Las dos señales que indican que el dólar se atrasa y contradicen la postura de Caputo
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Aunque el Gobierno jura que no está cayendo en un atraso cambiario elocuente, y que Javier Milei ridiculiza a los economistas que así lo aseguran, cada vez aparecen distintas variables que así lo consignan.
Ya no se trata solamente de comparar la actual paridad cambiaria con la historia, aun cuando se consignen las variaciones en términos reales, descontando la inflación local e internacional. Algo que también es desmentido por el propio Presidente, al tildar esa afirmación como la "fatal arrogancia".
Nada de eso.
En las últimas semanas surgieron otras variables que dan cuenta de la acelerada revaluación del peso tras la devaluación de diciembre. ¿De qué se trata?
¿El dólar está atrasado?: el caso de los préstamos
Hay por lo menos dos indicadores que los financistas tienen bajo la lupa. Por un lado, la explosiva suba de los créditos bancarios en dólares. Algo totalmente novedoso para los últimos tiempos.
Entre marzo y abril -sin computar lo sucedido en estos primeros días de mayo-, los préstamos en dólares de los bancos a empresas crecieron u$s2.000 millones, un incremento del 55% en apenas dos meses.
Esa tendencia tiene que ver con un par de cosas: la baja de las tasas de interés (crédito barato en dólares); y la expectativa de las compañías de un dólar prácticamente "clavado", que se mueve en un crawling peg de apenas el 2%.
Algunas empresas exportadoras prefieren tomar esa deuda en dólares, venderlos en el Banco Central, y poner esos pesos en depósitos en pesos. Un típico "carry trade".
"Gracias a este flujo es que las reservas netas del BCRA llegaron a estar casi en terreno positivo antes del pago al FMI del 30 de abril por u$s2.800 millones", escribieron los economistas de la consultora 1816 en su último informe a clientes.
No es lo único.
"Hay exportadores como Aluar, no tanto las cerealeras, que están endeudándose barato en dólares con los bancos como capital trabajo. Como por esa deuda, luego no tienen limitación para acceder al MULC, toman deuda al 5% de TNA, incluso menos que en USA, exportan, traen las divisas, y recompran esos dólares y les devuelven el crédito a los bancos", cuenta el director de una exportadora a iProfesional.
Se trata de préstamos a 120 días. O a lo sumo de 150.
El caso de los gastos en dólares
La historia remite a una especie de "deja vú". Se trata de uno de los indicadores que sirven para testear si existe atraso del tipo de cambio.
Son los gastos con tarjetas de crédito de argentinos en el extranjero.
"El stock de préstamos en dólares por consumos con tarjeta de crédito superó los u$s435 millones el viernes pasado, un nivel máximo desde 2018", suscribió el informe de la consultora 1816.
El dato causa preocupación entre los financistas. Y por ahora es menospreciado por el Gobierno.
"Este indicador es un proxy muy bueno de los egresos por la cuenta corriente turística y sugiere que Argentina empieza a estar algo cara en dólares. En otras palabras, ya no se trata solo de noticias en los medios sobre viajes a la frontera para comprar bienes: los datos macro empiezan a dar cuenta del mismo fenómeno", agrega el informe.
Y remata: "En los próximos meses habrá que tener en cuenta esta variable a la hora de pensar en qué nivel de Tipo de Cambio Real podría unificarse sin un riesgo desmedido de volatilidad".
La devaluación, vista desde ahora
A mediados de diciembre, cuando el Gobierno tomó la decisión de devaluar, los $800 de entonces se corresponden a un dólar de $456 de ahora. Da idea de que no está tan alejado de los $360 de aquel momento.
Por ahora el Gobierno se mantiene cerrado a un cambio en la política cambiaria. El mercado les cree a los funcionarios. Justo antes de la cosecha gruesa, nadie va a tocar nada, sostienen en la City.
La cuestión empieza a dilatarse para el final del otoño. Si, efectivamente, será ése el momento elegido por Milei-Caputo para hacerle un service al programa. O si plantear un plan de estabilización.
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Así como van las cosas, el escenario de atraso tiene más para agravarse que para mejorar. Los números -implacablemente objetivos- le dan la razón a los más críticos, desde Carlos Rodríguez a Ricardo López Murphy e incluso Domingo Cavallo, que le reclaman cambios urgentes al Gobierno.