En plena baja del dólar, el Gobierno convoca a empresas para desacelerar más la inflación
La consultora LCG lanzó justo antes del fin de semana un informe que puso en alerta al equipo económico: la inflación de los alimentos de la primera semana de marzo alcanzó al 3,6%, por encima de lo sucedido en la primera semana de febrero. El dato es coincidente con las sospechas que tenían algunos funcionarios, cuando supieron de primera mano las listas de precios que los fabricantes de alimentos habían enviado a las grandes cadenas de supermercados algunos días atrás.
Refleja, en todo caso, la enorme dificultad para bajar la inflación en el sector más sensible de la economía. Todo a pesar de la estabilidad del dólar, que sube apenas 2% mensual en el mercado oficial, e incluso muestra una baja notoria en los "financieros", que llegaron la última semana a cotizar por debajo de 1.000 pesos.
Hoy mismo habrá una convocatoria a las cadenas de los supermercados en la Secretaría de Comercio. Habrá un pedido especial para que esos comercios implementen otra política comercial: en lugar de ofrecer distintas promociones -como el 2x1 o el segundo artículo con un 70% u 80% de descuento- directamente apliquen una baja en los precios de los productos por unidad de venta.
De esa manera, cree el ministro de Economía, el INDEC podría relevar la baja de los precios y trasladar ese fenómeno al índice (IPC). Algo que "se pierde" en medio de las promos, porque los técnicos del Instituto relevan los precios de los productos por unidad y no por lo que vale una canasta en promoción.
Pelea contra la inflación de los alimentos
"La inflación va a caer como un piano", dijo Milei en una entrevista televisiva. El Presidente está convencido de que la trayectoria bajista es inevitable, en medio de un corte drástico a la emisión de pesos y la recesión económica.
Tanto Milei como el ministro expusieron en las redes sociales la reaparición de las promociones en las cadenas de supermercados, como indicador de una tendencia a la baja de la inflación.
Hubo, no obstante, un registro que causó inquietud en el elenco oficial: la suba de los alimentos en la Ciudad de Buenos Aires fue del 14,7% en febrero, por encima del 14,1% de la inflación promedio para ese mismo mes.
El exministro Domingo Cavallo fue el que tomó la iniciativa y, tanto en privado como por televisión, aconsejó a Caputo para que convocara a las empresas formadoras de precios para transparentar la dinámica de los precios.
No sólo a los fabricantes de alimentos sino también a los laboratorios que producen medicamentos. "Es muy bueno que se reúnan con los CEOs de las empresas productoras de alimentos. También con los laboratorios de medicamentos", sostuvo Cavallo.
Cavallo, un economista con vasta trayectoria y experiencia en el sector público, le recomendó a Caputo: "El Gobierno tiene que conseguir que los precios de los bienes no se pasen de largo. No puede ser que las empresas aprovechen la liberalización de los mercados para pegar un saque a los precios exagerado. en muchos casos fue porque tomaron al dólar contado con liqui, que estaba en $1200, y no al dólar oficial de 850", le dijo, según expresó el propio cordobés.
"El sector privado que quiera que el mercado funcione bien, sin que el Estado intervenga, tiene que colaborar más", concluyó.
Los argumentos de las compañías
Será interesante conocer el argumento que las grandes cadenas de supermercados le dan al Gobierno respecto de la posibilidad de abaratar los precios, con independencia de las promos. Los fabricantes, por su parte, aducen que tienen un serio problema con sus costos.
"Los proveedores copian la inflación pasada y la aplican en sus precios. Todos los meses sufrimos fuertes incrementos en los insumos y en la logística. Y a eso hay que añadirle el costo salarial, que en nuestro caso se rige por paritarias que también evolucionan con la inflación", reconoció el gerente de una alimenticia líder en el país.
No obstante eso, el propio empresario admite -en su diálogo con iProfesional- que en los próximos dos meses habrá una fuerte baja en los precios de los alimentos ya que los proveedores dejan de tener incentivos para aumentar.
Un poco lo que argumentó Caputo en el diálogo con las compañías fabricantes. Les dijo a las compañías que el Gobierno consiguió domar al dólar y está encaminando la macroeconomía, pero que precisa que las empresas formadoras de precios de los alimentos acompañen su gestión y se adapten a la nueva realidad que consiguió el equipo económico.
¿Les habló con el corazón? ¿O habrá argumentos de peso para lograr una desinflación más notoria?.
Quienes siguen de cerca el mercado del consumo advierten que la profunda caída en las ventas, finalmente, moderará la suba de los precios.
A esta altura, la pregunta del millón, es si la mayor parte de la sociedad podrá acompañar este duro camino.