Prevén fuerte aumento de la carne y pone en riesgo la estrategia de desinflación de Luis Caputo
:quality(85)/https://assets.iprofesional.com/assets/jpg/2022/08/541204.jpg)
El precio del kilo vivo de hacienda en el mercado de Cañuelas podría encarecerse alrededor del 20% en los próximos días, y tener un traslado de ese ajuste en los comercios minoristas. El costo de la carne viene corriendo por encima del índice de precios, y el consumo está en retroceso.
A pesar de esa caída de las ventas -que según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) fue del 6% el mes pasado-, los precios se mueven por encima de la inflación interanual.
Se trata de una tendencia que comenzó hace una década: el consumo de carnes pasó de los 63,2 kilos por persona al año que se comían en 2014, ahora se derrumbó a 52,4. Una baja acumulada del 17%.
En este contexto, el consultor Andrés Costamagna prevé que la suba en el mercado mayorista rondará el 20% en las próximas semanas. Si fuera así, Luis Caputo vería en riesgo su estrategia de desinflación en el corto plazo. El precio de la carne tiene un peso del 9% en el índice de precios. Y del 27% en la canasta de alimentos.
"El aumento de la carne al público va a rondar entre $700 a $1000 por kilo, pero hay muchas ofertas. No se consume casi nada de asado y por eso en los supermercados vas a tener ofertas de asado; una forma de enganche a los clientes", dice Costamagna a iProfesional.
La razón de un nuevo aumento
Costamagna afirma que, a diferencia del año pasado, ahora sin la sequía, los productores no tienen apuro en liquidar cabezas de ganado.
Esa disminución de la oferta redunda en presiones sobre los precios. Algo que está sucediendo en estos momentos. "Ahora la cadena de intermediación es la que está subiendo el precio por suba de costos, no la producción primaria, pero si ahora empieza a subir el precio del novillo por faltante esto se va a sumar", resume Costamagna en diálogo con iProfesional.
La esperada suba del precio de la carne se daría en un contexto de retroceso en el consumo masivo.
En enero, de acuerdo a los datos de la consultora especializada Scentia, el volumen de ventas se contrajo 3,8% en relación al comienzo del año pasado.
Este escenario, no obstante, tuvo una particularidad: mientras las ventas en las grandes cadenas registraron una caída del 8,3% -en relación a enero de 2023-, en los pequeños comercios se detectó una mejora del 0,5%.
Esta foto implica una reversión respecto a lo que venía sucediendo en los últimos dos años, donde las grandes cadenas aparecían como las favoritas de los consumidores.