Los datos que mira el mercado y que hacen prever una suba de la tasa del plazo fijo
La estadística del Banco Central confirmó una de las mejores noticias que estaba esperando el equipo de Toto Caputo: se consolida el aumento del crédito al sector privado. En otras palabras, cada vez los bancos tienen menos necesidad de colocar su excedente de liquidez en deuda estatal y vuelcan los pesos al aparato productivo.
En julio, el crédito aumentó un 12,7% en términos reales respecto del mes anterior, con lo cual se acumulan cuatro meses consecutivos de expansión. Hablando en plata, el aumento del crédito en el mes pasado fue de $4,4 billones, lo que implica que el stock total ya se encuentra un 32% encima de su nivel mínimo de enero pasado.
Aun así, se trata de números modestos, dado que la caída de los últimos años fue profunda. Pero igual el gobierno se entusiasma con la recuperación del crédito, a la que asocia con una salida de la recesión.
Los últimos indicadores muestran algunos sectores con recuperación de la actividad, y en particular llamaron la atención dos sectores que suelen funcionar como "locomotoras" del resto de la economía, como la construcción y la industria automotriz.
Crédito y los brotes verdes
El reporte mensual de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) consignó una importante recuperación de las ventas, que venían alicaídas. Los 44.117 vehículos que salieron de las concesionarias el mes pasado representan un incremento de 38,8% en apenas un mes.
La posibilidad de acceder a más líneas de financiación bancaria, con mayores plazos y menores tasas, es algo que está entusiasmando a los concesionarios, que ven ahí un cambio en la tónica del negocio, ya no tan dependiente de los compradores con ahorros previos dolarizados.
En junio, un 15,4% de todas las compras de autos -sumando modelos nuevos y usados- se hizo mediante financiación bancaria. En total se otorgaron 23.839 prendas, y más de la mitad fue al segmento de los cero kilómetro. De hecho, según las estadísticas de Acara, ya un 42% de las ventas de modelos nuevos implican alguna forma de crédito.
En cuanto a la fabricación de autos, los indicadores mostraron en julio un contundente salto de 22,2% encima de junio, por el efecto de una normalización paulatina en el comercio exterior.
En cuanto a la construcción, los despachos de cemento registraron en julio una suba de 9,1%. Claro que el volumen total sigue en niveles bajos -de hecho, todavía un 26% menos que en el último pico de inicios del año pasado-, pero de todas formas la tendencia genera expectativas entre los empresarios del sector, sobre todo por el hecho de que la recuperación se produce aun en un momento de retracción de la inversión en obra pública. En otras palabras, que es la demanda del sector privado la que está traccionando, y ello va en paralelo con un aumento del crédito.
El regreso a "la banca sana"
El pico de crédito los últimos años se registró en marzo de 2018, antes de la crisis devaluatoria. En comparación con aquel momento, el stock de crédito de hoy es de apenas 43%. Pero ya el hecho de que se esté en la senda de la recuperación implica para el gobierno una ratificación de que su plan está dando resultados.
El propio Toto Caputo, a la hora de justificar el recorte de tasas de interés -de manera de disminuir la inyección de pesos derivada de los pasivos remunerados del BCRA- explicaba que aspiraba a revertir esa situación en la que el sector público se quedaba con la mayor parte del ahorro.
"Antes los bancos eran sólo intermediarios entre los depósitos de la gente y el Banco Central, y no por maldad, porque ni siquiera había demanda de crédito", había dicho el ministro ante un auditorio de expertos en finanzas.
Y en los principales bancos privados se percibe una sintonía con el ministro, dado que se considera como "más sano" al momento actual del sistema financiero es que lo ocurrido en los últimos años -en los que el Estado, ya fuera a través del Tesoro o del BCRA, se quedaba con dos de cada tres pesos que el público depositaba en los plazos fijos- era un fenómeno anómalo, más allá de que les haya dejado rentabilidad a los bancos. Ahora, en cambio, interpretan el regreso a una situación más tradicional, en la que el factor determinante para la tasa será la necesidad de fondeo de los bancos para otorgar créditos.
Los números del Banco Central indican que el crédito comercial es el rubro que lidera, con un aumento mensual de 14,0% en términos reales, impulsado mayormente por los préstamos instrumentados a través de documentos, que crecieron 18,9% en el mes.
Pero también se verifica una dinamización en el sector del consumo masivo, donde el monto avanza a un ritmo de 11,6% real por mes. Más específicamente, los préstamos personales, con una suba intermensual del 18% son los que avanzan con más fuerza.
¿La hora de una suba de tasas?
Claro que la recuperación del crédito necesita, como contrapartida, que haya un incremento en los depósitos de ahorristas. Hasta ahora, la recuperación se produjo como consecuencia de un rebalanceo, en el que buena parte de los pesos que antes iban a la compra de Leliqs o pases pasivos, ahora se transforman en préstamos.
Pero, para consolidarse, el sistema necesitará que siga creciendo el volumen de dinero depositado a plazo fijo, que hoy sigue siendo muy bajo en términos históricos, comparable con el inicio de 2003, cuando el sistema bancario sufría los coletazos del colapso de la convertibilidad y del corralito. En la comparación contra el año pasado, el stock está un 51,3% abajo.
"Lentamente, como consecuencia del proceso de desinflación, en donde se percibe que los pesos ‘queman’ menos que antes, la gente (individuos y empresas) se animan cada vez más en dejar saldos de ahorro en el sector bancario, aun con tasas nominales bajas (o nulas, como son los depósitos a la vista) y siempre a plazos cortos", observa un reporte de la consultora LCG.
Es un fenómeno que en gobierno celebran, porque lo consideran el síntoma de una mayor demanda de dinero. Lo cual, por definición, implica una menor presión para la inflación, dado que hay una menor velocidad de circulación de los pesos.
Esos procesos suelen derivar en una suba de las tasas de interés, algo que se empieza a notar de manera muy incipiente. En los bancos afirman que esa será la tendencia a verificar en el corto plazo. "Aunque todavía no se percibe, la realidad es que el crédito viene bien. Y eso implica que la tasa que los bancos estamos pagando por los plazos fijos tendrá que subir, porque vamos a necesitar más fondeo para satisfacer la mayor demanda", sostiene el ejecutivo del banco top.
Claro que hay un largo camino por recorrer: la base monetaria, si bien está subiendo, sigue en mínimos históricos, en torno de 4% del PBI, cuando el pico de los últimos 20 años mostró un nivel superior al 12%.
El gobierno apuesta a que su política de "emisión cero" tendrá un efecto positivo en cuanto a esa mejora en la demanda de pesos y que, como consecuencia de ello, el sistema bancario reconstruirá el mercado de ahorro y crédito.
Sin embargo, los economistas mantienen la cautela sobre el resultado del plan. El reporte de LCG apunta: "El límite impuesto a la base monetaria nos resulta una meta difícil de entender: muy laxa para el corto plazo, muy dura para el mediano plazo. Una vez alcanzado el límite autoimpuesto a la BM, veremos cómo resolverá el BCRA la contradicción que se genera entre emisión cero y un objetivo de crecimiento del crédito (con la emisión endógena asociada) y recomposición del circulante".
Mientras tanto, en el mercado se especula con nuevos anuncios para consolidar los objetivos declarados por los funcionarios. Y los ahorristas mantienen la expectativa de una suba en la tasa que cobran por sus plazos fijos, algo que suele ganar intensidad cada vez que se teme por una turbulencia en el mercado del dólar paralelo.