Si el dólar oficial sube a $650 con la llegada de Milei, ¿cómo impacta en el bolsillo de los argentinos?
A días de la asunción de Javier Milei, se abrieron una serie de interrogantes sobre una sugestiva frase del futuro ministro del Interior, Guillermo Francos. Solo él sabrá si lo que dijo es consecuencia del hilo de una respuesta, de la incontinencia dialéctica en el marco de una entrevista periodística, de una certeza del subconsciente o de la intención de mandar una señal.
Lo cierto es que Francos habló del dólar, sugirió un precio al dólar y eso en la Argentina es toda una definición para que se desaten miles de especulaciones y se perfilen toma de decisiones. En un reportaje del pasado domingo, dijo: "Cuando uno ve la historia de los últimos años del dólar, podría estar en $600, $650. No quiero decir que vaya a serlo". Y continuó: "El dólar que se maneja, como el dólar blue, es producto de la expectativas".
A partir de esa declaración, todos los agentes económicos comenzaron la semana con alguna señal y empezaron por lo obvio: que lo haya dicho la noche del domingo previo a que se inicie la última semana hacia el traspaso de mando, no parece ser un "descuido". Posiblemente, actuó en función de anclar expectativas y evitar que se llegue al 10 de diciembre en medio de un desmadre.
El primer dato, también obvio a esta altura, pero ratificado: no hay dolarización ni nada que se le parezca el primer día de gobierno de Milei y, al parecer, la resolución de los pasivos remunerados del Banco Central sigue siendo una prioridad.
Entonces, ¿podemos hacer cálculos con un dólar a $600/$650?
La respuesta es…¡no! porque, al margen de la cotización que se pueda establecer sobre el dólar oficial, el nuevo gobierno deberá anunciar cómo se maneja con los distintos tipos de cambio vigentes y con los impuestos que pesan sobre él, además de cuál será su forma de fluctuación y allí siguen abriéndose variantes. Por otro lado, será determinante la tasa de interés que fije la nueva conducción del Banco Central, pero aún no hay certezas sobre ello.
Si Milei ajustara el tipo de cambio oficial a $600/$650 –equivalente a una devaluación del orden del 70%/75%- y no modifica ninguna de las regulaciones e impuestos vigentes, por ejemplo, la cotización del dólar para los consumos en moneda extranjera con tarjetas pasaría a ser entre $1.530/$1.660.
Posiblemente, este precio del dólar comenzaría a aplicarse desde el 11 de diciembre y todos los consumos que se acrediten o se paguen luego de esa fecha quedarán afectados por el aumento. Es una alarma para los servicios de streaming más básicos que se deberán pagar con el resumen de enero. Si se desea cancelarlos, hay que hacerlo cuanto antes para evitar el cobro del mes completo, mientras que el aumento no aplicaría sobre consumos ya facturados.
Para quienes tienen planeado pasar el verano fuera del país, tomar este valor del dólar parece ser una referencia bastante aproximada para la formulación de un presupuesto. Por otro lado, con este horizonte a la vista, lo más atinado sería cerrar la contratación de todos los servicios en el extranjero con fecha previa, aunque ya hay muchos operadores que, por razones técnicas de compensación de pagos, dejaron de aceptarlos.
Dada la fragilidad de las reservas –estudios privados las ubican en negativo en unos u$s11.000 millones- es difícil pensar que el primer día, aunque se aplique una devaluación del 75%, haya acceso al mercado de cambio en forma libre, ni para consumir en el exterior y, mucho menos, para atesoramiento.
Continuarían las restricciones
Lo más probable es que continúen las restricciones y que ese dólar a $600/$650 quede restringido a operaciones de comercio exterior, buscando, al mismo tiempo, atenuar el impacto sobre los precios.
Con este escenario, otro aspecto defensivo sería la compra de dólar a a través de las opciones bursátiles que están operando en torno a los $900. De esta forma, se puede restringir el uso de la tarjeta y asegurarse el financiamiento con efectivo y evitar el potencial aumento tras la devaluación. La apuesta, en este caso, es a establecer si el "blue" copiará la magnitud de la devaluación o el mercado aceptará el plan económico y la corrección será menor.
Analistas económicos e, incluso, dueños de empresas, interpretan que el dólar en torno a los $1.000, ya tiene incorporada la corrección cambiaria y que muchos precios también, por lo cual, se juegan un pleno a que la brecha que actualmente es del 155% se reduzca y ayude a la estabilización.
Para los tenedores de plazo fijo, la clave estará en conocer la tasa de interés que determinará el Banco Central y cómo se ajustará el precio del dólar luego del lunes 11 de diciembre para definir ambos recorridos. Otro dato relevante, según trascendió, es que la intención de Milei es que la tasa real sería positiva, lo cual sería atractivo para los tenedores de depósitos.
Ante tanta incertidumbre, la información de un dólar a $600/$650 es sólo una señal y habrá que aguardar la evolución de muchísimas otras variables para una toma de decisiones adecuadas.