Giro táctico: Massa se olvida del FMI, dispara el gasto público y evalúa nuevas medidas para llegar al balotaje
La catarata de medidas anunciada por Sergio Massa tras salir tercero en las PASO refleja la decisión de hacer a un lado las promesas de bajar el déficit fiscal realizadas al FMI y poner los recursos del Estado a disposición de su campaña electoral. El objetivo es entrar al balotaje cueste lo que cueste, y dar pelea hasta el final para llegar a la Presidencia.
Es tal la necesidad, que el ministro-candidato dio orden a su tropa de olvidarse de lo prometido al Fondo Monetario y adoptar medidas de alto impacto sobre el bolsillo de los electores.
La suma fija de 60 mil pesos, la devolución de aportes patronales a pymes, la ayuda adicional de 20 mil pesos para beneficiarios del Potenciar Trabajo, las subas en la Tarjeta Alimentar, el bono a jubilados, la devolución de compras con tarjeta a la clase pasiva, los beneficios a petroleras por congelar combustibles, la exención de pago de impuestos para algunos monotributistas y la eliminación de retenciones a productos de economías regionales tendrá un costo fiscal de unos $750.000 millones hasta fin de año.
A eso se sumará la pérdida de ingresos fiscales por unos $250.000 millones en el último trimestre del año, por la decisión de eliminar el impuesto a las ganancias para salarios y jubilaciones de hasta $1.770.000. Proyectado anualmente, el Fisco dejará de recaudar un billón de pesos, detalló Economía, si finalmente el Congreso aprueba el proyecto.
El "Plan Platita" se agranda hasta el billón de pesos
Así, las medidas anunciadas a fines de agosto, sumadas a esta exención de Ganancias, aumentarán en casi un billón de pesos el rojo de las cuentas públicas. La Argentina queda de esta forma cada vez más lejos del ajuste del déficit prometido al FMI para el último tramo del año, y Massa demuestra que por ahora decidió dar por olvidado el acuerdo, con tal de llegar al balotaje.
En la misma línea, el presidente Alberto Fernández planteó a la titular del FMI, Kristalina Georgieva, que los sobrecargos a los países deudores son "insostenibles", durante el encuentro que mantuvieron en el marco del G20. También le dijo que los directivos del FMI que negocian con la Argentina "muchas veces terminan haciendo cosas que no son las que pide la política ni de Estados Unidos ni del resto del mundo". Las relación con el Fondo atraviesa un momento de alta tensión.
Ante un escenario electoral muy complejo, Massa aceleró el ritmo del gasto público y admite a sus colaboradores que será imposible cumplir con el tope de déficit fiscal prometido al FMI equivalente al 1,9% del Producto Bruto.
Según la consultora Analytica, que dirige Ricardo Delgado, en agosto el gasto público subió 4%, y lleva un bimestre de aceleración. A esto se suma la decisión de no quitar subsidios a las tarifas de electricidad y gas, con el objetivo de intentar recuperar el voto de las clases medias todo lo posible. Uno de los puntos que hace más ruido en la distribución del gasto es el aumento del 27% en las transferencias a las provincias y la suba del 18% en el destinado a programas sociales (Potenciar trabajo, Progresar, Alimentar).
Massa, a todo o nada para llegar a las elecciones
Cuando Massa llegó al Ministerio de Economía el gasto público acumulaba una caída en términos reales de 13,4%. Y solo tomando en consideración los primeros ocho meses del 2023, ese retroceso es de sólo 7,3 por ciento.
Mientras el techo de déficit primario acordado con el FMI es de 1,9% del PBI, sólo en los primeros siete meses del año ya acumuló 1,27%. Con los últimos anuncios electoralistas, cumplir ese objetivo es imposible.
"Si perdemos las elecciones a nadie la importará si cumplimos o no la meta fiscal", dicen cerca de Massa.
Es que el FMI esperaba que durante el segundo semestre el gasto público cayera 11% en términos reales hasta fin de año, para que fuese posible el cumplimiento de la meta anual. Tras anunciar un aumento del gasto cercano al billón de pesos, esa proyección queda en el olvido y Massa se concentra en los comicios del 22 de octubre.
La gran pregunta que se hacen cerca del ministro-candidato es cuántos votantes podrán atraer las últimas medidas, y sobre todo qué impacto tendrá el compromiso renovado de los gobernadores e intendentes peronistas de que en las elecciones afinarán el lápiz de la fiscalización de votos.
El costo de las medidas no terminaría acá
Según pudo saber IProfesional, los cambios en Ganancias no se limitarán a trabajadores y jubilados. En Economía estudian hacer más anuncios con relación a los autónomos, que hasta ahora quedan excluidos del piso de Ganancias y pagarían mucho más que los empleados. El contribuyente inscripto como autónomo comienza a pagar Ganancias a partir de un ingreso superior a los $ 218.000.
También se analizan más cambios en el Monotributo tras la postergación del pago del componente impositivo por seis meses de las categorías A, B, C y D, o sea, de los períodos septiembre, octubre, noviembre y diciembre de 2023, y enero y febrero de 2024. Analizan también enviar un proyecto de ley condonando en 2024 el pago de esas sumas.
El peronismo está decidido a retener el poder y no ahorrará en tomar las medidas que hagan falta para tratar de lograrlo. El golpe de las PASO lo dejó conmocionado por algunas semanas, pero ahora hay decisión de apelar a todas las herramientas posibles para torcer el voto de algunos electores enojados y, aseguran, lograr que más de un millón de personas que no votaron en las primarias, concurran ahora a las urnas para elegir a Massa.
Las elecciones previas, como la de Santa Fe, por ahora le devolvieron una cachetada. Las que vienen en Chaco y Mendoza no permiten por ahora vislumbrar gran optimismo.