Precios cada vez más distorsionados: otro problema bajo la alfombra de la economía argentina
Así como su título lo indica, se ha transformado en prácticamente una técnica ineludible para distintos sectores de la política no afrontar los costos de su mala gestión sino más bien esconderlos, postergarlos, intentar dejarlos en el olvido. El problema, en este caso, es que la realidad siempre se manifiesta y muchas veces intentar procrastinar decisiones de tono antipático, los "platos rotos" los paga la sociedad en su conjunto, principalmente las clases medias/bajas donde el consumo representa un porcentaje muy alto de sus ingresos, por ende, con capacidad de ahorro nula.
Una de las medidas más populares entre algunos gobiernos es intentar "pisar" precios de la economía como las tarifas, por ejemplo, haciendo que pierdan en términos reales. Esto es que, en un escenario de alta inflación, no aumenten o bien, se mantengan por debajo de la tasa de aumentos de precios de la economía general.
Esto desencadena consecuencias que principalmente se terminan pagando en lo que en Argentina denominamos largo plazo, es decir, apenas unos años. Al retener aumentos de precios por debajo de la inflación, no genera incentivos para desarrollar dicho sector con precios pisados, se destruye la acumulación de capital, no hay reinversión.
Por ende el consumidor termina pagando un bien/servicio de mala calidad y que por efecto de la misma inflación, luce caro debido al bajo poder adquisitivo del salario. Paga algo malo, caro.
Atrasos de precios como bandera
Lo radical aquí es conllevar este tipo de políticas y no esperar que en algún momento la realidad se haga manifiesta, con fuertes correcciones de muchos precios de la economía, incluidos salarios aunque generalmente rezagados en el nuevo nivel.
Ello hace que los sectores sensibles de la sociedad paguen un precio al que no solo no están acostumbrados, sino que, además, como porcentaje de sus ingresos representa un número sideral. No es que el precio de "X" sea caro, los salarios son escandalosamente bajos. ¿Por qué? Principalmente por una inflación que hace el trabajo sucio, con expectativas devaluatorias en ascenso, haciendo que la estabilidad cambiaria y monetaria sea efímera o más bien, ausente.
A esto hemos llegado actualmente, los números son arrolladores en cuanto a atraso de precios significa.
El gráfico adjunto nos muestra de manera elocuente las categorías de bienes y servicios que se encuentran atrasados con respecto a la variación de precios del índice general.
El problema allí expuesto, y también producto de la incesante inflación, podría simplificarse en que no hay conocimiento de cuál debería ser el precio de un bien respecto a otro. Una noción básica en la toma de decisiones y que permite rápidamente cuando rechazar o aceptar una propuesta. Se habrán de imaginar cómo esto repercute en la asignación de factores.
Hoy no existe esa comparación, muchas veces se convalidan precios por el mismo hecho que quizás mañana ya está más caro. El costo de búsqueda escaló a niveles inimaginables.
Ello representa un fuerte desafío para el próximo plan de estabilización (estimando que lo hay), ya que debe corregirse de antemano, pues la asignación de recursos termina siendo completamente ineficiente y debería cortarse de raíz, sumado a que los niveles de precios deben encontrar su equilibrio en términos de otros bienes.
El desafío de corregir desequilibrios
Entre los rubros que destacan su atraso se encuentran:
-Comunicación
-Tarifas
-Combustibles
-Educación
Muchos de ellos son bienes y servicios que ya se perciben caros. De nuevo, no significa necesariamente que estén caros, sino que el poder adquisitivo del salario fue corroído por la inflación, por ende, al "bolsillo" lucen excesivamente caros.
Para quien tome el mando, será crucial corregir estos desequilibrios (sobre todo si se piensa en un marco de rigidez de precios) ya que, si no, sería seguir bajo el mismo modelo. El modelo de perjudicar al consumidor, haciendo que pague precios excesivos por algunos productos y precios bajo por otros de mala calidad debido a la falta de acumulación de capital (inversión).
El problema llega cuando comenzamos a entender que uno de los precios relativos también es el salario. El cual muchas veces ha quedado fuertemente rezagado en las correcciones/ajustes hechos, siendo una medida al menos antipática.
Por ello el plan que ataque lo esbozado anteriormente, deberá tener en cuenta que el ajuste podría ser poco convincente para una clase media/baja que no ha parado de hacer los sacrificios. Habremos de esperar que las expectativas se encuentren alineadas para evitar frustraciones, desilusiones, y pérdida de confianza.
Acumular problemas bajo la alfombra no es eterno. Como tampoco gratis.