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La economía ni crece ni se frena: por qué ahora se habla de un raro "stop and go" trimestral

Hay datos contradictorios, con expansión industrial y crecimiento en servicios, mientras caen ventas y colapsa el puerto. Economistas ven nuevo paradigma
21/06/2023 - 19:24hs
La economía ni crece ni se frena: por qué ahora se habla de un raro "stop and go" trimestral

Al final, ¿la economía argentina ya está en una crisis recesiva o solamente sufre la inflación pero mantiene la actividad en crecimiento? Esta pregunta se transformó en una de las cuestiones más difíciles de responder, dado los cúmulos de datos contradictorios que llegan en los indicadores y en la propia percepción de los consumidores.

Y los economistas empiezan a notar un nuevo fenómeno que explica la aparente contradicción: el famoso "stop and go" que caracterizó la historia económica reciente, ya no se da en períodos de uno o dos años, como ocurría tradicionalmente, sino que acortó su ciclo a apenas un trimestre de expansión seguido por un trimestre de contracción.

Como todos los temas, también este se encuentra contaminado por la grieta política. Mientras los economistas pronostican una caída de 3% del PBI, los voceros del Gobierno contestan que mejora el empleo y que hay sectores que mantienen la pujanza.

"¿Dónde está el ajuste, que no lo veo?", desafiaba semanas atrás Alberto Fernández en un acto público, y pese a sus notorias diferencias, la propia Cristina Kirchner no tuvo otra alternativa que admitir que, aunque fuera con salarios bajos, la actividad seguía expandiéndose.

Por cierto que hay indicadores positivos: en abril, la producción manufacturera subió 1,7% respecto del año pasado, y el acumulado del primer cuatrimestre muestra una variación positiva de 2,5%. El uso de capacidad instalada en las fábricas medido en marzo se ubica en 67,5%, la mejor cifra para ese mes en siete años.

Y la construcción, si bien por debajo del nivel del año pasado, tuvo en abril una segunda expansión mensual consecutiva (3,4%, con subas en todos los rubros). Pero no siempre el crecimiento obedece a los motivos "correctos": la consultora LCG señala que lo que está impulsando la construcción en este momento son, precisamente, dos de los defectos más criticados de la economía argentina: la informalidad laboral y la brecha cambiaria, que abaratan los costos de la actividad.

La construcción volvió a mostrar una recuperación, pero estimulada por las distorsiones de la economía
La construcción volvió a mostrar una recuperación, pero los economistas creen que es un fenómeno estimulado por las distorsiones de la economía

En todo caso, se trata de números que no dejan de sorprender en el mercado. Un reciente reporte de la gestora de fondos Consultatio reconoce que "unos meses atrás el mercado esperaba que, a esta altura, el impacto de la sequía ya se hubiera extendido a otros sectores de la economía". Y, en ese sentido, afirma que el Gobierno puede anotarse "un logro importante con lectura política".

Claro que queda el interrogante de si esos números deben considerarse el síntoma de una economía que, pese a los problemas, puede seguir creciendo, o si es apenas la antesala de una caída brusca.

La crisis de los restaurantes llenos

Es cierto que, a primera vista, indicadores laborales son aceptables: con un 6,3% de la población económicamente activa, la desocupación está en uno de sus niveles más bajos en décadas. Sin embargo, esa cifra tiene su "letra chica": la creación de empleo del sector privado en relación de dependencia es baja, mientras la mayor parte de la mejora laboral se dio en el cuentapropismo de los monotributistas o en el sector informal. De hecho, ya son 3,5 millones los trabajadores "no asalariados".

Y las cifras de pobreza muestran que cada vez son más los trabajadores que, aun percibiendo ingreso regular, no pueden comprar la canasta básica, hoy valuada en $203.000 para un hogar de dos adultos y dos menores.

¿Quién tiene razón, entonces? Todos tienen parte de razón. Es cierto que, como dijo Gabriela Cerrutti, los fines de semana se ven restaurantes con filas de gente esperando para entrar, los teatros y recitales están llenos y "no se percibe la imagen de un país en crisis". Y, en una frase con destino de polémica, ironizó: "La gente no llega a fin de mes, pero se patina la guita en restaurantes y recitales".

