Caputo busca que la euforia en el mercado bursátil contagie a la economía real: cómo imagina la salida de la crisis
En su última aparición pública ante algunos de los empresarios líderes del país, Luis Caputo transmitió un mensaje superoptimista acerca de la economía que viene.
El ministro les pidió a los ejecutivos que se sumen a la ola positiva de los mercados financieros, que viven un rally alcista notable desde que Javier Milei llegó a la Casa Rosada. "Pónganse optimistas, lárguense", les reclamó el ministro a viva voz. Los empresarios cerraron el discurso con un fuerte aplauso.
El optimismo oficial contrasta con las advertencias de la mayoría de los economistas profesionales, aun de aquellos que se identifican con los postulados de Milei y Caputo y que en su momento formaron parte de los distintos equipos de Juntos por el Cambio.
Los principales cuestionamientos van en tres direcciones, todas interconectadas: por un lado, la dinámica inflacionaria; por el otro, la extensión del ciclo económico; y, por último, el escenario cambiario.
La letra de la economía: cómo será la recuperación
El Gobierno juzga que la actividad dibujará una "V corta". Es decir, que al desplome que se vislumbra ahora proseguirá un rápido despegue en base a los buenos números fiscales y al boom financiero, que se traduce en una baja del riesgo país y en futuras inversiones de capital.
Algunos bancos de afuera acompañan esa visión: Morgan Stanley, uno de los gigantes de Wall Street, acaba de difundir un informe entre sus clientes asegurando que la economía argentina se encamina a un ciclo virtuoso.
El banco de Manhattan pronosticó que la inflación del año que viene estará apenas en el 31,6%. Sensiblemente por debajo de lo que el banco prevé para este 2024, en torno al 207%.
La caída del PIB de este año, según la entidad, sería del 3,3%, que sería compensada el año que viene, con una suba de 3,6% según el pronóstico.
El banco apoya su optimismo para el próximo año en el ordenamiento de las cuentas públicas, que tanto Milei como Caputo defienden a capa y espada.
Los escenarios menos optimistas
Para los economistas que se diferencian de esta visión tan optimista, la única manera de garantizar una rápida recuperación de la economía -que ahora atraviesa una profunda caída- sería mediante un flujo importante de inversiones, algo que nadie percibe por ahora.
Además, hay otra cuestión clave: tampoco se ve que el consumo interno vaya a reaccionar pronto, en medio de la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y los jubilados.
"El salario formal registró una caída del 20% en dos meses", dice el economista Martín Rapetti.
El director de la consultora Equilibra e investigador de los casos de estabilización económica en distintos países considera que existen distintas variables que juegan en contra para una rápida reactivación.
Esas variables que juegan en contra van desde la esperada caída del empleo hasta el fuerte ajuste fiscal, que son contractivos en la dinámica económica.
"Para que la economía rebote tiene que darse una recuperación de los salarios", afirma Rapetti.
Las consultoras que se muestran menos optimistas que el Gobierno suponen que la actividad económica dibujará o bien una "L" (una estabilidad luego de la profunda caída pero sin una reactivación, al menos en el corto y mediano plazo); o bien una "U". Es decir, una muy suave recuperación tras un período de estancamiento después del hundimiento de la actividad.
Economistas como Carlos Melconián, Hernán Lacunza, además de Rapetti, adhieren a algunos de estos dibujos.
En la City, algunas consultoras no descartan que, ante una prolongación de la incertidumbre, la economía termine en una "W"; una incipiente mejora tras la baja de la inflación, pero que luego vuelve a tener un traspié, ya que el Gobierno no logra estabilizar.
¿Se levanta el cepo cambiario?
Más allá de las disquisiciones en torno a la economía que viene, el Gobierno y los economistas del sector privado coinciden en que la reactivación recién llegará cuando se desarmen las restricciones cambiarias.
A diferencia de la experiencia durante la administración Macri, esta vez Caputo se muestra muy cauto para levantar el cepo. Las chances de ver una mejora económica recién podrá percibirse cuando se quiten las restricciones y las inversiones de empresas extranjeras tengan garantías.
¿Hay chances de que eso ocurra pronto? El consenso en el mercado es que no. Que llevará un tiempo adicional.
En el último informe de la consultora 1816 dan cuenta de esa demora. "Nos cuesta ver que la unificación se dé durante el segundo trimestre de 2024 salvo que haya financiamiento externo de tal magnitud que Milei se sienta cómodo con la ecuación riesgo-beneficio de liberar todo".
Para los economistas de 1816, "el riesgo sería la mayor volatilidad nominal; el beneficio, acelerar la recuperación de la actividad".
Las próximas semanas, cuando comience la liquidación de la cosecha gruesa, podrá medirse ese timing con mayor precisión. Una clave determinante para seguir trazando la economía que viene.