A un mes de las PASO, cómo es la apuesta del Gobierno para evitar una nueva disparada de precios
A poco más de un mes de las Primarias, Sergio Massa puso como prioridad total evitar un nuevo salto de la inflación. En particular, de los alimentos. Por eso, ya negoció con las principales fabricantes de productos, y también con los supermercados, para que los aumentos pactados para agosto se apliquen después de las elecciones.
Lo mismo hizo con los últimos acuerdos de precios firmados con rubros menos sensibles pero relevantes para el nivel del consumo popular, como el de electrodomésticos y la indumentaria. Los empresarios se comprometieron a congelar los precios hasta el día después de las PASO.
El ministro de Economía cuida celosamente los últimos acuerdos con las empresas, sobre todo de la alimentación. Con ellas ya pactó que el último ajuste antes de las elecciones será esta misma semana -con un tope del 5% para los grandes supermercados-, y que recién podrán aplicar el siguiente incremento el lunes siguiente a las Primarias.
El último dato de inflación de la ciudad de Buenos Aires confirmó la expectativa del equipo económico: el índice de junio dio 7,1% pero con el rubro "alimentos" subiendo por debajo: 5,8%. En medio de las complicadas negociaciones con el Fondo Monetario, Massa intenta por todos los medios mantener las expectativas bajo control. Por eso, mantiene aceitado el diálogo con los distintos sectores empresarios.
Los propios ejecutivos reconocen el esfuerzo del ministro por sostener la dinámica económica -con una actividad que se mantiene a pesar de la inflación por arriba del 100% interanual- y, en definitiva, hacen una apuesta racional -de corto plazo- por las chances que el titular de Hacienda vaya a tener en las próximas elecciones.
A diferencia de lo que esos mismos empresarios pensaban hasta hace poco, ahora creen que el tiempo juega a favor del intento de Massa por la estabilidad y por evitar un desbande de la economía. A nadie le conviene, reconocen en las grandes empresas.
Los precios y la estrategia con el dólar
La variable clave que monitorean los fabricantes de alimentos para ponerle precio a los productos es el tipo de cambio. Junto con el valor de las materias primas, el dólar es determinante a la hora de armar las listas.
El dólar oficial subió 7,1% el mes pasado, en línea con la inflación. Lo más probable es que la tendencia vuelva a insinuarse durante julio. Incluso, no habría que descartar que termine algunas décimas por debajo del índice de precios.
En el equipo económico no quieren dar precisiones pero un funcionario admite que en el corto plazo, el hecho de que el tipo de cambio no se acelere sirve para quitarle presión a la dinámica inflacionaria. Algo es algo, a pocas semanas de las elecciones.
La cuestión es que el FMI está presionando en el sentido contrario: el staff pretende una devaluación abrupta del tipo de cambio.
La obsesión de Massa es que no vuelva a ensancharse la brecha cambiaria: cada vez que el "blue" y los dólares financieros se escaparon, los precios crujieron. La última vez fue en marzo, tras la corrida que elevó el dólar un 20% en pocas semanas.
Para evitar sorpresas, el Gobierno viene interviniendo "en la brecha" a través de la venta de bonos dolarizados. También con la operatoria en yuanes, habilitada hace un par de semanas. Como sea, a pesar de todos los contratiempos, Massa pretende mantener competitiva la actividad económica. Por ahora, lo logró.
El reclamo del FMI vs. la resistencia de Massa
Los últimos datos sobre las importaciones argentinas dan cuenta de la preocupación del Fondo. El mes pasado volvieron a escalar por encima de los u$s7.000 millones, algo que ya había sucedido en mayo.
Si bien la mayoría de los rubros marcan una contracción de las compras en el exterior, inclusive las de energía, el FMI reclama que las importaciones caigan más, hasta un nivel acorde con la falta de divisas que tiene la Argentina.
El Gobierno resiste esta posibilidad: no quiere que la actividad económica se resienta en el camino a las elecciones. Y ofrece alternativas como -por ejemplo- los pagos de importaciones utilizando yuanes a través del swap de monedas con China.
El rojo comercial de la Argentina alcanzó a los u$s2.690 millones en los primeros cinco meses del año, con una caída de las exportaciones superior a la baja de las importaciones, por culpa de la histórica sequía.
"Plan Llegar": los dólares que faltan
En este contexto, al Gobierno le faltan dólares para evitar un tropezón cambiario. Tampoco parece muy cercano el acuerdo con el FMI. Por ahora, Massa no tiene agendado un viaje a los Estados Unidos, lo que da la señal de que el acuerdo todavía no está abrochado.
Los plazos se achican y, aun suponiendo que habrá paz antes del próximo vencimiento, no está claro que el ministro de Economía cuente con todos los dólares que le permitan evitar el mal trago de un salto cambiario antes de las próximas elecciones.
La cuestión fue analizada en el último informe que Fausto Spotorno escribió para los clientes de la consultora OJF & Asociados.
La primera conclusión es que hasta las próximas elecciones PASO -del 13 de agosto-, el Gobierno tendría que cubrir u$s3.659 millones. Unos u$s2.696 millones a lo largo de este mes y los restantes u$s963 millones el mes que viene.
Para sacar las cuentas, Spotorno dio por descontado un acuerdo con el FMI que implique una refinanciación automática de los vencimientos. También contempla un rojo comercial de u$s655 millones este mes y de u$s142 millones durante agosto.
No parece un monto determinante. Pero las expectativas juega, y si pronto no hay señales concretas desde Washington, entonces el camino rumbo a las elecciones podría complicarse.