A Toto Caputo le salió bien la jugada: con la nueva emisión del Bopreal, absorbe un 11% de la base monetaria
Volvió la aspiradora de pesos: con la última colocación de bonos Bopreal, el Banco Central logró una demanda de u$s1.709 millones. En otras palabras, retiró del mercado un volumen de $1,5 billón, que equivale al 11% de la base monetaria total.
Este bono, ideado por el ministro Luis "Toto" Caputo como forma de solucionar la crisis de deuda de los importadores -pero, al mismo tiempo, como mecanismo para retirar pesos del mercado- lleva acumulados el equivalente a u$s2.905 millones en su tercera serie, después de haber colocado u$s5.000 millones en la primera y u$s2.000 millones en la segunda.
Cuando en el mercado empezaba a instalarse la duda sobre si seguiría habiendo demanda para este bono, llegó la medida por la cual se permite que el Bopreal sea utilizado no sólo para los pagos pendientes por el crédito importador sino también para que las filiales de empresas extranjeras hagan remesas de utilidades o dividendos al exterior.
Fue una medida no exenta de polémica, porque implica la aplicación del impuesto PAIS -con una alícuota del 17,5%- para quienes adquirieran el bono. Fue algo que llevó a los críticos a plantear que el gobierno estaba exacerbando su presión impositiva y que, además, evidenciaba una creciente dependencia hacia un impuesto que supuestamente debería suprimirse en el corto plazo.
Lo cierto es que, más allá de esas críticas, en el gobierno hay clima de festejo. "Se viene logrando reducir significativamente las deudas pendientes con el exterior por medio de un instrumento novedoso que permite, a su vez, absorber una cantidad importante de pesos en circulación, contribuyendo a la reducción de la emisión endógena de dinero", dijo el comunicado del Banco Central.
Un mercado con luces amarillas
El clima celebratorio se explica porque ahora se revierte el revés de la última licitación de deuda del Tesoro, cuando no se había logrado renovar en su totalidad los vencimientos de deuda. Eso había instalado una inquietud en el mercado financiero. Básicamente, la duda era si estaba agotándose la política de licuación de la deuda en pesos y si, por consiguiente, volvería a expandirse la base monetaria.
Aquella licitación del Tesoro había quedado corta por un margen menor -consiguió $2,73 billones ante un vencimiento de $2,77 billones- pero igualmente dejó instalada una preocupación: que los inversores empezaran a perder el entusiasmo por los bonos de deuda local y que exigieran un interés más alto para prestarle al gobierno.
Desde ese punto de vista, la forma de recuperar el "rollover" -es decir, la capacidad de refinanciar la deuda y quedarse, además, con un saldo excedente- sólo se podría recuperar con un "empujón" a los bancos. Es decir, una baja de las tasas que paga el BCRA, dado que eso haría menos atractiva la alternativa, que era la colocación de la liquidez sobrante en pases del Banco Central, por los que estaban cobrando una tasa de 5% mensual.
Pero había otra preocupación adicional: en los últimos días, el Banco Central había tenido que comprar bonos ajustables por CER, para sostener su precio de mercado. Es siempre una medida polémica, porque implica la emisión de pesos. Y, como no pudieron reabsorberse en su totalidad con la última licitación del Tesoro, dio lugar a que se empezara a hablar sobre "el regreso de la maquinita".
Hablando en plata, según una estimación de la gestora de fondos Mega QM, en mayo se emitirá unos $4,2 billones: $1,4 billón por concepto de intereses, a lo que se debe sumar un mínimo de $2,8 billones por la compra de divisas provenientes de la exportación agrícola.
Esto supone una expansión de 33% mensual, muy por encima del crecimiento en la demanda real de dinero, ya que se espera para el mes una inflación en torno del 6%. Si a eso se le agregaba que el BCRA también estaba inyectando pesos al adquirir bonos CER que los inversores quieren sacarse de encima, se entendía por qué habían regresado las alarmas.
"Queda claro por qué la decisión de empezar a habilitar la suscripción de Bopreal para empresas que tengan pendiente el giro de dividendos. Se necesita reactivar ese canal para reabsorber pesos sin costo de esterilización", señalaba el informe de Mega QM.
Contrapesando la compra de dólares
Ahora, con la licitación de Bopreal, se logra compensar con creces la expansión monetaria que se había producido por los "puts" del BCRA -que lo llevaron a recomprar bonos ajustables por CER en posesión de los bancos-.
La estrategia del equipo económico se revela acertada si se considera el dato que, del volumen colocado por el equivalente a u$s1.709 millones, un 96% fue demandado por empresas que lo destinará al giro de utilidades al exterior.
Si se suma todo lo absorbido por el Bopreal desde que empezó la emisión de este bono, la suma asciende a u$s9.905 millones. A valores de hoy, equivale a un 64,8% de la base monetaria. Y este es uno de los puntos que, según el propio Caputo, permiten explicar por qué, a pesar de los contratiempos políticos del gobierno, se está moderando la inflación y además se mantiene estable el tipo de cambio.
La base monetaria sigue en mínimos históricos: representa un 2,3% del PBI, cuando en otros momentos de la historia reciente ha superado el 10%. De todas maneras, viene creciendo paulatinamente por la compra de dólares que realiza a diario el BCRA.
Ese efecto se profundizará en las próximas semanas, cuando se produzca el grueso de la entrada de divisas proveniente de la exportación agrícola. Después de superado el revés climático que demoró la logística portuaria, se está viendo una mayor dinámica -con casi 4.000 camiones diarios entrando a la zona portuaria de Rosario-, y con el Central comprando otra vez por encima de los u$s200 millones.
Esa situación implica, por un lado, un alivio para las castigadas reservas del Banco Central -que, en términos netos, todavía no logran salir de la zona negativa-, pero por otra parte implican un canal por el cual se inyectan billetes de pesos al mercado. En el marco de una política de desinflación, esta nueva emisión del Bopreal significó una buena noticia para el gobierno, que pudo cumplir simultáneamente sus dos propósitos principales.