Nerviosismo en el mercado: todos temen al dólar del 14 de agosto y el Gobierno interviene para calmar expectativas
El lunes 14 de agosto se está transformando en una fecha que genera tanta expectativa como la del domingo anterior, cuando se realicen las PASO. Ya con los resultados a la vista, le tocará hablar al mercado, y cada vez son más quienes creen que esa jornada podría producirse un cimbronazo cambiario. De hecho, se están notando movimientos en un mercado nervioso: aceleración del dólar blue, movimientos bruscos en el mercado de futuros, intensificación en la salida de depósitos del sistema bancario, intervenciones del Banco Central para contener las cotizaciones en el mercado paralelo.
Es el reflejo de un ambiente enrarecido, todo lo opuesto a lo que Sergio Massa había predicho que ocurriría luego del preacuerdo con el Fondo Monetario Internacional que se oficializó el viernes pasado.
Hubo quienes interpretaron que la suba del dólar futuro el lunes obedeció a una reacción negativa del mercado respecto de ese acuerdo -y del cuestionado pago de deuda con yuanes-, mientras que otros lo minimizaron como un movimiento natural de cambio de mes. Lo cierto es que el lunes la cotización del dólar para el momento post PASO llegó a $330, lo es compatible con la expectativa de un salto devaluatorio de 20% respecto del nivel actual.
En la jornada siguiente, sin embargo, los contratos mostraron una brusca baja, que llevó la cotización de agosto a la zona de $316. Es decir, un precio compatible con una continuidad de la actual tasa de "crawling peg" en torno al 7% mensual. ¿Cómo se explica la baja? Desde ya, no es que el humor del mercado haya variado en 24 horas, sino que el Banco Central, que prácticamente había estado ausente durante el lunes, salió a intervenir masivamente el martes para desinflar la cotización.
Para tener una referencia, el volumen operado en este arranque de mes es de 682.000 contratos -para la postura de dólares de agosto-, lo que implica seis veces el volumen promedio diario transado en el mercado de futuros hace un mes.
Según los analistas que siguen de cerca este mercado, hay una intención evidente del BCRA por desinflar expectativas de devaluación brusca post PASO. Y ocurre que a la intervención en el mercado de futuros se le agrega una intensa venta de bonos para contener al dólar MEP -actualmente en una cotización de $509-.
Dólar blue bajo la mira
La intención del Gobierno es que, de esa forma, se contenga indirectamente al dólar blue, que está en plena aceleración y llegó al nivel de $560 -una brecha de 95% respecto del dólar oficial minorista-.
El razonamiento es simple: si la diferencia entre el blue y el MEP es demasiado grande, necesariamente habrá actores en el mercado que se tentarán con la posibilidad de vender blue a un precio alto y hacer una ganancia considerable recomprando dólares al precio MEP. Lo que en el mercado se denomina "arbitraje" o "rulo". Para ponerlo en números, quien venda a $560, puede tener los mismos dólares, y encima quedarse con una ganancia de 51 pesos por cada dólar transado.
Esto ocurre porque la brecha entre el blue y el MEP, que en condiciones normales apenas pasa el 2%, ahora está en un 10%, una diferencia sólo vista en situaciones de crisis, y que nunca se sostiene durante muchos días.
Pero claro, la estrategia de vender bonos para contener al MEP y por vía indirecta llevar calma al dólar blue no resulta barata. El equipo del BCRA comandado por Miguel Pesce, que en junio había gastado u$s270 millones en ese mercado, duplicó el volumen en julio, y las primeras señales de agosto apuntan a que se hará más intenso el grado de intervención.
"Claramente el Central está dando señales de que está dispuesto a usar todos los cartuchos en estas semanas con tal de desinflar expectativas de una devaluación post PASO y para mantener bajo control al blue", afirma uno de los principales analistas del mercado consultado por iProfesional.
Los ahorristas se ponen a resguardo
Uno de los mayores riesgos en situaciones de incertidumbre política como la actual es la de la "profecía autocumplida". Es decir, si todos los actores del mercado creen que el dólar podría subir, entonces subirá, porque se retraerá la oferta y aumentará la demanda hasta que la divisa llegue al nivel esperado.
Es la pesadilla de todos los funcionarios. Y hay varios indicadores que dan la pauta de qué tan grave pueda ser esa expectativa. Además del mercado de futuros y de las cotizaciones en el paralelo, otro tema a seguir de cerca es la salida de depósitos del sistema bancario.
El ritmo de retiros ya está encima de los u$s40 millones diarios, y en julio la cifra superó los u$s343 millones.
Desde los bancos no dejan de repetir que el ratio de liquidez está en niveles históricamente altos, con más de un 90% para los depósitos en dólares. Sin embargo, están apareciendo motivos para el nerviosismo, como que todos los días los economistas insinúen que el Central está utilizando dólares de los encajes para poder cubrir la demanda del mercado.
"Se está usando plata que no le pertenece al Gobierno", advirtió la semana pasada el influyente anaista Ricardo Arriazu en una reunión con inversores. "Se aguanta con los encajes, con la suerte de que no caen los depósitos en dólares", afirmó el influyente consultor.
