Caída del consumo récord: advierten que podría tener un fuerte impacto en el empleo
El consumo de productos de la canasta básica se hundió 13,8% durante abril, de acuerdo a la última medición de la consultora Scentia, especializada en las mediciones de las ventas tanto en supermercados como en comercios de barrio.
Se trata de la caída más grande de la que se tenga registro, como producto de la recesión y la pérdida del poder adquisitivo de la población.
La desaceleración inflacionaria, que en abril bajó al 8,8% tras el 11% de marzo, no alcanzó para mejorar la perfomance de los comercios. Los bolsillos de los argentinos siguen delgados.
Esta caída en los niveles de venta son una muestra de la gravedad de la crisis. Hay fuertes retrocesos en distintos segmentos: desde alimentos a productos de la construcción, pasando por las cadenas de electrodomésticos.
Supermercados vs autoservicios
El retroceso de las grandes cadenas de supermercados fue más grave que en los pequeños negocios. Fue del 15,3% interanual contra una baja del 12,2% en los autoservicios "chinos" y almacenes de barrio.
¿A qué se debe? La base de comparación: el año pasado, las grandes cadenas venían en un ascenso en las ventas mientras que los negocios más chicos comparan con una base más baja.
Hay otra cuestión: la caída de las ventas, sobre todo en los autoservicios, se dio en mayor medida en los distritos del interior. Esto también se debe al hundimiento en las ventas de los comercios de frontera, que atraían a los visitantes extranjeros (uruguayos, paraguayos y chilenos), que cruzaban a la Argentina para abastecerse más barato.
Ese efecto se acabó ahora, con la revaluación del peso. Al contrario, los fines de semana largos volvieron a verse a miles de argentinos cruzando desde Mendoza a Chile para comprar productos más económicos que acá.
Todo en rojo
Ninguno de los rubros que venden los comercios pudo salvarse de la contracción durante el mes pasado.
Dos ejemplos: en el caso de los alimentos, la baja interanual fue del 9,8% mientras que las ventas de productos de higiene y limpieza se contrajeron 16,9%, también contra abril del año pasado.
El proceso de desinflación de las últimas semanas no se tradujo en una mejora en el nivel del consumo masivo. Más bien sucedió lo contrario. Por ahora, un carril va por el camino de la baja de la inflación y -por otro- transcurre el nivel de las ventas en supermercados y comercios de barrio, que siguen sufriendo por el retroceso del poder adquisitivo de la población.
La caída del consumo masivo en un contexto de desaceleración inflacionaria interpela al escenario que viene. ¿Alcanzará el proceso de la baja de la inflación para destrabar a la economía?
Según el Gobierno, la secuencia es inobjetable: al descenso del IPC le seguirá una mejora del consumo y un incremento en el volumen del crédito.