Marcha atrás: el Gobierno no avanzará con la prohibición de indicar marcas de medicamentos en las recetas
Tal como ha sucedido con otros cambios propuestos en el DNU, para otras áreas, ante los reclamos de las asociaciones y empresas del sector, el Gobierno decidió dar marcha atrás en la prohibición de señalar marcas de medicamentos en las recetas médicas.
De este modo, se permitirá que los médicos puedan incluir marcas comerciales de algún laboratorio específico en sus recetas, si es necesario, pero deberán continuar indicando tamibién "el nombre genérico" de las drogas.
La próxima semana se publicaría el nuevo decreto, que tiene como objetivo flexibilizar la normativa vinculada a las recetas. Según trascendió, una primera versión del texto que será comunicado a través del Boletín Oficial incluye una aclaración importante. En él se indica que el consumidor tiene derecho a optar por "una especialidad medicinal de menor precio, que contenga los mismos principios activos, concentración, forma farmacéutica y similar cantidad de unidades que el prescripto".
Uno de los argumentos en contra de los cambios incluidos en el DNU para la confección de recetas médicas, es que no todos los productos farmacéuticos, aunque tengan la misma droga, tienen el mismo nivel de eficacia y seguridad.
En ese sentido, los especialistas señalan que prohibir la recomendación de una marca es perjudicial para los pacientes, fundamentalmente para los que realizan tratamientos oncológicos.
La advertencia de los farmacéuticos contra el DNU
Representantes de los gremios y de Federaciones y Confederaciones del sector farmacéutico y bioquímicos se dieron cita en el Congreso la semana pasada, para analizar el impacto del DNU y la Ley Ómnibus en la actividad, señalando que en el balance son "infinitamente" más los perjuicios que los beneficios, al tiempo que reclamaron al gobierno que "revea su postura en beneficio de la sociedad".
Los expositores advirtieron que "reaparecerán los medicamentos truchos, habrá más automedicación, más adicción, más gasto en salud" y afirmaron que "hay un solo ganador: la industria farmacéutica". Al respecto, apuntaron que "ya podemos ver en televisión una invasión de publicidad de medicamentos, desde que amanece hasta que anochece, para dolores, adelgazar, dormir, estudiar, ejercitar, trabajar, para todos los aspectos de la vida. Ellos venden, no les importa si la gente los necesita".
Destacaron como positivo la implementación de la receta electrónica, ya que "habrá menos falsificación y dificultad de interpretación de la ley 27553; de los libros electrónicos (basta de pasar a puño y letra), y la prescripción por nombre genérico (se terminará con eso de estafar a al paciente recetando marcas caras que no son mejores, ya todos los productos tienen la misma calidad y el mismo control de ANMAT, ley 25649)".
La venta libre de medicamentos es "un disparate"
Plantearon como un "disparate la venta libre fuera de la farmacia y sin la asistencia del farmacéutico" y agregaron que la venta libre "no es igual a venta fuera de la farmacia; es venta sin receta, pero en la farmacia. Los venta libre y recetados los hace el mismo laboratorio, con igual metodología y control de calidad, solo difiere la dosis: 2 comprimidos de ibuprofeno venta libre 200mg es igual a uno recetado 400mg. Venta libre no es venta liberada. Sin farmacéutico no hay farmacia ni medicamento, ya que es el responsable de todo el proceso".
Quienes participaron de la exposición fueron Ricardo Pesenti, Luis Salvi y Claudia Marino por la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA); Marcelo Peretta y Mariana Funes por el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB); Guillermo Caso, Sandra Pietro y Lucia Di Carlo por la Federación Argentina de Cámaras de Farmacia (FACAF), Lucio Criado por la Sociedad Argentina de Medicina (SAM), Patricio Williams por la Cámara de la Actividad Farmacéutica y Bioquímica (CAFIB) y Mónica Covatti y Mariel Alejandre por la Obra Social de Farmacéuticos y Bioquímicos (OSFYB).
Explicaron que, con la desregulación "se habilita el monopolio, ya que las droguerías despacharán recetas. Y los dueños de muchas droguerías son los laboratorios, que quieren vender sin receta ni control farmacéutico, por eso no quieren que el medicamento pase por la farmacia, ni por el control farmacéutico".
Asimismo, se preguntaron si "¿quieren cerrar las carreras de farmacia? Recordando que farmacia y bioquímica son carreras de interés público y cumplieron gran rol en la pandemia, mientras el resto se quedaba en casa. La industria pretende quedarse con las profesiones del médico y del farmacéutico porque tienen intereses comerciales no sanitarios".