El bolsillo de la clase media, en clave PASO: ¿cuán golpeada llega la economía familiar a las urnas?
El país está a 10 días de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), en las cuales se definen quienes serán los candidatos a Presidente de cara a octubre. Los argentinos tenemos vista de muy corto plazo y votamos por el climax de nuestra situación hoy sin poder evaluar las causas a lo largo del tiempo ni quienes fueron los protagonistas del deterioro económico y social por el que fuimos atravesando en las últimas décadas.
Cuando la macroeconomía está desequilibrada, los fundamentos técnicos encuentran en los políticos un gran maridaje. Previo a las PASO, la tensión cambiaria está al orden del día. Venimos de vivir en tensión permanente con el peso y, por ende, con la monetización del fruto de nuestro trabajo y esfuerzo.
Durante este gobierno ya vivimos 3 olas devaluatorias fuertes. La primera fue en octubre 2020 cuando el dólar tocó $195, la segunda a fines del 2021 como resultante del plan platita con un dólar a $208 y la 3era fue a la salida de Martin Guzmán con un dólar de $326. Como el equilibrio macroeconómico requiere de un plan con solvencia técnica y confianza política estamos en condiciones que pre paso, post paso y elecciones generales la tensión cambiaria se convierta en una rutina sobre la inestabilidad del bolsillo de los argentinos.
Los argentinos votan con el bolsillo: consumo y sueldo
Si los argentinos votamos con el bolsillo, es interesante evaluar cómo evolucionaron las principales variables de mercado en las últimas PASO de 2015 y 2019 y cómo se encuentran ahora en 2023.
Para el caso del consumo, tomando como parámetro las Ventas Minoristas que mide CAME en las PASO 2015 vemos que crecían el 1,9%. En la PASO 2019, crecían las ventas 4,5%. En 2023, la caída en el acumulado del año es de -1,8% y en junio de -3,6% interanual. En rubros como textil e indumentaria cayeron -9,6%, bazar y decoraciones -4,7%, alimentos y bebidas -4,1%, entre otros.
Con respecto al Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella, muestra una mejora en 2023 en julio 2023 del 4,3%. Al compararlo con otros períodos electorales como el del 2015 o el del 2019, estos llegaron a ser de 2,2% y 8,9%, respectivamente. El dato es relevante por qué no está reflejando la coyuntura actual sino una mejora de las expectativas futuras y una percepción de una mejora hacía delante de las condiciones microeconómicas.
El barómetro de una elección para la mayoría de los argentinos es su situación en relación al nivel de ingreso. En las elecciones PASO 2015, el salario mínimo medido en dólares era de u$s416, en el 2019 de u$s310. En 2023 se encuentra en tan solo 166 dólares.
En el caso de las jubilaciones, veremos que la mínima en dólares pasá de u$s320 en medio del trade electoral del 2015, para bajar luego a u$s284 en las PASO 2019. Actualmente llegamos a un valor de u$s165 considerando el bono $20.000 y u$s128 sin considerar el bono.
El impacto del dólar y la brecha cambiaria
Si tomamos otras variables como las reservas Internacionales del BCRA en 2015 eran de u$s33.943 millones, en 2019 de u$s67.899 millones con una pérdida fuerte de reservas en forma posterior a las elecciones y en 2023 son de sólo u$s25.258 millones (recordemos que en lo que va del 2023 el stock se desplomó en u$s19.000 millones o un 42,8% menos desde los u$s44.958 millones que cerró en el 2022).
En cuanto a la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo en las PASO del 2015 la brecha era de 45%, en las PASO del 2019 0,89% hasta llegar a hoy en una brecha de un 100% entre un dólar que cotiza en más de 550 pesos por dólar. Es interesante señalar que los últimos 3 períodos presidenciales culminaron su gestión con cepo, falta de dólares en las arcas de Banco Central, restricción externa de la economía y aceleración de la inflación.
Al analizar el Riesgo País, veremos cómo a medida de que pasan las elecciones la tasa adicional de re-pago que se exige para un bono argentino es cada vez más alta. En 2015 era de 615 pp, en 2019 de 781 pp y en 2023 de 1960 pp. Esto se debe a que la probabilidad que pagué al finalizar el periodo es bastante más riesgosa con respecto a otros países.
Al analizar la situación de la balanza comercial veremos que en las PASO 2015 y en el 2019 fueron positivas en dólares, y al día de hoy se tiene un déficit comercial de -4.387 millones, debido a shocks externos como una fuerte sequía, caída de algunos precios internacionales de los commodities como agrícolas/combustibles e inconvenientes de logística y fletes para industrias como la automotriz.
Inflación e inseguridad, al tope de las preocupaciones
Las 2 variables por las que más preocupación tienen los argentinos son la inflación y la seguridad que se constituyen en los ejes más importantes para proponer su solución y mejora en el mediano plazo. Para el caso de la inflación, mientras en 2015 teníamos una inflación del 25%, en 2019 había ascendido al 54,5% y en 2023 llega un record desde 1991 a 115,6 por ciento.
Si tomamos el Indice de Inseguridad y la tasa de homicidios, los robos cada 100.000 habitantes se mantiene proporcionalmente estable a medida que pasan las elecciones. La tasa de homicidos por cada 100.000 habitantes es en la última medición más baja que en 2015 y 2019 pero el dato es de 2022.
Es de esperar que, cuando se actualicen las estadísticas criminales este año, esa Tasa se encuentre en el mismo nivel que en las anteriores gestiones. La inseguridad sigue estando en la agenda de la gente pero no la resolución por parte de los políticos.
No hay un futuro prometedor si previamente no hay un presente que transparente las causas de la decadencia de nuestra vida económica y social. La desintegración social que vivimos es fruto de la intervención del sector público de diferentes modos sobre la iniciativa privada y cooperación social que es la única fuente genuina de generación de riqueza.
Las presiones sociales domesticadas por los políticos de turno, la organización sindical preocupada por su preservación en el poder más que por la generación de trabajo y el paternalismo estatal que durante ya más de 25 años acostumbró a una parte importante de la sociedad que se podía extraer riqueza del privado para otorgarla a personas vulnerables y pobres que fueron incrementándose en el tiempo justamente por diluir las compensaciones y ganancias de cada uno de los emprendedores y empresarios micro, pequeños, medianos y grandes en la Argentina.
Nadie puede adelantarse al resultado de las PASO como tampoco los políticos proclamar con la arrogancia de la campaña lo que harán con la iniciativa privada, la economía, el desarrollo y crecimiento de nuestro país como si fuese el Estado el generador del cambio y no el sector privado el único dinamizador de ese proceso.
El único cambio posible post PASO y post elecciones nacionales es que cada uno de los argentinos que fueron a depositar su voto y los que no lo hicieron les generen las condiciones para alterar la mediocridad actual en base a sus propias actuaciones como resultado de su trabajo, esfuerzo, inversión y tiempo en la intervención en el proceso de la creación, la producción y desarrollo económico.
Quedó demostrado que no hay nada peor cuando un político se sirve del emprendedor y trabajador para servir a otro argentino partidario y asistido socialmente no por voluntad sino por necesidad sin opciones superadoras de su situación actual. No hay nadie mejor que un argentino emprendedor y trabajador para servir a otro argentino emprendedor y trabajador. En su intercambio crece la economía y ambos a la vez. Son sólo los cambios en las instituciones del país los que, a corto plazo, los favorecen o los perjudican.