Se acelera la inflación antes de las PASO: las subas de la carne y el pollo no frenan y llega al 30% en las carnicerías
Tras la implementación del "dólar maíz" de $340, el impacto de ese tipo de cambio diferencial en los precios de algunos alimentos esenciales de la mesa de los argentinos fue ineludible. Los aumentos en la carne vacuna y el pollo ya trepan al 31% en los últimos diez días, lo que inevitablemente se reflejará en la inflación de agosto.
El anuncio de ese dólar diferencial fue decidido por Sergio Massa con el único objetivo de acercar dólares a las reservas del Banco Central, en un momento crítico por la constante salida de divisas, que dejó a las reservas netas en negativo.
De acuerdo a las estimaciones oficiales, el "dólar maíz" habilitará la liquidación de unos u$s2.000 millones, por parte de los productores de ese grano, en las próximas semanas.
El problema es que esa devaluación tiene un impacto negativo en los precios de la carne vacuna, el pollo y los lácteos, incluidos los huevos. Ya está sucediendo, de hecho.
Los aumentos, blanco sobre negro
En el caso de la carne vacuna, el kilo de media res ya se incrementó 23,4% desde que se pusieron en marcha las últimas medidas. Pasó de $1.070 a $1.320, de acuerdo al relevamiento de la consultora JLU. Este ajuste es el que los carniceros aplican a los precios del mostrador.
En el pollo, el incremento fue más profundo. Ya alcanza al 31,6%: el kilo del pollo eviscerado se encareció de $430 a $566 en los últimos diez días. De esta forma, el precio vuelve a escalar después de la baja que había tenido en los últimos dos meses, y que había ayudado -lo mismo que sucedió con la carne vacuna- a desinflar la dinámica inflacionaria.
Los ajustes no se quedarían en estos niveles. Habría algunos aumentos adicionales, en las próximas semanas. Consultado por iProfesional, Andrés Costamagna, consultor agropecuario y productor ganadero, estimó que el precio de la carne vacuna y el pollo podría escalar un 40% en total en las próximas semanas.
De esa manera, estima el experto, el precio de la carne se pondría en línea con el resto de los alimentos, que hasta ahora registraron alzas muy superiores. De todas formas, habría que ver si el bolsillo de los consumidores termina convalidando ese nivel de incremento.
Lo relevante es que esta última iniciativa pone punto final a la relativa estabilidad en el precio de la carne, que viene corriendo bien por detrás del resto de los alimentos. El kilo de asado, por ejemplo, se encareció 67,9% en los últimos 12 meses contra el 116,9% que subieron los alimentos en el mismo período. En el caso de la paleta, otro de los cortes populares, el alza interanual fue del 73,4%.