En tanto, Carlos Rodríguez, que e incorporó al equipo de asesores de Javier Milei, también agitó el tema en las redes sociales. Insinuó que la necesidad de acudir al préstamo puente de la CAF podría ser un indicador de que el Gobierno ya usó una cantidad demasiado alta de dólares de los encajes. Y pidió que el Congreso interviniera para obligar al BCRA a aclarar si está usando dinero de los ahorristas.
Es cierto que una salida diaria de u$s40 millones no es tan grave como otras que se han visto en la historia reciente, pero los antecedentes muestran que ante un cambio de expectativas brusco, la aceleración puede tomar impulso, y siempre hay margen para empeorar.
Algunos números a tomar en cuenta: a mediados de 2019, los depósitos eran unos u$s30.000 millones. Al inicio de la gestión de Alberto Fernández eran u$s20.000 millones, hoy están en u$s15.000 millones, y por más que haya quienes afirmen que ese nivel ya es un "piso" porque los pequeños ahorristas ya se retiraron y solamente quedan los jugadores corporativos, la historia demuestra que se puede caer mucho más: hace una década, durante el segundo mandato de Cristina Kirchner -con la vigencia del cepo en su primera versión- se llegó a un mínimo de apenas u$s6.000 millones.
La pelea por interpretar el resultado de las PASO
Lo extraño de la situación es que estas señales de inquietud están ocurriendo a pesar de que el plan de Massa está saliendo razonablemente bien: el Banco Central pudo por fin quebrar su racha vendedora y comprar u$s984 millones desde que rige el "dólar maíz".
Por otra parte, con el nuevo impuesto a las importaciones se espera que disminuya el saldo negativo de la balanza comercial, cumpliendo así el efecto de "devaluación indirecta" que recibió el guiño del FMI. Sin embargo, la desconfianza sigue manifestándose, ante datos como la caída en las reservas brutas del BCRA, que tocaron un mínimo de u$s24.032 millones, la cifra más baja en 17 años. La causa, naturalmente, fue el pago del vencimiento por u$s2.700 millones con el FMI, hecho con yuanes y con un préstamo puente de la Corporación Andina de Fomento.
Es por eso que se escuchan análisis que justifican el temor del mercado. Como el de Portfolio Personal Inversiones, que argumentó: "Un nivel tan bajo y una segura tendencia declinante una vez finalizado el dólar agro, no puede hacer otra cosa que volver verosímiles los temores de devaluación".
Es ahí donde se agrega al análisis un punto que puede resultar muy subjetivo: cuál es el resultado de las PASO que traerá mayor inestabilidad al mercado. Y varios economistas influyentes alertaron que una victoria de Massa podría traer volatilidad.
Desde ya, se añoran en esa postura todos los que tienen cercanía a los equipos de Juntos por el Cambio, como Carlos Melconian, Alfonso Prat Gay o Luciano Laspina, que alertan sobre el endeudamiento oculto que se está creando bajo el plan de Massa para pagarle al FMI sin efectuar reformas.
Pero también otros de línea independiente hacen la misma advertencia. Por caso, Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica, señaló en una entrevista televisiva que si Argentina no sale rápidamente del cepo, se encamina a la hiperinflación. Y que, por eso, el mercado va tomando posturas más defensivas. Según Castiñeira, el mercado va tomando conciencia de que el BCRA deberá priorizar si cumplir con la deuda con el Banco Central chino o devolver los encajes.
En tanto que Luis Palma Cané señala que un triunfo del oficialismo será decodificado como una mala noticia por el mercado. Y observa una situación agravante: la "inversión de la curva de demanda". Según el economista, esto implica que, ante una suba del precio del dólar paralelo, el público no sólo no se contendrá sino que, al contrario, exacerbará su deseo de dolarizarse.
Dólar: el temor de Massa se hace realidad
Hay cierta ironía en esa situación del mercado, porque el argumento de Sergio Massa es que, precisamente, un resultado negativo para el Gobierno y favorable a la oposición es lo que desataría una ola devaluatoria.
De hecho, ese fue su gran argumento en la discusión interna, cuando todavía no había un consenso en la coalición gubernamental para apoyar a un candidato de consenso. Massa advertía que un voto oficialista disperso, que dejara al peronista más votado en tercer lugar, sería el prolegómeno de un estallido cambiario.
Su argumento era que con Patricia Bullrich o Javier Milei liderando la "pole position" para octubre, la sociedad correrá a refugiarse en el dólar, dado que esperará medidas drásticas como un levantamiento inmediato del cepo o incluso una dolarización.
El temor que Massa transmitió en la interna es que esa situación ya no sólo afectaría las chances electorales del peronismo sino directamente la propia gobernabilidad en los largos cuatro meses hasta el recambio presidencial.
Lo cierto es que las encuestas siguen sin arrojar un pronóstico concluyente, pero los ahorristas parecen haber dado su veredicto: cualquiera sea el resultado, será mejor que los encuentre bajo el refugio del billete verde.