Clave para la economía y el consumo: cómo impacta el "naftazo" en el bolsillo de los argentinos
Los números son contundentes: el 40% más "rico" de la población, la que tiene los ingresos más altos, consume el 60% de la nafta que se vende en el país. Y si se observa exclusivamente al quintil con mayores ingresos, el consumo de nafta de esa porción trepa al 35%.
Esto quiere decir que el peso de los últimos ajustes en el valor de los combustibles se carga en la parte de la sociedad con mejores ingresos, mientras que los de menores recursos "sólo" deben soportar los aumentos de "segunda ronda" derivados del incremento en los precios de la nafta y del gasoil.
Los datos, referidos por el experto en temas de energía Nicolás Arceo, dan cuenta de una realidad a la que hay que prestarle atención para imaginar el impacto del "naftazo" en los bolsillos de la población y en la actividad económica.
Surtidores sin freno: cómo pega en la inflación
De acuerdo a estimaciones de la consultora Eco Go, que dirige la economista Marina Dal Poggetto, el impacto de la última suba de los combustibles, del 27% tanto en naftas como en gasoil, será de 0,6 punto en el índice de inflación de enero.
A ese primer reflejo hay que añadirle el impacto de "segunda ronda", por los mayores costos de las empresas, ya sean fabricantes o distribuidores.
Este segundo impacto debería sumar entre 0,4 y 0,5 punto adicional, con lo cual el IPC de este mes debería contar con un extra de entre 1 punto y 1,1.
La cuestión suma a la hora de evaluar el alcance de las medidas que va tomando Luis Caputo desde el Palacio de Hacienda. El ministro necesita imperiosamente demostrar que la dinámica inflacionaria deja de inflamarse para, al contrario, mostrar una desaceleración.
Esa necesidad no es solamente política. Caputo se jugó a un "crawling peg" del 2% mensual, que quedará rápidamente desfasado si la inflación no baja rápido.
Golpe en las estaciones de servicio
En el último mes, en los surtidores hubo tres incrementos. En total, el alza rozó el 90%.
A lo largo de 2023, el aumento de los combustibles fue del 267%, contra una inflación que superó por algunos puntos el 200%. En los últimos 12 meses, el aumento en los surtidores fue del 354%.
En enero de 2023, el litro de nafta súper costaba $156,80. Ahora $716 como barato en las estaciones de YPF unicaja en la ciudad de Buenos Aires.
Arceo, en su reporte, pone en blanco sobre negro esa realidad:
- El aumento del precio de los combustibles en surtidor permitió una recomposición sólo en el margen del valor del crudo en el mercado local, producto de la aguda depreciación que enfrentó la moneda.
- Para alcanzar un valor del crudo en el mercado local en línea con su paridad de exportación se requerirán de incrementos adicionales a lo largo de los próximos meses.
- Para alcanzar un precio de paridad de exportación para el petróleo en el mercado local se requeriría de un incremento adicional en el precio de los combustibles en surtidor de aproximadamente un 45%.
De ese 45% pretendido por las compañías acaba de aplicarse un 27%. Todavía falta, como quedó explicitado más arriba. La pregunta del millón refiere al timing de ese ajuste, que seguramente llegará: el mercado acaba de ser desregulado.