Cambiar las ruedas de un auto puede salir un millón de pesos: ¿cada cuántos kilómetros se deben cambiar?
El precio de los neumáticos aumentan en Argentina y es cada vez más difícil para el bolsillo de los trabajadores poder afrontar ese gasto. Las marcas de industria nacional rondan entre los 160.000 pesos y 200.000 por unidad. Mientras que las de alta gama superan los $250.000 por cada cubierta, por lo que se necesita, al menos, un millón de pesos para cambiar las cuatro gomas del vehículo.
En este contexto, el adecuado mantenimiento de las cubiertas de los vehículos se erige como una de las claves insoslayables para asegurar la seguridad al volante y también ayudar a evitar un gasto muy alto.
No obstante, se pasa por alto el momento indicado para realizar esta tarea vital, extendiendo el período más allá de lo aconsejable. Para desenvolver este asunto sin recurrir a expertos o, al menos, para mantenerse alerta, el primer dato esencial radica en que, por lo general, las cubiertas ostentan una vida útil de alrededor de 50.000 kilómetros. Este número marca el tope de utilización de cualquier neumático común. A partir de esta marca, comienza a adquirir tintes riesgosos continuar empleando las mismas gomas.
En cuanto a la longevidad en años de una cubierta, una de las métricas más comunes para evaluar su estado consiste en examinar el dibujo y, más puntualmente, la profundidad del mismo. Aquí entra en juego un viejo truco que implica utilizar una moneda para medir cuánto penetra en el diseño.
Conviene señalar que las cubiertas deben jubilarse cuando alcanzan el indicador de desgaste en cualquiera de sus puntos de rodamiento. Estos indicadores se hacen visibles en el fondo de los surcos y marcan el momento en que se llega a una profundidad de 1,6 mm (mida con una moneda de 1 peso y verá si el borde dorado queda cubierto). Vigilar el estado de las cubiertas se torna crucial para evitar un deterioro prematuro.
Más allá de la cifra de kilómetros recorridos, resulta trascendental verificar que no presenten resequedad. Este fenómeno puede presentarse en automóviles con pocos kilómetros pero muchos años, generando una situación de peligro.
Cuidado de los neumáticos: qué se debe tener en cuenta para saber cuando cambiarlos
La durabilidad de los neumáticos delanteros está sujeta a diversos factores. Con un mantenimiento cuidadoso y una atención apropiada, se espera un recorrido promedio de unos 50.000 kilómetros. No obstante, este cómputo puede oscilar en función de consideraciones tales como:
- Cantidad de kilómetros y terrenos transitados: la dinámica es distinta entre conducción en autopistas y calles urbanas, al igual que frenar de manera abrupta en comparación con hacerlo suavemente.
- Diseño de las cubiertas: no todas las versiones poseen la misma resistencia, una variabilidad también presente en las distintas marcas.
- Estilo de manejo del conductor: la manera de operar el vehículo incide directamente en la longevidad de las cubiertas.
Convendría también destacar que las ruedas delanteras exhiben un desgaste más pronunciado en comparación con las traseras. Por añadidura, la banda de rodadura no experimenta un deterioro uniforme, especialmente si las cubiertas se hallan desalineadas, infladas incorrectamente o desequilibradas.
Existen motivos justificados para anticipar el recambio de las cubiertas.
Frecuentemente, el umbral de los 50.000 kilómetros no se respeta y ciertas circunstancias incitan a reemplazar las cubiertas antes del tiempo previsto. Un escenario habitual es el encuentro con baches en la ruta, que puede deformar la cubierta y originar riesgos mayores, demandando así un cambio preventivo.
A su vez, pinchazos o rupturas irreparables en las cubiertas también conllevan la necesidad de sustitución.
Una analogía gráfica útil es usar una moneda para evaluar el estado de las cubiertas.
Por ejemplo, un lateral dañado no es reparable, al igual que un agujero de más de 6 mm de diámetro, puesto que los parches en una circunferencia de semejante magnitud no son aconsejables. Similarmente, un talón dañado o deformado implica la necesidad de reemplazo.
Con el propósito de evitar situaciones críticas, conviene:
- Inspeccionar las cubiertas cada cinco años de uso. Aunque sería óptimo que un profesional las examine al menos una vez al año, incluso si su uso ha sido escaso.
- Limitar su empleo a un máximo de diez años desde su fecha de fabricación. Es una información que a menudo pasa desapercibida: las cubiertas tienen fecha de vencimiento.
- Supervisar regularmente la presión del aire, el desgaste de la banda de rodadura, la alineación y las válvulas de inflado.
- Verificar la fecha de fabricación, discernible a través del número DOT inscrito en el propio neumático.
Las prácticas de manejo, como la velocidad, las aceleraciones abruptas y las frenadas de emergencia, tienden a mermar la longevidad de las cubiertas.
Mantener los neumáticos para que duren más
Más allá del recambio que se debe realizar por el uso, hay algunos tips a tener en cuenta para mantener los neumáticos en buen estado, y uno de ellos es el inflado. El mismo tiene que ser tal como lo sugiere la marca, dato que generalmente está en la tapa del combustible en el manual.
El mantenimiento de la presión apropiada es una de las medidas más importantes para prolongar la vida del neumático por dos motivos:
- El bajo nivel de inflado es la causa principal de fallas en los neumáticos y puede resultar en el agrietamiento severo o separación de componentes.
- La rigidez del neumático aumenta cuando éste está sobre inflado, lo cual puede deteriorar la calidad del manejo y generar una vibración no deseada
"Un neumático inflado correctamente aporta otros beneficios además del desgaste uniforme de la banda de rodamiento. Garantiza que el vehículo circule con seguridad, aumenta la vida del0 neumático e incluso incide en el consumo eficiente del combustible", explican en las gomerías.
Rotación de neumáticos y balanceo
Debido a la irregularidad de las calles y rutas, el desgaste entre los neumáticos no es uniforme. Es por eso que se recomienda la rotación para aprovecharlos mejor. También es clave la alineación del vehículo, frenos, bujes, rodamientos y demás puntos de mantenimiento contribuye a la mayor durabilidad y uniformidad en el desgaste.
El balanceo es otro tema clave, ya que permite la correcta distribución de la masa por la circunferencia del conjunto de neumático y rueda, lo que evita vibraciones y desgaste irregular.
Otro dato clave es usar siempre las ruedas recomendadas para cada tamaño de neumático. Además, las ruedas, las llantas y los aros se deben inspeccionar periódicamente (abolladuras, grietas, deformaciones, etc.) y limpiarse para tener mayor seguridad y evitar daños en los neumáticos.