Como para confirmar esa visión, se agotaron las entradas para ver a Taylor Swift en el estadio de River, cuando todavía está fresco el recuerdo del récord de 10 shows de Coldplay.

Además, se superaron cifras de turismo interno de la época pre-pandemia. En el feriado del 25 de mayo hubo un movimiento de 1,3 millón de personas, que gastaron por un volumen de $47.433 millones, según estimó CAME. El informe destaca que en comparación con el mismo fin de semana largo de 2018, el aumento de la actividad fue de 51,7%.

Gabriela Cerrutti encendió la polémica al señalar la actividad de los restaurantes como síntoma de solidez en la economía argentina
Gabriela Cerrutti encendió la polémica al señalar la actividad de los restaurantes como síntoma de solidez en la economía

¿Es esto un síntoma de bonanza? Los economistas creen, más bien, que es el reflejo de la ruptura ocurrida en el mercado de trabajo, en el que hay asalariados formales -protegidos por convenios y que pueden emparejar la inflación- y los informales, cuyo poder adquisitivo está hoy un 50% real debajo del de 2017.

Los números de las paritarias van en ese sentido: los mayores gremios, ya con aumentos escalonados mensualmente, están negociando paritarias trimestrales que -en términos anualizados- se ubican en 124%, en línea con la inflación esperada.

El influyente Carlos Melconian, director de la Fundación Mediterránea, vinculó este fenómeno con la distorsión cambiaria: "Vos ves a los turistas de la mesa de al lado que se ríen porque están comiendo como en el mejor lugar del mundo pagando dos con veinte, y eso es miserabilidad; porque una cosa es tener un tipo de cambio competitivo para impulsar nuestra industria, pero otra cosa es tener un tipo de cambio que genere sueldos miserables, precios miserables, bifes y vinos miserables, a mí no me gusta un país así".

Fuga al consumo, a medias

En un contexto de alta inflación, nunca falta en los análisis el componente de la "fuga al consumo", como se denomina a la actitud defensiva por la cual los asalariados se apuran a convertir sus pesos en mercadería, como forma de prevenir la erosión de sus ingresos.

Los números demuestran indicios en ese sentido. Un informe de la consultora Ecolatina señala que el 95% de los pesos que entran a un hogar promedio son destinados al gasto. Dicho en otras palabras, el ahorro bajó a un nivel mínimo de 5%. Hace cinco años, en cambio, esos porcentajes eran de 70% para el consumo y 30% para el ahorro.

"El razonamiento del consumidor es: ‘Hace rato que el hornito venía fallando; lo compro antes que siga subiendo, y en cuotas termino pagando la mitad’", afirma Guilllermo D’Andrea, experto del IAE Busines School.

Las estadísticas parecen confirmar esa afirmación: en el primer cuatrimestre, la venta de autos "cero kilómetro" subió un 11,6% Y Ricardo Salomé, presidente de la asociación de concesionarios, se fijó el objetivo de llegar a 420.000 unidades vendidas, tras haber conseguido 407.000 el año pasado.

Aun así, es tipo de consumo "en modo defensivo" no se da en forma pareja en todos los rubros. Por ejemplo, el relevamiento de la consultora Focus Market registra, en lo que va del año, una caída real de 8,2% en los supermercados.

El economista Emmanuel Álvarez Agis planteó la tesis de que hay un
El economista Emmanuel Álvarez Agis planteó la tesis de que hay un "stop and go" que bajó a frecuencia trimestral

Por otra parte, las ventas del sector pyme llevan cinco meses consecutivos de caída interanual. Mayo, con una merma de 2,8% fue el peor, y entre los rubros más afectados aparece el sector textil, con un desplome de 8,2%.

Y lo cierto es que uno de los indicadores principales de la actividad comercial, la recaudación del IVA que cobra la DGI -es decir, no incluye el cobro aduanero- registró un aumento real de 15% interanual, pero también es cierto que cada vez ese margen se hace más pequeño.

El nuevo "stop ando go" para la economía

Los economistas están tratando de buscarle una explicación a esa aparente contradicción. Entre quienes han planteado una tesis al respecto destaca Emmanuel Álvarez Agis, quien sostiene que el clásico ciclo "stop and go" ya no se produce en períodos de un año sino que se acortó a tres meses.

