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El curioso motivo por el que se está disparando el precio del tomate en Argentina

El virus rugoso del tomate se detectó en el país en febrero pasado, en Corrientes, pero ya aparecieron casos en Buenos Aires. No afecta a las personas
12/09/2023 - 18:18hs
El curioso motivo por el que se está disparando el precio del tomate en Argentina

Es muy probable que el precio del tomate fresco suba mucho en los próximos meses en la Argentina: más allá de la inflación, todo indica que se viene un serio problema de oferta, que se va a notar más a medida que empiece a hacer más calor y repunte el consumo. Ocurre que la producción está siendo afectada por el denominado virus rugoso del tomate (o ToBRFV, siglas de tomato brown rugose fruit virus), una enfermedad muy contagiosa que también puede atacar al pimiento.

Ante todo, cabe aclarar que este "Covid del tomate", como lo define un horticultor platense, no afecta la salud de las personas. Su poder de daño se enfoca en el sector productivo, por las pérdidas de rendimiento y calidad que provoca: las plantas se debilitan, dan muchos kilos menos, y los tomates adquieren un aspecto feo, con manchones oscuros y cambios de textura.

Este virus se propaga a través de semillas infectadas o por contacto entre plantas infectadas y sanas, y en este aspecto las personas que se encargan de las labores durante el cultivo suelen oficiar de vectores, ya que el virus puede ser transportado en las manos, la ropa, las botas o las herramientas que se utilizan para los trabajos (deshojado, poda, desbrote y otras). Por eso, el tomate destinado a consumir fresco, que exige mucho más laboreo que el industrial, está más expuesto a contagios.

La producción de tomates, en alerta: Corrientes registra pérdidas de hasta 40%

El tomate es el segundo producto hortícola más consumido en el país, detrás de la papa. Se lo produce en distintas zonas del país, escalonadas estacionalmente, lo que permite que en los centros urbanos haya oferta durante todo el año (más allá de algunos baches entre una producción y la que sigue, momentos que suelen generar aumentos de precios y noticias alarmistas, por una o dos semanas hasta que vuelve la oferta).

En total, según un trabajo de la Dirección de Producción Agrícola, el tomate en los últimos años viene ocupando en el país unas 17.000 hectáreas que producen alrededor de 1,1 millón de toneladas, de las que 60-70% se destinan a consumo en fresco y el resto a industria.

"Acá a apareció a fin de 2022", dice un productor de Corrientes que prefiere reservarse su nombre. "Empezábamos a ver una rugosidad en el ápice de la planta y a partir de ahí nos pusimos a investigar desde el sector privado, no sabíamos que era un virus. Si hubiésemos tenido una investigación previa no nos habría afectado tanto. Hoy, lamentablemente, cerca del 95% de las quintas de la zona productiva de Santa Lucía está con afección. La severidad varía, algunas tienen el 20% afectado y otras el 100%", señala.

El virus
El virus rugoso del tomate afecta a tomates y pimientos y es muy contagioso. Podría paralizar la producción.

Este productor advierte que "en la zona va a disminuir alrededor del 40% la producción de tomate. Tendría que valer una fortuna; sin embargo, no lo vale, los mercados no están presionando sobre la fruta", agrega. En general, la demanda aumenta cuando pasa el frío.

Tomates: crónica de una peste anunciada

"El virus fue identificado por primera vez en 2014, en Israel", cuenta Hernán von Baczko, que es ingeniero agrónomo y docente de Fitopatología, y tiene a cargo el tema en el SENASA como analista profesional de la Dirección de Información Estratégica Fitosanitaria. "Tuvo una expansión limitada, hasta 2019, cuando se descubre en la Unión Europea, China y otros lugares".

A partir de entonces, dice el especialista, el SENASA decidió incluir al virus rugoso del tomate en su listado de Plagas Cuarentenarias, que incluye unas 600 a 700, y comienza a regular el mercado internacional exigiendo que las semillas importadas tuvieran certificado de estar libres de esta enfermedad. "En 2021 empezamos a darle mayor prioridad, capacitándonos y haciendo estudios epidemiológicos". Sin embargo, en febrero de este año, el INTA de Bella Vista, Corrientes, lo detectó. "Se activaron sistemas de vigilancia fitosanitaria específica, que implican un uso mucho mayor de recursos, con movilidad de gente, equipos de campo, camionetas, toma de muestras", explica Von Baczko. Entre otras acciones, también se comenzaron a dar constantes charlas de capacitación para productores y se creó un micrositio específico dentro de la web del SENASA.

Alerta nacional por el freno en la producción de tomate

Los monitoreos, dice Von Baczko, en Salta y Jujuy, que conforman una zona muy importante de producción, dieron todos negativos. Pero hubo también una mala noticia, porque se detectó el virus en el cinturón hortícola de La Plata y en Mar del Plata.

A partir de allí, el SENASA declaró una Alerta Fitosanitaria en todo el Territorio Nacional, hasta el 31 de diciembre de 2024, según la Resolución N° 569/2023. La norma, entre otras medidas, establece protocolos de manejo, impone la obligación de denunciar ante el organismo la aparición del virus en las huertas productivas, y, en el caso de las plantineras, que es donde las semillas se convierten en plantines, obliga a la destrucción de los materiales de propagación, también bajo estrictos protocolos.

Un fondo de $ 30 millones para extremar medidas y nuevas variedades

"Como es un virus que se transmite por semilla, en el laboratorio estamos ajustando el protocolo de detección del virus para tomar muestras de partidas de importación", dice Silvana Babbitt, presidenta del Instituto Nacional del Semillas (INASE). La entidad acaba de hacer una presentación a Fondagro (Fondo Cooperativo para el Desarrollo Agroempresarial) para un proyecto de 30 millones de pesos, para comprar los reactivos necesarios para salir a buscar el virus. Además, se publicaría una normativa para las plantineras hortícolas, apuntando a la trazabilidad de los materiales de propagación.

El 70%
El 70% de la producción del tomate se destina al consumo freso, el resto a la industria.

Variedades resistentes o tolerantes al virus

La "salvación" de esta situación sería tener semillas resistentes o tolerantes a este virus. Cabe aclarar que el productor de tomate (excepto el Cherry) necesita comprar semillas cada campaña, y casi todas las semillas de tomate comercial son importadas. Un sobre de 1.000 semillas tiene un precio promedio de 200 dólares (hasta ahora). Las traen entre 20 y 25 compañías, explican en el INASE, aunque "el 70% de la importación pasa por 7 empresas". En total, hay 1.101 variedades de tomate inscriptas en el Registro Nacional de Cultivares (RNC). Pero ahora, desde la Dirección de Variedades del INASE, decidieron incorporar en un anexo del formulario para inscribir variedades la aclaración de si tiene o no resistencia o tolerancia al virus rugoso del tomate. "Posiblemente, en breve tengamos las primeras variedades inscriptas con resistencia al virus rugoso", señalaron desde el organismo.

"Las pérdidas son enormes, sobre todo en la producción en invernadero, que puede salir 3,5 dólares el metro cuadrado o más: 10.000 m2 son 35.000 a 40.000 dólares", explica un productor platense. "Es cierto que los productores a veces la levantan en pala, pero también la pierden en carretilla", grafica.

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