¿Sturzenegger, Caputo o Laspina?: expectativa para ver quién resolverá cepo al dólar y bola de Leliqs
En la medida en que se demora la designación del nuevo ministro de Economía, ocurre lo inevitable: el mercado se llena de versiones y aumenta la confusión sobre cómo interpretar las frases del presidente electo, Javier Milei. En la jornada del miércoles, el mercado se vio sacudido por la versión de que el equipo económico tendría tomada la decisión de unificar el tipo de cambio en $650 a partir del recambio presidencial. Era una noticia que no se condecía con la filosofía librecambista que el propio Milei y sus economistas vienen pregonando.
Y, en todo caso, el valor no parecía realista: esa misma cifra coincide con el tipo de cambio que hoy rige para el esquema de incentivo exportador, una cifra sobre las cuales hay dudas respecto de que represente un valor de "equilibrio de mercado". Por lo pronto, hay señales fuertes desde los exportadores: los escasos u$s8 millones recaudados el miércoles por el Banco Central llevan a los analistas del mercado a pensar que un tipo de cambio de $650 no será suficiente como para recuperar el potencial exportador.
Pero, aun asumiendo que los $650 fueran hoy el valor de equilibrio, será una "foto vieja" dentro de un mes, cuando haya transcurrido una inflación que, según las mediciones que están realizando las consultoras podrá superar el 12%.
Lo cierto es que esa polémica terminó influyendo sobre el mercado de futuros, donde la posición del dólar a diciembre, que el martes había cerrado en $790, cayó hasta $740, hasta que circuló un desmentido oficial y volvió a subir, hasta cerrar en $784.
Ese pequeño ejemplo vale como muestra para dar una idea de la incertidumbre en la que se maneja el mercado financiero, donde ante la falta de definiciones concretas, cualquier rumor puede adquirir visos de verosimilitud.
Lo más confuso en este momento es que los nombres que más fuerte suenan como "ministeriables" para el área de economía han expresado, en algunos casos, ideas contradictorias con las últimas declaraciones de Milei en temas tan sensibles como el de la "bomba de Leliqs" y el levantamiento del cepo cambiario.
Toto Caputo en la mira
En este momento se mencionan, como economistas con mayores chances de ser designados en el ministerio, a Federico Sturzenegger, Luis "Toto" Caputo, Luciano Laspina y Demian Reidel.
Todos participaron en la gestión macrista: Sturzenegger y Caputo presidieron el Banco Central; Reidel fue vice en la gestión de "Sturze" y Laspina, desde la cámara de diputados, el principal defensor de los proyectos oficialistas en materia económica.
Sin chances de llegar a ministros, pero con una posición de asesores influyentes ya desde el inicio de la campaña, se ubican Carlos Rodríguez -ex viceministro de economía en la gestión menemista- y Darío Epstein, un reconocido asesor financiero desde su firma Research For Traders, que se entrevistó con inversores en Estados Unidos tras el triunfo de Milei en las PASO.
Milei, que siempre fue un duro crítico de la gestión económica de la gestión macrista, siempre rescató la figura de Sturzenegger, a quien le reconoce haber evitado que Argentina cayera en una hiperinflación al recibir la herencia de las distorsiones que había dejado el modelo económico kirchnerista.
Sin embargo, en las últimas horas se intensificaron las versiones sobre que Caputo podría, finalmente, ser el elegido. El ex funcionario a quien Macri calificó alguna vez como "el Messi de las finanzas", estuvo en los últimos días sondeando inversores de Wall Street, en la búsqueda de algún acuerdo que permita resolver en problema de las Leliqs "con una solución de mercado".
Caputo, con una extensa trayectoria en la banca de inversión, y un experto en trading de bonos, es un viejo conocido en Wall Street. Algunos analistas afirman que después de la inédita operación por la cual Caputo convenció a los fondos Templeton y BlackRock para invertir u$s3.000 millones en bonos nominados en pesos, quedó un resentimiento con el ex ministro. Aquella operación terminó siendo ruinosa para los inversores, ya que la tasa de 15% quedó minúscula frente a la mega devaluación que enfrentó el peso cuando todavía no había terminado la gestión macrista.
Sin embargo, Caputo tiene sus defensores en el mercado, al punto que creen que ese expertise en el trading y su conocimiento de los protagonistas lo transforma en un candidato idóneo para este momento en particular. Sobre todo, después que Milei definió que no desarmará el cepo cambiario antes de haber saneado el patrimonio del Banco Central. En otras palabras, esto supone la consecución de fondos del exterior para comprar un instrumento que resulte atractivo para los inversores externos y que permitan el rescate de la "bola" de Leliqs y pases pasivos, que asciende a $23 billones billones -equivalentes a u$s65.000 millones al cambio oficial y a u$s26.000 millones al paralelo-.
Bancos a la defensiva
Mientras Caputo llama a sus contactos y define si está dispuesto a asumir la responsabilidad, en el mercado se notan muestras de escepticismo respecto de que se pueda contar con una ayuda millonaria de fondos privados para resolver el problema de los pasivos del Banco Central.
