Caputo inicia la fase 2 del plan económico, mientras intenta despejar las dudas del FMI y del mercado
Luis Caputo volvió con un sinsabor desde los Estados Unidos. Es cierto que el ministro de Economía revalidó en Washington la buena llegada que mantiene con los principales financistas de Wall Street, pero también se enteró de que, puertas adentro, esos mismos operadores mantienen profundas dudas sobre la viabilidad del plan en marcha.
Las sospechas incluyen al Fondo Monetario Internacional. Rodrigo Valdés y Luis Cubeddu dejaron en claro sus propias inquietudes en los encuentros privados que mantuvieron con fondos y bancos de inversión de Nueva York.
Un rápido relevamiento entre economistas y funcionarios de organismos que pasaron por Washington determinó que a las dudas sobre la sostenibilidad del ajuste planteado por Javier Milei desde diciembre, se lea suma ahora otra cuestión que podría definir el futuro inmediato.
La decisión del Gobierno de mantener el "crawling peg" del 2% mensual es objetada casi por unanimidad. Caputo se concentró en la desaceleración inflacionaria como el principal objetivo de su programa, pero los reparos a esa idea son mayoría.
Sin que en el horizonte aparezca la posibilidad de un despegue de la actividad económica, la dinámica luce inviable. "El FMI no va a poner plata para sostener el cepo", concluyó uno de los financistas que estuvo con los referentes del FMI antes del fin de semana.
Fuego amigo
Domingo Cavallo se convirtió, hoy en día, en uno de los principales críticos del programa económico. Así como Carlos Melconian fue el mayor opositor a la política económica de Mauricio Macri entre 2018-2019, desde fuera de la administración, ahora ese papel lo está jugando el dos veces titular de Hacienda.
Melconian, en aquel entonces, era un referente para Macri y -en esta etapa- Cavallo lo es de Milei. Referentes e híper críticos. Muy escuchados por el mercado.
El "padre de la convertibilidad" le objeta a Milei el atraso cambiario, cada vez más notorio. Y no sólo eso: el exministro también dice que el proceso de desinflación se detendrá en el corto plazo.
Cavallo habla de una inflación que se quedará flotando en el 6% o 7% mensual. Un nivel demasiado elevado para evitar un cimbronazo cambiario en los próximos meses.
La misma objeción que escuchó Caputo de parte del Fondo Monetario. Y que se traslada a las mesas chicas de los grandes bancos de inversiones.
La volatilidad y la mayor incertidumbre en los mercados globales, a partir de las dudas sobre la inflación en Estados Unidos y el estado de guerra en Medio Oriente, le imprime un grado de tensión al mercado local.
¿Cómo puede ser que esa suspicacia no quede en evidencia en el mercado cambiario ni el bursátil local? "Mientras el Banco Central siga comprando dólares, nadie apuesta en contra de lo establecido", afirma un economista que estuvo presente en la asamblea del FMI.
Por eso llama tanto la atención cuando, como sucedió el último viernes, el BCRA interrumpe la seguidilla de compras de divisas.
Desde la City también plantean las mismas dudas.
Los economistas de la consultora 1816 -la favorita de los banqueros- estimaron que el actual tipo de cambio real ya se encuentra con el mismo atraso que mostraba antes de la asunción de Javier Milei: aquel "dólar Massa de $350" de finales del año pasado.
Si se actualizara el "dólar Caputo" de $800 a precios de hoy, la cotización llegaría a $1.480. Bien por encima de los $870 de ahora. Es decir, la cotización del dólar debería subir un 70% para igualar el escenario de mediados de diciembre último.
El atraso se viene acelerando.
Caputo, el heterodoxo: ¿más medidas en camino?
El ministro de Economía se vio obligado a tomar distintas medidas del manual de la heterodoxia para despejar algunas piedras en su camino y empezar a coordinar las expectativas.
Desde la convocatoria a supermercados y fabricantes de alimentos hasta la denuncia a las prepagas para lograr una revisión de las cuotas de los afiliados.
Otras medidas fueron menos "violentas": la reducción de las tasas de interés del Banco Nación, el mayor banco del sistema financiero, y en manos del Estado, con el objetivo de que el sector privado se tiente con un endeudamiento más barato.
Milei ya lo anticipó: cree que el camino hacia la reactivación de la economía vendrá por el lado de una verdadera explosión del crédito bancario.
El asunto clave será ver si tanto empresas como el público dan el paso para tomar un crédito y endeudarse. Sin perspectivas de un crecimiento económico, la posibilidad de que el sector privado haga inversiones tiende a cero.
También hubo una decisión con las paritarias: empezaron a homologarse algunos acuerdos de referencia para el resto, como el de comercio y el de camioneros, luego de una negociación directa con los sindicatos.
Lo que tendrá que definir ahora Economía refiere a los subsidios al transporte: en mayo deberían ajustarse otra vez los pasajes en colectivos y en trenes. Después de las subas de febrero, el Gobierno decidió el congelamiento a pesar de que estaba dispuesta la actualización por la inflación.
Milei y Caputo saben que los tiempos se acortan: la desinflación debería ser más aguda y ni así está descontada la recuperación de la actividad.
¿Se vienen más medidas de corte heterodoxas para evitar una prolongación de la recesión?