Rendimientos en plazo fijo con la inflación en baja: ¿cómo afecta tus ahorros?
Cuando se conoció la semana pasada que la inflación del mes de junio fue del 6%, comenzó a surgir la duda de qué iba a suceder con el plazo fijo, si bien el Banco Central de la República Argentina (BCRA) confirmó inmediatamente que iba a mantener sin cambios la tasa de política monetaria.
Frente a esta perspectiva, un depósito bancario en plazo fijo puede ser una respuesta ante el alto proceso inflacionario que vive el país, porque si bien en junio hubo una desaceleración, no deja de ser un número alto.
Mientras que el plazo fijo es una opción para el pequeño inversor ya que la tasa nominal anual (TNA) continúa siendo del 97% para personas físicas que constituyan colocaciones menores a $30 millones.
De esta manera, cada 30 días, que es el período piso de encaje de los fondos solicitado por el sistema financiero, se gana 7,97%.
Se trata de un número mayor al del Índice de precios al consumidor (IPC) de mayo, que fue del 7,8%, y al que ya nombramos de junio, que según el INDEC, fue del 6 por ciento.
Se trata de una inversión de bajo riesgo, ya que está respaldada por instituciones financieras reguladas.
Correr detrás de la inflación
El jueves pasado, el Directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) confirmó, a través de un comunicado, "mantener sin cambios la tasa de política monetaria. Por segundo mes consecutivo, la inflflación mensual registró una signifificativa desaceleración respecto del mes previo, en línea con las previsiones de la autoridad monetaria".
"En junio, la tasa de inflación mensual fue de 6,0%, 1,8 p.p. menor al registro de mayo y 2,4 p.p. inferior al dato de abril. La desaceleración del IPC fue difundida al interior de sus categorías y divisiones. Así, la inflflación núcleo se ubicó en 6,5%, el registro más bajo desde enero, reduciéndose en el mes -1,3 p.p. En la categoría Estacionales y en la división de Alimentos y bebidas no alcohólicas (AyB) incidió principalmente la desaceleración de las verduras y frutas, reflflejando que fueron disipándose los efectos adversos de la sequía que en los meses previos presionaron al alza", explicaba el BCRA.
De este modo, con un dato de inflación de junio que quedó en el 6%, el rendimiento mensual del plazo fijo continúa siendo real positivo respecto del dato de evolución de precios, tal como lo exige el Fondo Monetario Internacional (FMI) y como le viene demandando constantemente el mercado al BCRA.
Y es que, hasta el quinto mes del año, los altos índices inflacionarios habían provocado que el regulador monetario tuviera que correr de atrás a la inflación por más que venía ajustando fuerte la tasa en el último tiempo y dando fuertes señales al mercado respecto de su determinación de que las tasas del plazo fijo sean positivas.
En julio se enfría la inflación: ¿y el consumo?
Hay coincidencia entre las estimaciones que realizan en el propio equipo económico y en las consultoras privadas: la inflación sigue evidenciando una leve desaceleración en las últimas semanas, sobre todo en el rubro de los alimentos, que hasta hace poco aparecía como el más complicado de todos.
La tendencia a la baja -desde un pico mensual del 8,4% en abril- continúa en los primeros días de julio, mes para el que se estima un IPC que también estaría por debajo del 7%.
¿En dónde buscar la clave? En el comportamiento de determinados rubros entre los alimentos que, luego de subir muy fuerte en la primera parte del año, ahora entraron en una dinámica menos agresiva. Por ejemplo con las carnes rojas y el pollo -no así el pescado, que mantiene una tendencia bien alcista-, las frutas y las verduras. También algunos farináceos, que registraron fuertes subas hasta hace poco, por culpa de la sequía y la dramática caída de la producción.
La desaceleración inflacionaria tiene como contracara el enfriamiento del consumo y de la actividad económica en general.
La otra cara de la coyuntura da cuenta de un nivel de consumo en declive. Por ahora nada dramático. Pero esa merma se acentúa a medida que pasan las semanas.