Dura pulseada entre Gobierno y empresas por precios: ¿se podrá evitar una espiralización tras salto del dólar?
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El equipo económico y las principales empresas de la alimentación atraviesan la negociación más dura desde que Sergio Massa asumió como ministro. El titular del Palacio de Hacienda quiere que esas compañías apoyen su pedido de limitar a un 5% el aumento de precios mensual -al que se suman beneficios impositivos especiales-, tras la devaluación decretada a comienzos de la semana.
A las pocas horas de la devaluación del 22% -que llevó al dólar mayorista a $350-, las empresas líderes de alimentos, bebidas y de artículos de limpieza y tocador enviaron a los supermercados nuevas listas de precios, con aumentos de 20% al 25% en promedio.
Para el Gobierno, esos ajustes son injustificables, y en la noche del martes anunciaron que habrá un tope del 5% para las subas mensuales, de acá y por 90 días. A esos incrementos se les sumarán beneficios fiscales que implican otro 6% de aumentos indirectos.
A cargo de las negociaciones se pusieron Guillermo Michel -titular de la flamante Unidad de Negociación de Precios-, Gabriel Rubinstein y Matías Tombolini.
Los encuentros con las compañías comenzaron ayer miércoles y se extenderán durante el día de hoy. El trío de funcionarios recibe a los gerentes en el edificio de la Aduana, donde tiene su oficina Michel, un funcionario de extrema confianza de Massa, y considerado un "duro" por los propios empresarios.
Pedido para retrotraer los precios
El reclamo del equipo oficial es que las empresas den de baja las últimas listas con los aumentos post devaluación. Y que sólo queden en pie las consignadas a comienzos de este mismo mes -del 5%-. "Nos piden que absorbamos el costo de la devaluación. Que pongamos el hombro en este momento tan difícil", dijo a iProfesional uno de los ejecutivos que fueron a la Aduana.
Para el Gobierno, y así lo hacen saber los funcionarios, las compañías se armaron un colchón de rentabilidad en los últimos meses -con subas de precios que para los técnicos luce injustificada- y que ahora llegó el momento de absorber costos inesperados, como fue la devaluación del lunes.
Las compañías no lo dicen abiertamente, pero lo más probable es que dejen de producir aquellos productos que les dejen menor margen de ganancia, o que directamente impacten negativamente en sus balances.
"Y, sí, es muy probable que haya menos variedad en las góndolas", admite el director de una alimenticia.
Desde las cadenas de supermercados siguen las negociaciones con suma atención: "Nos cortaron las entregas y están pasando unas listas tremendas", refiere el directivo de una cadena.
Incluso pone el ejemplo de la fábrica Arcor, que "nos aumentó los helados un 52% de un día para otro".
Asamblea empresaria tras suba del dólar
Este jueves al mediodía, los industriales de la alimentación se juntarán en la sede de la Copal -la cámara que los agrupa- para tomar decisiones en conjunto.
Si bien desde las empresas, de manera particular, admiten que el Gobierno no les dejó un "plan B", la decisión final se tomará este mediodía de forma conjunta.
Para Sergio Massa, esta negociación es clave para su campaña. Si las empresas finalmente terminan aplicando remarcaciones de 20% a 25%, incluso por encima de la devaluación, entonces con la inflación disparada no habrá muchas chances de salir a prometer un futuro mejor.
La estrategia del ministro-candidato es mostrar fortaleza ahora y viajar a Washington la semana próxima para traer u$s8.000 millones del Fondo Monetario.
En simultáneo, desde su equipo dejan trascender que en los próximos días habrá medidas para los trabajadores. Para compensar la inevitable aceleración inflacionaria.
"Una vez cerrados los acuerdos de precios con las empresas sacaremos medidas de alivio para Pymes, trabajadores formales, beneficiarios de programas sociales y sectores de clase media para que recuperen poder de compra después de la devaluación", prometen cerca de Massa.
¿Se va Massa del Ministerio?
¿Continuará Massa como ministro de Economía para dedicarse a full a la campaña? Por ahora, el funcionario no quiso dejar su rol al frente del Palacio de Hacienda por el temor a que esa renuncia provoque una corrida. Sin embargo, las cosas cambiaron después del domingo. El dólar blue se despertó, ya está cerca de los $800, y en un contexto económico mucho más complicado, desde el kirchnerismo reclaman su salida para dedicarse a la campaña.
"Massa tiene que cerrar su ciclo como ministro dentro de unos días, cuando viaje a Washington para cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario. Una vez que consiga los dólares, debería renunciar y dedicarse a la campaña presidencial", reclamó Valdes a última hora del martes desde el canal oficialista C5N.
El diputado no hizo otra cosa que poner sobre la superficie lo que piensan otros dirigentes del kirchnerismo, que observan la dificultad de que el ministro de Economía haga campaña desde la gestión. Más ahora que el propio Massa decidió una devaluación que está teniendo un traslado inmediato a los precios, con una potente afectación de los ingresos de los trabajadores.
No es difícil imaginar que, bajo el actual contexto, las posibilidades electorales del titular del Palacio de Hacienda se reducen.
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Las principales consultoras económicas prevén una inflación de entre 11% y 15% para este mes. Un guarismo imposible de asimilar para un ministro-candidato.