La eliminación del cepo al dólar no será con shock, sino mediante un plan "capa a capa"
"Qué lujo me estoy dando", dijo el jefe de Estado al tomarle juramento a su admirado Sturzenegger, quien ahora tiene una segunda oportunidad para llevar adelante una gestión en un área clave del Gobierno.
Mientras tanto, los agentes económicos empiezan a mirar cada vez con más detalle los pasos que va dando el Banco Central, presidido por Santiago Bausili, casi un alter ego del ministro de Economía, Luis Caputo.
El primer dato que notaron quienes toman a diario decisiones de inversión son movimientos de la autoridad monetaria que tienen poco impacto en los titulares, pero reflejan intenciones claras de un giro en la nueva estrategia que parece haber diseñado el gobierno para avanzar hacia la eliminación del cepo cambiario.
Milei cree que si logra levantar las restricciones en el primer trimestre del 2025, y la economía para ese entonces ya pegó la vuelta y crece a buen ritmo, las legislativas del año próximo le permitirán consolidar un bloque en el Congreso que posibilite avanzar con más leyes claves para consolidar su modelo libertario. Por eso ratifica su decisión de no ceder ante una devaluación y, sobre todo, sostener el equilibrio fiscal cueste lo que cueste.
La fase dos terminará con las restricciones
Según analistas financieros, la nueva instancia de la fase dos será la de ir terminando con las restricciones capa por capa, como si de pelar una cebolla se tratara.
El objetivo es encarar una eliminación silenciosa de los múltiples componentes del cepo cambiario que permita ponerse cada vez más cerca del objetivo final de ir hacia un tipo de cambio flotante, sin restricciones.
El BCRA apunta a la oposición en el Congreso como responsable de la volatilidad cambiaria de la última semana, que no da demasiados indicios de amainar.
Santiago Bausili, el proyecto de cambio de fórmula jubilatoria fogoneado por el kirchnerismo genera más tensiones en los mercados, porque busca incrementar el gasto público.
Pero desde la oposición, con Cristina Kirchner a la cabeza, apuntan a que el gobierno optó por concentrarse en la emisión monetaria y el déficit fiscal, cuando la clave para la recuperación económica pasa por alentar el consumo y subir las reservas. Es una antigua discusión en la que por momentos ambas bibliotecas parecen tener razón, y a su vez estar equivocadas.
La disputa está lejos de saldarse y para algunos historiadores económicos forma parte de las razones de este presente deslucido de la economía argentina, con casi 8% de desempleo, caída del Producto Bruto del 4% y una pobreza del 50% que lastima.
¿Cómo reducir la deuda del Banco Central y pasarla al Tesoro?
Ahora le toca el turno de gobernar a la biblioteca ortodoxa, uno de cuyos máximos desafíos pasa por reducir la deuda del Banco Central y traspasarla al Tesoro. Se hará en dos etapas. Primero se emitirá una letra de liquidez y luego se hará el canje con los bancos, que se viene negociando desde hacer semanas y que todavía no termina de convencer a las entidades financieras.
Esas letras serán canjeadas por bonos actualizados por inflación que vencen de aquí al 2027 y que según el BCRA tendrá el mismo funcionamiento de que los pases a un día.
En el Banco Central están seguros de que la volatilidad cambiaria irá cediendo porque el gobierno seguirá dando señales contundentes de la decisión de mantener el equilibrio fiscal y terminar de ir a emisión cero.
En el mercado financiero desconfían y dicen que muchas de las hipótesis del equipo económico todavía no se corroboran en la práctica. E insisten con que hay retraso cambiario.
El acuerdo con el FMI y las elecciones en EE.UU.
Con todo, la bala de plata sería alcanzar un nuevo acuerdo con el FMI que libere un piso de u$s8.000 millones para la Argentina y se enmarque en nuevo programa alineado con la tercera fase del programa económico, aún por definirse.
En el medio están las elecciones en los Estados Unidos de noviembre próximo, que se inclinan cada vez hacia un triunfo del republicano Donald Trump, que se dirigiría así a su segundo mandato.
Trump fue un puntal del gobierno de Macri, y lo sería aún más de la gestión Milei, con quien tiene muy buena sintonía. En su último encuentro en una cumbre conservadora, Milei le dijo que esperaba que cuando se reencontraran él haya retornado a la Casa Blanca.
Si el republicano se impone en noviembre, seguramente adelantará sus deseos de lograr un nuevo acuerdo entre la Argentina y el FMI. Esa decisión política es central para cualquier nuevo desembolso del organismo multilateral.
Dejar de emitir, el otro desafío
Mientras ese momento llega, el gobierno apuesta a profundizar el ancla fiscal del programa y cerrar el circuito para dejar de emitir.
Mientras tanto, cerca del equipo de Caputo admiten que en junio la inflación cerró en zona del 5%, es decir, no se pudo seguir bajando este indicador clave, pero aseguran que en julio, al no haber incrementos de tarifa de luz y gas, el costo de vida volverá a bajar, hasta estabilizarse en la zona del 4%.
La preguntan que se hacen consultoras es cómo piensa el gobierno conciliar un índice de precios corriendo al 4% mensual con una crawling peg del 2 por ciento.
Teniendo en cuenta esa ecuación, es de esperarse que en los próximos meses las tensiones cambiarias sigan existiendo, lo que genera un ruido adicional para los mercados, mientras desde la Casa Rosada aguardan que la ley Bases y el RIGI comiencen a traducirse en inversiones.
Caputo dice que las buenas nuevas no tardarán en llegar. Y destaca, por ejemplo, el anuncio hecho por PAE, la principal petrolera privada del país. Se asoció con la noruega Golar LNG en un acuerdo a 20 años para la instalación de un barco flotante de licuefacción en la Argentina que producirá gas natural licuado (GNL) destinado a los mercados de exportación.
Así, el gas extraído de Vaca Muerta empezará a exportarse al mundo, lo cual fortalecerá las reservas monetarias de la Argentina.
"Prepárense porque vendrán muchos más anuncios de este tipo", aseguran cerca de Milei, que se dispone a suscribir esta semana en Tucumán el Pacto de Mayo, donde habrá una fuerte presencia de gobernadores, y en la que el Presidente intentará mostrarse cada vez más fuerte para esta nueva etapa.