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En Argentina hay casi 23 millones de pobres e indigentes: ¿cómo está en el ranking regional?

La pobreza e indigencia en Argentina no es producto de la desdicha del destino de sus habitantes sino de las malas políticas públicas
04/10/2023 - 06:52hs
En Argentina hay casi 23 millones de pobres e indigentes: ¿cómo está en el ranking regional?

Existe una correlación directa entre crisis económica y los niveles de pobreza que azotan a cada país. En la Argentina, en1988 el INDEC publicó los primeros datos de pobreza. En mayo de 1994, se registró el nivel más bajo de la serie con un 16,1%. El peor dato fue en 2002 cuando llegó a un 57,5%. En la actualidad, tenemos el tercer peor dato de la serie con un 40,1%. Y, actualmente, 4 de cada 10 argentinos está trabajando con un salario registrado que se encontraría por debajo de la línea de pobreza. El problema será difícil de solucionar a mediano plazo debido a la incidencia de la inflación como principal acelerador de la caída de poder adquisitivo del salario de los trabajadores.

Al comparar el periodo 2022 respecto 2023, para una familia con 4 integrantes y si tomamos el caso donde 2 personas adultas reciben ingresos promedios iguales tomando los 3 principales deciles de la serie de distribución de ingresos en el 2022, en promedio percibían u$s728, u$s461, y u$s 284, respectivamente.

 

Mismo análisis a datos de hoy los deciles son de u$s619, u$s364 y u$s 213. Es decir, el 49% de la población (clase baja) percibía ingresos por u$s284 mientras que hoy con u$s213 representa aproximadamente el 50% de la población argentina.

 

La mejora del nivel de ingreso no es posible efectuarla sacándole una parte al que produce para entregársela al que está fuera del sistema de producción en forma indefinida. Hace ya más de 25 años la política intentó convencer al nivel socioeconómico más bajo y vulnerable de la población que esto era posible. El resultado fue la creación de más pobres e indigentes

Básicamente porque aquel que produce e invierte tiene la potencialidad de incluir a aquel que está fuera del sistema de producción sin empleo. A su vez, quien no produce pero podría hacerlo más y mejor podría también incluir a muchas de estas personas dentro de ese circuito productivo para ofrecer sus bienes y servicios.

Sin embargo, no lo hace porque la política regula hasta la fórmula de la inversión privada. Si la asignación de recursos y capital por parte de un argentino tiene regulado el precio al cual debe vender su bien o servicio nadie va invertir por qué se está regulando su retorno de capital.

Si la asignación de recursos y capital por parte de un argentino a una inversión tiene riesgo de contraparte que un sindicato le pare la planta de producción, le determine la extensión de la jornada laboral o los días laborales o no nadie va a asumir ese riesgo. Y si la asignación de recursos y capital por parte de un argentino requiere mano de obra pero eso implica un juicio laboral que lo va a dejar sin los recursos y capital, entonces el costo de oportunidad indica que es mejor quedarse con el capital a pérdida en el tiempo que exponerlo a la inversión. Menos inversión privada = menos crecimiento económico = menos empleo = más pobreza = más indigencia. No hay salvadores.

Pobreza en la Argentina y Latinoamérica

Para evaluar la profundidad de esta problemática, podemos compararnos cómo estamos en relación con otros países de Latinoamérica, por lo que será necesario evaluar índices de pobreza e indigencia.

Es importante aclarar antes que la pobreza tiene distintas metodologías para evaluarla. Básicamente cada uno determina cuál es el ingreso de cada persona en cada país para satisfacer sus necesidades básicas.

Para el caso de Chile, la pobreza es de 6,5%, Uruguay 10,4%, Brasil 23.7%, Paraguay 24,7%, Bolivia 36% y es Argentina la que en relación con este grupo de países tiene el 40,1% siendo este dato el más alto de la serie. Y con relación a la indigencia si bien no somos el primero en la lista con un 9.3%, estamos en el segundo lugar con relación a Bolivia que hoy tiene un 11 por ciento.

 

Otra metodología es evaluando la línea de pobreza que es el monto mínimo de ingresos que necesitan para satisfacer necesidades como nutrición, vivienda y vestimenta. La Argentina tuvo varios cambios de metodología y la última fue en la gestión de Mauricio Macri cuando se subió la vara de bienes y servicios necesarios para no ser pobre. Cada uno de los países con sus metodologías e indicadores muestran una persona es considerada pobre si obtiene ingresos inferiores en Uruguay de u$s318, Chile u$s243, Paraguay u$s113.2, Argentina u$s113.7, Perú u$s110, Brasil u$s100, Colombia u$s82 y Bolivia 63 dólares.

Es importante ver que todas las líneas de pobreza están compuestas en mayor proporción por el componente alimenticio basado en los principales elementos de la canasta básica de cada país, por lo que en un país como Argentina incide mucho más si la crisis inflacionaria muestra niveles de aumentos de precios por encima del 100 por ciento.

 

En la Argentina, hay 18.632.582 personas pobres y 4.321272 indigentes. En los grupos de edad según su condición de pobreza un 56,2% de las personas de 0 a 14 años son pobres, mientras que la indigencia para este mismo grupo es de 13,6 por ciento.

La pobreza e indigencia en la Argentina no es producto de la desdicha del destino de sus habitantes sino de las malas políticas públicas que han condicionado ese destino de los argentinos. El capital es sinónimo del enemigo.

Sin embargo, los mayores niveles de ahorro y mejora del bienestar de vida se ven en la clase política en detrimento de los argentinos. El capital debe ser apropiado vía impuestos y distribuido hacia los que menos tienen. Sin embargo, los que menos tienen cada vez tienen menos por que el capital no es reinvertido para incluirlos en el sistema privado de producción por qué es regulado, condicionado y hasta adelantado en sus impuestos y ganancias por la política. El capital es concentrador. Pero, el 99,2 % del volumen del país es Pyme que está asfixiado de impuestos y regulaciones que anulan la reinversión, adquisición de bienes de capital y mano de obra para apostar por un crecimiento. Sobreviven y subsisten.

El inversor privado americano James Dale Davidson describe en palabras lo que viene sucediendo en nuestro país también con los planes sociales vía reparto y distribución de los que más tienen que cada vez tienen menos a los que menos tenían y ahora tienen menos aún: "Los políticos no se limitan a exigirte tu dinero: quieren tu espíritu. Quieren doblegarte con sus impuestos hasta que te veas indefenso. Si subvencionamos la pobreza y el fracaso, lo que obtenemos es precisamente más pobreza y más fracaso", 

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