecho bastante poco para evitar esta situación fraudulenta". A propósito de Loffa, dirigentes del gremio Unión Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA), una entidad de jerárquicos de la aviación, se despegaron de la actuación como vocal suplente del aludido en el expediente, función que habría cumplido en julio de 2014 y afirmaron que trabaja para Aerolíneas Argentinas y no para Austral segun consignó NA.
Pero, más allá de los implicados y de aquellos que podrían haber no controlado demasiado bien para que este fraude no existiera, llama la atención la mecánica del hecho investigado por la PSA que era y podría continuar siendo, muy ingeniosa.
Desde que el policía croata nacionalizado argentino, Juan Vucetich, desarrolló y puso por primera vez en práctica un sistema eficaz para la identificación de personas por sus huellas dactilares, los criminales y estafadores de todo tipo se vieron en problemas o debieron pensar como evadir los controles.
El sistema biómetrico para ingresar a trabajar es promocionado por las empresas de seguridad como inviolable. Pero, en la práctica, y como demuestra la banda de los dedos de goma de Aerolíneas no lo es, en absoluto.
Dicen en las cartillas publicitarias para vender el sistema que "previenen el fraude porque las características biométricas son únicas y hacen imposible que se suplante la identidad de un trabajador".
Pues bien, en Aerolíneas, desde antes del 2019 a la actualidad saben que no es así.
El fraude consistió en que durante la semana sólo uno de ellos iba a trabajar y los cinco restantes, no concurrían. La asistencia al trabajo del resto era acreditada por el único que iba usando los dedos de siliconas con la huella digital de los demás. Durante la gestión de Guillermo Dietrich en el ministerio de Transporte, un asesor del ex ministro confió a iProfesional "que el fraude no lo hicieron durante los fines de semana, porque esos días se pagan horas extra y ahí asistían todos".
La reducción personal, en el centro de la disputa
Mientras que muchos en el gobierno de La Libertad Avanza se preguntan porque Ercolini no movió la causa durante los cuatro años de la gestión del Frente de Todos, la actual conducción de Aerolíneas Argentinas, que tuvo importantes funciones durante los últimos cuatro años, esta abocada a una reducción de personal de la aerolínea.
Para el titular de la empresa, Fabián Lombardo, el objetivo es reducir la plantilla de trabajadores en alrededor de 500 empleados. Entre junio y agosto se contabiliza una reducción de 274 trabajadores con el siguiente desglose por gremios: 41 empleados menos del gremio AAA (auxiliares de cabina); 113 de APA (personal de tierra); 17 de APLA (pilotos); 37 de APTA (técnicos); 57 de UPSA (supervisión); 7 del exterior y 2 fuera de convenio (directores y gerentes), según indicaron fuentes consultadas.
La información revelada por el sitio aviacionnews.com muestra algunas discrepancias en los resultados informados.
Para diciembre de 2023, Aerolíneas contaba con una plantilla de trabajadores de 11.926 personas para 84 aeronaves. Un promedio de 142 empleados por avión.
La información indica que para mayo de este año la dotación era de 11.924 empleados y 84 aeronaves, aunque, desde la compañía, se aseguraba que se habían desvinculado 427 empleados y contaba con 11.497.
Al 6 de junio, los registros de la empresa informaban una dotación de 11.455 empleados y el miércoles 6 de agosto, la compañía informó que eran 11.171 empleados y 86 aeronaves, lo que arrojaba una ratio de 129,9 empleados por aeronave.