EL PAÍS QUE VIENE

Hacia una economía "Slim": ¿cómo será la dieta de la súper reducción tributaria que piensa Javier Milei?

El presidente electo prevé una serie de lineamientos para volver a estabilizar la economía. Reordenamiento fiscal sobre los tres niveles del sector público
ECONOMÍA - 29 de Noviembre, 2023

El nuevo presidente electo Javier Milei propone una serie de lineamientos para volver a estabilizar la economía. Reordenamiento fiscal sobre los tres niveles del sector público, desarme monetario de las letras de liquidez antes de la reunificación del tipo de cambio, reducción de subsidios, fin de la obra pública que podrá recomponerse solo con capital privado, modificación del régimen de coparticipación y una súper reducción impositiva que podría mejorar rápidamente la actividad económica.

Las primeras medidas que está pensado Milei es un paquete de reformas que incluyen al área fiscal, tributaria, cambiaria y monetaria, entre otros. El plan propone reducir gasto público de hasta 15% del PBI, bajar el déficit fiscal y congruir en un superávit hacia fines de 2024. En el mismo proceso, se irán eliminando impuestos lesivos para el normal funcionamiento de la economía. El objetivo a la largo de toda la gestión del próximo gobierno es la reducción del 90% de los impuestos que tienen impacto en el 2% del PBI pero entorpecen la economía.

Murray Rothbard expresa que "el gobierno no vende bienes o servicios productivos y por tanto no genera nada. Solo puede obtener dinero saqueando nuestros recursos a través de los impuestos o del impuesto oculto de la falsificación legalizada conocida como "inflación".

En la Argentina hay 148 impuestos

Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), hay: 45 impuestos nacionales (por ejemplo, Impuesto a las ganancias, a las apuestas, tabaco, seguros, bebidas alcohólicas, Imp PAIS, Derechos de exportación e importación. objetos suntuarios, automotores, etc.), 25 impuestos provinciales (Impuesto inmobiliario, embarcaciones, sellos, tasa de pesca, productos forestales, loterías, Fondo provincial sobre servicios públicos, etc.) y 78 impuestos municipales (Ecotasa, impuesto al terreno baldío, inmobiliario, embarque, residuos peligrosos, alumbrado público, búsqueda y rescate, explotación de autopistas, etc.)

 
Para tomar dimensión de la cantidad de impuestos que se encuentran afectando a la economía podemos ver cuánto representa la presión tributaria del sector público.

De acuerdo al IARAF, al inicio del período equivalía el 21,1% del PBI. Esta cifra se mantuvo estable durante la década de la convertibilidad. En el período siguiente, la presión tributaria comenzó a aumentar hasta llegar a un 31,9% del PBI. Creció 10 puntos porcentuales en 13 años.

La composición de la mayor presión impositiva viene de la mano de Ganancias, IVA, reintroducción de los derechos de exportación, Impuesto al cheque, Ingresos Brutos, tasas de inspección y seguridad e higiene, entre otros.

 

Esta presión impositiva, en relación con demás países de la región, implica que nos encontremos con 31,9% en el top 2 después de Brasil con un 33,5%. Luego, siguen países como Uruguay con 26,5%, Bolivia 22,6%, Chile 22% y Paraguay 14%, entre los primeros cinco con mayor presión tributaria.

 

Alta informalidad por alta presión tributaria

Tenemos148 impuestos con una concentración de la mayor carga tributaria en relativamente pocos tributos. A su vez, esa mayor presión tributaria hace que crezca la informalidad en Argentina. No es que tenemos alta presión tributaria porque tenemos informalidad. Es al revés: tenemos alta informalidad porque tenemos alta presión tributaria.

La recaudación del IVA, Ganancias humanas y sociedades, aportes y contribuciones a la seguridad social, Ingresos Brutos derechos de exportación y los impuestos a los débitos y créditos bancarios, hoy representan el 83% de la recaudación consolidada. Si a eso le agregamos impuestos a los combustibles, derechos de importación, impuestos internos coparticipados y la tasa de seguridad e higiene vemos que se obtiene el 91% de la recaudación consolidada.

El nivel de concentración impositiva se encuentra en diez tributos que son el 91% de la recaudación impositiva de los cuales 8 son nacionales, 1 provincial y 1 municipal.

 

Si, 10 impuestos implican el 91% de la recaudación total. Hay 138 impuestos que son sólo burocracia con bajo nivel de aporte que no hace más que complicar a las empresas del país al realizar sus operaciones.

El impacto de la burocracia

En el Índice de Burocracia de América Latina, podemos observar cuantas horas anuales destina una pyme en gestión de trámites que abarcan salarios, impuestos y contribuciones incluyendo administración de tiempo y operaciones impositivas sobre renta, inmuebles, IVA, vehículos y demás.

En el top 3 podemos ver a Venezuela con 1062 horas, Argentina con 900 horas y Republica Dominicana con 745 horas, siendo estos tres países de los más castigados con horas necesarias para cumplir con todos los trámites.

Una pyme en promedio tiene que hacer frente a 57 obligaciones tributarias en forma mensual considerando 33 impuestos (16 nacionales, 9 provinciales y 8 municipales) y 24 regímenes especiales de percepción.

 

La presión tributaria tiene su contrapartida directa sobre el déficit fiscal. El gobierno nacional necesita cada vez más recaudación para hacer frente al déficit fiscal que hoy se estima en un 11% del PBI y que podría ascender al 13.4% tomando déficit primario más financiero cuasifiscal.

 

Hemos atravesado más de una década de estancamiento, crecimiento nulo de la economía. Lo que ha crecido es la indigencia y la pobreza. Sólo fruto del ahorro, desafío, riesgo, inversión y producción del sector privado se puede generar la mejora del bienestar social con generación de empleo, riqueza  e inclusión social del mercado.

La sociedad, a través de la colaboración colectiva de mercado, intenta maximizar sus ganancias vía mejores bienes y servicios cuando no son sometidas a un ajuste de sus recursos para ser reinvertidos en el proceso. La alta carga tributaria, regulaciones y burocracia consumió esfuerzos del sector privado para transferirlos al sector público que no cuenta con recursos propios sino a través de los que toma del sector privado (empresas, empleados, familias). Todo lo que hace en el supuesto bienestar e inclusión social lo realiza a través del trabajo y producción privada y de la ciudadanía en general.

Los argentinos buscan un nuevo camino donde aquel que trabaja le vaya mejor, donde aquel que produce crezca y donde aquel que está fuera del sistema de la producción y el trabajo sea incluido no por justicia social sino porque la colaboración colectiva de la sociedad requerirá de todos y cada vez más argentinos para salir del embargo ético y moral que implica el crecimiento de la pobreza e indigencia en nuestro país.

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