"Antes los cambios de ciclo obedecían a una sequía en el campo o a un cambio brusco de tasas de interés en el mercado internacional; eso hacía que la economía quedara sin reservas, se devaluaba, subía la inflación, y era la propia devaluación la que volvía a sentar las bases para el ‘go’", describió el economista en una conferencia con inversores, organizada por Mega QM.

Pero destaca que ese cambio de ciclo ahora es más corto, y depende de cuánto abra o restrinja la oferta de dólares el Banco Central. Así, muestra cómo hubo una expansión de la actividad post pandemia, que resultó posible gracias a que "nos comimos 7.000 millones de dólares de las reservas".

Y mostró como esa expansión registró un "frenazo" en el período octubre-diciembre del año pasado, en los que el BCRA puso el foco en la defensa de las reservas, al costo de menos exportación y una caída en la actividad. Pero luego, cuando todos esperaban que la tónica del arranque del año fuera recesiva, hubo una sorpresiva expansión entre enero y marzo, pero al costo de u$s3.600 millones de las reservas.

Y Álvarez Agis cuenta cómo, en ese período, mientras los economistas preveían que el promedio mensual de importaciones cayera a u$s4.000 millones, en realidad se verificaron compras por encima de u$s6.000 millones.

"Ahora, abril y mayo muestran una economía otra vez en caída, y con las reservas recuperando en el margen, por la liquidación del dólar soja. Hasta que el Gobierno dedica soltar, y entonces otra vez haya una expansión, que se volverá a frenar cuando otra vez escaseen las reservas", explica el economista.

Las restricciones a la importación por falta de divisas está llevando a un colapso en la actividad portuaria
Las restricciones a la importación por falta de divisas están llevando a un colapso en la actividad portuaria

¿Cuánto durará la actual dinámica económica?

La pregunta, naturalmente, es cuánto tiempo puede durar esa dinámica, que está íntimamente ligada a la capacidad del Gobierno de conseguir divisas.

Para Consultatio, el Gobierno está intentando un incómodo "trade off" entre la actividad, la inflación y el nivel de reservas. Y manifiesta su sorpresa por el hecho de que no se haya verificado aún un freno mayor en la actividad, cuando los antecedentes históricos marcan que en un año de sequía se han producido caídas del PBI promedio de 3,2%.

Por lo pronto, el EMAE, principal indicador que adelanta los cambios en el ritmo de actividad marca un zig-zag. Tras un trimestre negativo en el final de 2022, arrojó resultados positivos en el arranque del año, con una mejora acumulada de 1,5% interanual.

Esta incertidumbre lleva a que haya diferencias en los pronósticos: el Banco Mundial acaba de difundir una previsión de caída de PBI del 2% mensual, pero los economistas del REM prevén un 3%, aunque los más escépticos se animan a hablar de una caída del 5%.

"Algo es seguro. La caída de la actividad que se evitó hasta ahora, si se cumplen los pronósticos, será más fuerte en el segundo y tercer trimestre, y en pleno proceso electoral podríamos ver contracciones del PBI por encima del 5% anual, agravada por una inflación que corre al 8% mensual. Hay que ser demasiado creativos para encontrar alternativas de continuidad en el plan aguantar", argumentó Consultatio.

En esa tónica, las últimas semanas dejaron una seguidilla de malas noticias, que indican que se podría estar en el límite de la capacidad para incentivar la actividad.

Desde el aviso a los importadores de combustibles sobre la demora de 90 días en el acceso a dólares hasta la restricción a los gobiernos provinciales para el pago de sus deudas, pasando por el "affaire" Flybondi, todo apunta a un agotamiento.

Y acaso el síntoma más evidente de la crisis es el inminente colapso portuario, donde los agentes de servicios de carga están quebrando y se prevé la acumulación de contenedores.

Las próximas semanas, con la definición de las negociaciones en el Fondo Monetario Internacional, serán determinantes para saber si ese nuevo "stop and go" trimestral está en condiciones de extenderse hasta fin de año o si, por el contrario, tendrá su final abrupto.