En la cuerda floja: las medidas de Massa en un intento por evitar el caos, según el País de España
En un hábil juego político que pone en jaque su futuro electoral, Sergio Massa, actual ministro de Economía y precandidato presidencial por el oficialismo argentino, se enfrenta a una pulseada de dimensiones cruciales con el mercado financiero. Su objetivo: contener las presiones cambiarias que amenazan con desestabilizar el panorama económico a pocos días de las primarias, en un contexto de crecientes desequilibrios. Massa, un jugador experimentado en el escenario político, busca navegar con destreza las turbulencias económicas para mantener el rumbo hasta las elecciones primarias del 13 de agosto.
En el epicentro de esta encrucijada se encuentra el dilema de las reservas netas en el Banco Central, que se sitúan en terreno negativo, rondando los u$s8.000 millones. Massa, en su afán por evitar una crisis mayor, logró establecer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a finales de julio. Este acuerdo, aunque permite destrabar desembolsos pendientes por u$s7.500 millones, también conlleva el compromiso de implementar medidas que puedan equilibrar la balanza, según analiza el diario El País de Madrid.
Sin embargo, las medidas de corto plazo adoptadas por el gobierno para contener las salidas de divisas y estimular las entradas no han estado exentas de consecuencias colaterales. El aumento de los impuestos a las importaciones de bienes y servicios internacionales, junto con la otorgación de un tipo de cambio diferencial a las economías regionales y a ciertos cultivos, ha influido en el alza de precios en un momento clave: la antesala de las elecciones primarias.
Este aumento de precios, a su vez, plantea un dilema para Massa en términos electorales. A pesar de la desaceleración de la inflación registrada en junio, las recientes medidas han avivado la subida de precios, poniendo en riesgo la confianza de los electores en su capacidad para controlar la economía. Las estimaciones actuales apuntan a que la inflación en julio ronde el 7%, con perspectivas aún más sombrías para agosto, con algunos analistas ubicando el índice en un 8%.
La crisis cambiaria y el futuro de Massa
La relación entre el comportamiento del dólar blue y la estabilidad electoral de Massa es innegable. Su principal objetivo en el corto plazo es evitar un salto repentino en los tipos de cambio libres antes de las primarias. Para ello, el gobierno ha implementado medidas mínimas destinadas a moderar las alzas, buscando calmar las aguas turbulentas de los mercados y mantener una imagen de estabilidad hasta el 13 de agosto.
Fernando Baer, economista asociado de Quantum Finanzas en Buenos Aires, destaca que Massa enfrenta un reto significativo: "El principal objetivo de Massa hasta el 13 de agosto es evitar un salto mayor de los dólares paralelos. Para eso, en un contexto de acuerdo con el FMI, el gobierno tomó en los últimos días medidas mínimas que apuntan a descomprimir el frente cambiario para que el proceso electoral, por lo menos hasta las primarias, se transite evitando disparadas en los tipos de cambio libres".
No obstante, los expertos advierten que estas medidas de corto plazo podrían estar profundizando los desequilibrios subyacentes en la economía argentina. A medida que pasen las elecciones primarias, es probable que el escenario cambie y se vuelva inevitable un ajuste más sustancial. Baer señala que "después de las elecciones, el panorama cambiará y puede haber una devaluación discreta del tipo de cambio oficial o, más probable, una ampliación del impuesto a las importaciones del 30%".
Un aspecto crucial en esta ecuación es el acuerdo alcanzado con el FMI y la participación del directorio del organismo en la toma de decisiones. Aunque Massa logró pactar con el staff técnico del FMI, será el directorio del organismo el que finalmente determine el envío de los fondos a Argentina después de las elecciones primarias. Esta postergación estratégica se interpreta como un mecanismo de control por parte del FMI, que busca asegurarse de que las medidas pactadas sean efectivamente implementadas y, al mismo tiempo, guarda la carta de poder involucrar a la oposición en las futuras negociaciones.
Poca capacidad de maniobra
María Castiglioni, directora en C&T Asesores Económicos, enfatiza que el gobierno enfrenta limitaciones significativas en su capacidad de maniobra: "El gobierno va a intentar que los dólares paralelos no se disparen del todo antes de las elecciones, pero tiene menos herramientas dado que el FMI monitoreará el cumplimiento del acuerdo, al menos en una primera etapa. La gran pregunta es qué hará el gobierno después de las elecciones primarias, cuánto margen tendrá para tomar medidas que no vayan en línea con lo que se comprometió".
En este contexto de incertidumbre, crecen las expectativas de una corrección en el tipo de cambio oficial una vez que se hayan superado las elecciones primarias. Esta medida podría convertirse en una estrategia para amortiguar las presiones devaluatorias que seguramente se intensificarán en el largo período de campaña hasta las elecciones generales en octubre. El FMI, con su mirada atenta sobre la implementación de políticas adecuadas, espera señales concretas de que Argentina está en camino de reequilibrar sus cuentas externas.
El panorama para Sergio Massa se presenta desafiante y complejo. Su capacidad para sortear las presiones del mercado financiero y mantener la confianza de los electores hasta las elecciones primarias será determinante en el rumbo de su campaña y, potencialmente, en el futuro político del país. En un contexto de incertidumbre económica y política, Massa se encuentra en un equilibrio precario, enfrentando difíciles decisiones que marcarán el destino de Argentina en los meses venideros.