Por lo pronto, resultó muy elocuente la actitud defensiva de los bancos, que el pasado martes apenas renovaron el 40% de las Leliqs que vencían, y prefirieron llevar ese dinero en parte a la compra de bonos del Tesoro y, sobre todo, a las colocaciones de corto plazo conocidas como "pases pasivos", que otorgan liquidez en 24 horas.
La medida llamó la atención, porque hasta ahora, los bancos más conservadores habían adoptado la actitud opuesta: es decir, disminuir su exposición a los títulos emitidos por el Tesoro, que consideraban con mayor riesgo de ser "reperfilados" y refugiarse en el Banco Central, el lugar que consideraban como el más seguro por definición.
Sin embargo, las percepciones cambiaron en las últimas horas. Las declaraciones de Milei en la misma noche de su elección sobre el compromiso de respetar los contratos llevaron a que todos los bonos de deuda soberana -tanto en dólares como en pesos- tuvieran un fuerte rebote. Pero, en sentido contrario, hay mayor inquietud respecto de que la fórmula para resolver la situación de las Leliqs termine implicando alguna licuación por la vía devaluatoria o por una disminución de la tasa real de intereses en un momento en el que se espera una agudización de la inflación.
Lo que agrega confusión al mercado es el hecho de que figuras como Carlos Rodríguez han mostrado una postura contradictoria con la del propio Milei: sostiene que se debe dejar flotar al dólar desde el comienzo. Pero el Presidente electo teme que, sin resolver previamente el problema de las Leliqs, se pueda generar una hiperinflación.
Desde el punto de vista de Milei, la resolución de las Leliqs equivale a su rescate y canje por dólares, algo que muchos economistas consideran que no es necesario, a no ser que se esté pensando en el proyecto dolarizador de la economía en el corto plazo.
Recetas contradictorias para las Leliqs
El propio Rodríguez planteó desde hace tiempo una solución alternativa, consistente en una baja gradual de las tasas de interés que pagan las Leliqs. Su argumento es que el actual sistema en el cual se genera una carrera nominal entre la inflación, las tasas de los plazos fijos y la de las Leliqs lleva a la espiralización de precios innecesariamente.
"Una cosa es eliminar las Leliqs y otra es eliminar la remuneración nominal innecesaria que llevan las Leliqs, que es la que causa inflación. Hoy en día esa tasa está en 254% anual. Yo creo que al menos 200% de impuesto inflacionario es innecesario para financiar el déficit primario de 2024", escribió en las redes sociales.
Es una postura diferente a la del rescate de las Leliqs con dólares pedidos en el exterior. Y lo raro de la situación es que, por lo que ha declarado hasta el momento, Sturzenegger parece compartir esa postura: ha defendido la conveniencia de liberar el cepo desde el primer día, además de opinar expresamente en contra de la conveniencia de una dolarización inmediata.
"No hagan mal en 2023 lo que se hizo bien en 2015", fue su pedido en el debate entre economistas durante la campaña.
La figura de Sturzenegger ha sido también objeto de críticas por parte de quienes recuerdan que durante su gestión se generó también una bola de activos remunerados, las recordadas Lebac. En su defensa, Sturzenegger dice que no puede compararse su política, porque aquellas letras se utilizaban para la compra de pesos que se habían emitido para compras dólares, a diferencia de lo ocurrido en el gobierno peronista, que usaba las Leliqs para absorber pesos emitidos para financiar el déficit fiscal.
Es un argumento sobre el cual algunos colegas lo han criticado. En todo caso, no está claro hasta dónde sus posturas divergentes con la línea de Milei lo inhabilitan como candidato principal para ocupar el ministerio.
En las últimas horas, además, se han conocido más opiniones contrarias al rescate de Leliqs con dólares y también a la baja de las tasas de interés, sino que ponen el foco sobre las señales fiscales.
Es el caso de Guillermo Mondino, ex miembro del equipo de Domingo Cavallo en tiempos de la Alianza, quien advirtió que una medida que afecte la rentabilidad de las Leliqs -y, por consiguiente, de los plazos fijos- implicaría un riesgo hiperinflacionario, "porque terminaría de dinamitar la poca confianza que queda en la única institución que hasta ahora no ha defaulteado, que es el Banco Central".
Es la misma línea que en la campaña había marcado otro ex funcionario macrista, Guido Sandleris, ex presidente del BCRA, que se mostraba crítico de las propuestas de Milei. "Las Leliqs no son el problema de fondo. Haría bien en empezar a prestar más atención a los efectos de sus propuestas en los depósitos. Eso es lo que puede termimar de empujarnos a una hiper", disparó desde las redes sociales, en una alusión a que sus propuestas podrían generar una corrida bancaria.
De momento, la situación de los depósitos muestra una llamativa estabilidad, y Milei ha realizado declaraciones fuertes sobre su voluntad de ir a un rápido equilibrio fiscal. Es decir, lo que los economistas críticos venían reclamando. Pero no está claro que con eso alcance como para ahuyentar los fantasmas de la hiperinflación. Y, sin un ministro designado, el mercado sigue moviéndose al vaivén de los rumores.