Se agrava la crisis en el sector del neumático: ¿síntoma de las contradicciones del plan de Luis Caputo?
El conflicto en el sector del neumático está excediendo la crisis sectorial para transformarse en un síntoma de las contradicciones que aquejan al plan económico de Luis Caputo. Una industria que se queja de pérdida de competitividad, consumidores que protestan por el diferencial de precio con otros países, sindicatos que alertan contra la apertura importadora, empresas que advierten que no pueden pagar los aumentos firmados en paritaria… y todos echándole a la culpa al Gobierno.
La protesta del miércoles pasado, protagonizada por el sindicato SUTNA, en reclamo de reincoporación de despedidos en la empresa Fate -del grupo Madanes Quintanilla-, fue uno de los puntos álgidos de este conflicto. Hubo enfrentamientos con la policía, que recurrió a carros hidrantes y disparos con balas de goma para desalojar el corte de la avenida Callao, donde se realizaba una reunión de la secretaría de Trabajo. En los incidentes resultó herida la diputada Romina del Pla.
Y, al término de la jornada de protesta, quedó la certeza de una escalada conflictiva. Mientras la secretaría anunció que haría denuncias formales contra miembros del sindicato por agresiones a personal de seguridad, los dirigentes del SUTNA anunciaron que habrá movilizaciones con mayor convocatoria.
"Los vamos a pasar por arriba. Van a ver el levantamiento de un nuevo accionar del pueblo trabajador", arengó Alejandro Crespo, secretario general del sindicato, que el día anterior había obtenido un respaldo explícito de Pablo Moyano, y que anunció un paro con movilización para el día en que el Senado trate el proyecto de ley Bases.
Crisis en el sector del neumático: la disyuntiva aperturista
La situación para el secretario de Trabajo, Julio Cordero, es incómoda: está llegando al fin la conciliación obligatoria, y Fate, que desvinculó a 97 personas por la crisis simultánea de la demanda interna y la actividad exportadora, anunció que no puede pagar el monto firmado en paritarias.
El sindicato había negociado con la cámara empresarial un aumento salarial retroactivo a marzo para el gremio del neumático, con lo cual recuperaba la erosión inflacionaria hasta abril. Y ahora acusa a Cordero de mostrar parcialidad hacia el sector empresarial. No solo lo acusan de no obligar a Fate a aplicar la paritaria, sino que además lo responsabilizan por situaciones conflictivas en las otras dos grandes fabricantes del sector: Pirelli y Bridgestone.
En el primer caso, alegan que hubo "amenazas y despidos fraudulentos", mientras que en el caso de Bridgestone, alertan por el reemplazo de mano de obra al importar cubiertas importadas.
En realidad, la importación es el resultado de una política deliberada del gobierno, que incluyó a los neumáticos entre los rubros que contarían con una rebaja arancelaria, como forma de compensar los altos precios internos y para frenar la inflación.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, a comienzos de mayo, confirmó oficialmente que el arancel pasaría del 35% al 16%. "Esto representará un alivio para las empresas de fletes y de transporte de personas", justificó.
Lo irónico de la situación es que empresarios y sindicatos, que están en una situación conflictiva, coinciden en que la apertura importadora tendrá un resultado desastroso para la continuidad de la industria y del nivel de empleo en el sector.
De hecho, el neumático es uno de los sectores con mayores caídas de la actividad industrial -que, según el EMAE informado para el mes de marzo, registra un desplome de 19,6% interanual-.
Reminiscencias del plan de Massa 2022
Más irónico aún, el argumento planteado por el Gobierno es muy parecido al que había planteado hace dos años el entonces ministro de economía, Sergio Massa.
"No podemos ser rehenes de caprichos y que un grupo muy chiquito ponga en riesgo 150 mil empleos", decía Massa en septiembre de 2022, al anunciar que se habilitaría la importación de neumáticos, como forma de impedir que se afecte a industrias conexas.
Aquella medida fue interpretada en ese momento como un cuestionamiento a la representatividad del sector sindical liderado por Crespo, vinculado a la izquierda. La frase implicaba, además, un guiño a "los gordos" de la CGT, que habían reclamado "más firmeza" ante la postura radicalizada del sindicato del neumático, que anteponía "un planteo ideológico por encima de la cuestión salarial y laboral".
A todo esto, el sindicato del neumático respondió con ironía al entonces gobierno peronista, que acusaba una escasez aguda de divisas: "Les van a dejar importar neumáticos con los dólares que el Estado no tiene". Paradojas de la política argentina, fue al fin y al cabo una situación no tan diferente de la que enfrenta ahora la gestión Milei, a pesar de los cambios ideológicos de los sucesivos gobiernos.
Sindicato critica las fallas del modelo libertario de Luis Caputo
Para el gobierno, la crisis del neumático es la síntesis perfecta de las dificultades a las que se enfrenta el "modelo libertario". Por un lado, siente la necesidad de cumplir su promesa aperturista, ante consumidores que se dedican a publicitar en las redes sociales las abismales diferencias de precios entre la industria nacional y la oferta en países limítrofes -el promedio de los precios en Ciudad del Este, Paraguay, es un tercio de los neumáticos de fabricación argentina-.
Pero, por otro lado, la industria del neumático está en una crisis profunda, y las empresas del sector acusan directamente al plan de Milei por la caída en las ventas internas y por la pérdida de competitividad exportadora.
Ya desde antes de la apertura comercial, en las provincias fronterizas había denuncias sobre la entrada ilegal de neumáticos de fabricación asiática. Y, ahora, con la rebaja arancelaria, las compañías plantearon su dificultad de competir.
Un comunicado de Fate fue particularmente duro con el gobierno, al hablar de las "escandalosas asimetrías en el comercio exterior", en alusión a los subsidios que otros países otorgan a sus industrias para exportar a la Argentina. "A la inversa, un fabricante en la Argentina carece de esquemas comparables y, por encima de esto, debe afrontar sobrecostos y pagar derechos de exportación (único caso en el mundo)".
Es una crítica que apunta al corazón del modelo de Toto Caputo, porque alude al encarecimiento de insumos -por la aplicación del impuesto PAIS- y a la pérdida de competitividad exportadora por las retenciones. Entre ambos conceptos, se explica el 10% de la recaudación impositiva, lo que hace que para el gobierno resulte difícil revisar estas medidas sin poner en riesgo su objetivo de superávit fiscal.
También Fate puso el dedo en la llaga al marcar la dificultad para acceder divisas de importación. Justamente esa política del "goteo" de los dólares que hace el Banco Central es lo que facilitó la acumulación de reservas, otro de los logros de los que se jacta el gobierno.
Y, peor aún, el comunicado de Fate hizo énfasis en el costo y las ineficiencias derivadas de la regulación laboral. Habló sobre cómo su operatoria se dificulta por "sobrecostos derivados de la legislación del trabajo, baja productividad laboral, ausentismo, elevada conflictividad gremial".
A primera vista, podría parecer que este es un punto en el que los industriales coinciden con la visión política del gobierno. Sin embargo, también allí hay una crítica tácita, dado que el capítulo laboral es el que más modificaciones sufrió en el tratamiento de la ley Bases: el oficialismo prefirió posponer esas reformas para asegurarse el voto en otras áreas que consideró prioritarias, como la fiscal.