OPINIÓN & ANÁLISIS

Lecciones de la crisis de la nafta: haciendo de la escasez la normalidad

El mercado de las naftas fue corrompido por regulaciones y precios máximos. Para peor, pese a tener precios históricamente deprimidos, la nafta parece cara
ECONOMÍA - 30 de Octubre, 2023

Sin dudas, una de las noticias clave del fin de semana fue la escasez de combustible: faltantes en estaciones de servicios, largas colas, cupos por persona y límites de monto para la carga. La repercusión fue casi inmediata, incluso con participación también de aquellos que negaban la situación.

Lo llamativo aquí, es que lamentablemente, la escasez no es la novedad. Hace ya tiempo que hay faltantes, principalmente de política económica consistente. El no plan, para ser luego meramente aguantar, nos lleva a una situación tal que al día siguiente en que se consagraba la producción "récord" de petróleo en el país, comenzaba a escasear el combustible.

La costumbre hace que uno de por descontado que ciertos bienes o servicios esenciales estarán disponibles en la medida que se necesiten, como, por ejemplo, electricidad, agua, combustible. Ahora que afecta a la mayoría de la población, con buena lógica, despiertan las alarmas.

Lo que falta (y no es combustible)

Si bien las razones oficiales esbozadas con respecto al faltante de nafta/gasoil, no solo que pone en jaque a los negacionistas de la escasez, sino también se alegan situaciones que al menos eran previsibles.

Además, no era noticia que dólares faltan (a $350), por lo que las importaciones estaban cada vez más acorraladas, que a estos valores las petroleras no tienen demasiados incentivos a vender, y que además si se analiza el spread entre el precio del combustible mayorista y minorista, denotaba gran inconsistencia.

¿Por qué? Estábamos asistiendo a un fenómeno donde el precio mayorista (usualmente el más barato, pues se vende de a cantidad) comenzaba a ser más caro que el minorista. En pos de "proteger" al consumidor final, se fijaba el precio en el surtidor que históricamente se encuentra bajo, pero si se buscaba cantidad ya debía analizarse otro precio por encima del minorista. El fenómeno de la escasez comenzaba a gestarse.

El precio de las naftas, en dólares, se encuentra en el mínimo de los últimos 13 años.

Esto debió funcionar de alarma, dando señales de otro mercado que había sido corrompido por las regulaciones y precios máximos, aunque sin dudas llegar a este tipo de extremos son difíciles de prever.

Si se analiza el valor de la nafta en dólares, nos encontramos con valores históricamente deprimidos frente al promedio y que, además, visto en dólar paralelo se agrava la situación.

El precio del surtidor (que hay de los más variados, generalmente de más barato a más caro a medida que uno se aleja de CABA) analizado en moneda dura se encuentra en mínimos de no menos de 13 años. Todo en simultáneo con el poder adquisitivo del salario destrozado, donde llenar el tanque de una nafta barata, luce caro.

El no desembolso de dólares para que YPF importe un barco, terminó en desencadenar un fenómeno ya documentado durante los días recientes. Esto da indicios de uno de los tantos talones de Aquiles que tuvo esta gestión. Un tipo de cambio atrasado, cepo cambiario, múltiples brechas por múltiples tipos de cambio, devaluaciones segmentadas, etc., termina de romper el esquema cambiario y allí está la génesis del problema que hoy convoca atención.

Hace meses que hay faltantes, médicos, insumos para el agro, repuestos, automotores, por solo mencionar algunos. Cuando la espina toca sobre un producto masivo comienzan las alarmas, pero la escasez no es novedad, es la normalidad, solo que ahora se hace explícito a los millones de argentinos.

Y allí vuelvo sobre la premisa inicial, se da por descontado que, al entrar a una estación de servicio, se va de ella con la demanda satisfecha. Esta vez no fue así, hubo coche de expectativas, y la normalidad latente se convirtió en noticia.

No faltan dólares, falta una política económica que coloque un freno a esta dinámica insostenible, de un modelo agotado, que promete ser distinto de la noche del 9 de diciembre a la mañana del día siguiente. En el interín, las inconsistencias se acumulan y los parches comienzan a tener "pérdidas" y la realidad sale a la luz.

Mientras tanto, la sociedad se abarrota en estaciones de servicios haciendo largas colas, en busca de "su cupo" de combustible, como si de algún bien suntuoso se tratase.

En fin, fijaremos un precio tan barato, que ni siquiera podrás comprarlo.

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