Caputo "pasa la gorra" y se aferra a los dólares del colchón para avanzar a la fase 3 del plan
El ministro de Economía Luis Caputo mantiene la expectativa de conseguir, pronto, una canilla de dólares que le permitan avanzar con un plan económico, que incluya el levantamiento del cepo cambiario.
Antes del fin de semana, aceleró los contactos con el FMI y con el Tesoro de los Estados Unidos para lograr un desembolso extra de fondos, con el objetivo de reforzar las reservas del Banco Central.
Las negociaciones de Luis Caputo en busca de dólares
El traslado del oro que estaba guardado en el tesoro del Banco Central hacia Europa tiene el objetivo de obtener un préstamo sindicado. En el mercado suponen que hay negociaciones secretas con fondos de inversión internacionales para ejecutar un próximo desembolso.
Pero antes del levantamiento de las restricciones cambiarias, el ministro se enfocó en lograr un rápido descenso de la inflación.
Eso se lleva el máximo esfuerzo del equipo económico. Por eso mismo, antes de viajar a Brasil, Caputo mantuvo una reunión con los responsables de las principales cadenas de supermercados.
El ministro cree que debe mantener ese tipo de encuentros con el sector empresario para sostener en alto las expectativas de los ejecutivos, en contraposición con las objeciones que desde hace tiempo se escuchan de parte de economistas profesionales.
Cuántos dólares tienen los argentinos en el colchón
El último informe de la consultora 1816 volvió a poner el foco en la cantidad de dólares que los argentinos guardan por fuera del sistema financiero. Hay unos u$s202.000 millones que están en las cajas de seguridad y en los "colchones".
Son los que Caputo busca, para que se sumen a la "dolarización endógena". Un apretón monetario de tal magnitud que no haya canilla de emisión de pesos disponible.
En verdad, se trata de los únicos dólares a los que puede aspirar mientras el "riesgo país" se mantenga en la zona de los 1.600 puntos. Más allá de los que pueda cerrar en un trato mano a mano, particular, en un préstamo garantizado por el oro del Banco Central.
Las últimas reuniones de Caputo con Kristalina Georgieva y Yanet Yellen en Rio de Janeiro, sirvieron para avanzar en una agenda donde EE.UU. sea nuevamente auspiciante de un acuerdo con el Fondo Monetario, que incluya el desembolso de fondos adicionales para las reservas.
El FMI, está claro, ya dijo que antes de cualquier acuerdo requerirá de un ajuste cambiario, que ni Milei ni Caputo están dispuestos a dar ahora.
Por eso, hasta donde puede apreciarse, la clave pasará por el sostén en la actual política cambiaria, el descenso de la inflación y la posibilidad de que sean los propios argentinos dolarizados quienes le den combustible y sostenibilidad a la economía.
La pregunta del millón
La cuestión central, a esta altura, es si los argentinos estarían dispuestos a "romper el chanchito" con un dólar de $1.350/$1.450.
Se trata de un tipo de cambio óptimo para la historia reciente de la Argentina. Hubo mayores retrasos.
Sin embargo, lo que pone en duda la estrategia es el nivel de incertidumbre. ¿Quién está dispuesto a una inversión si no hay reservas en el Banco Central y no se sabe si, al final, el Gobierno no estará obligado a una devaluación y un agrandamiento de la brecha?
Acá hay un punto flojo del Gobierno. Hasta ahora, Milei y Caputo se resistieron a brindar una hoja de ruta. Es por eso que, sobre la marcha, surgen opiniones entrecruzadas del futuro económico.
La Casa Rosada pasó de hablar de una dolarización y el cierre del BCRA a una competencia de monedas. De un peso "excremento" a un peso "fuerte".
Algunos de los datos más sensibles de la economía no se presentan en sociedad, sino que figuran encriptados en presentaciones técnicas del BCRA. Como el hecho de que un tercio de las importaciones fueron pagadas al valor del CCL, que está bien por encima del dólar oficial.
Esas importaciones de bienes -por unos u$s9.000 millones- ya están con costos de $1.300 y no de $930. ¿Y entonces? ¿Cuál sería el impacto de una salida del cepo?
Por ahora, el Gobierno mantiene esa postura de indefinición. ¿Vendrán nuevos tiempos en las próximas semanas, al calor de las ventas de dólares del BCRA?