• 23/11/2024

Máxima tensión por la inflación: entre aumentos y faltantes, se endurece la pulseada de Massa con las empresas

La situación se tensa a medida que se exacerba la inflación. Distorsiones en el sensible mercado de los alimentos. Más multas en camino
29/05/2023 - 11:00hs
Máxima tensión por la inflación: entre aumentos y faltantes, se endurece la pulseada de Massa con las empresas

En abril, Inglaterra anunció la mayor tasa de inflación de los alimentos en los últimos 45 años. En una economía con una inflación de un solo dígito anual, el precio del azúcar se incrementó 47,4% en los últimos 12 meses; los huevos aumentaron el 37%, el aceite de oliva, un 36,4%; mientras que el litro de leche y los quesos, entre un 30,3% y un 34%. La cuestión, lógicamente, encendió una gran polémica en una sociedad acostumbrada a la estabilidad total, pero que ahora observa indefensa la pérdida del poder adquisitivo.  

En Inglaterra, la inflación de los alimentos trepó al 19,1% anual.

Andrew Bailey, titular del Banco Central de Inglaterra, enfocó su análisis en la práctica de los fabricantes de alimentos, como formadores de precios: "Están agrandando sus ganancias", dijo el banquero central inglés.

El debate sobre el precio de la canasta básica alimentaria excede las fronteras de la Argentina, pero lógicamente acá esa cuestión está exacerbada porque el valor de esa canasta aumenta al 120% anual.

Precios Justos: amenazas y la pelea por el abastecimiento

Acá, en la Argentina, el proceso inflacionario lleva varios años. La inflación sólo amagó con desacelerarse en 2020, durante la pandemia. Superado el trance, revivió con toda la potencia.

Obviamente, en la Argentina, el debate sobre el origen y la aceleración de los precios excede lo que están viendo en Inglaterra. Acá, el solo hecho de que el Banco Central se quedara sin dólares suficientes para pagar las importaciones y la brecha cambiaria aparecen como la principal causa de esa dinámica.

Mientras crece la especulación
Mientras crece la especulación en comerciantes y empresarios, el Gobierno comenzó a repartir multas por faltantes.

Antes del fin de semana, la secretaría de Comercio anunció multas a las líderes Mastellone y Unilever por incumplir con el programa de Precios Justos, y colocar en el mercado productos similares a valores más altos. En el primer caso, el castigo fue por $60 millones, mientras que a la compañía especializada en limpieza, de $160 millones.

En el camino hay más multas a las empresas incumplidoras. Por montos menores, que trepan a un máximo de $4 millones, se suman multas a Clorox, Nestlé Argentina, Mondelez, Arcor y Danone. Algunas de esas medidas ya fueron informadas a las compañías.

Las penalizaciones a las empresas no resuelven ningún problema de la dinámica inflacionaria. Hay que analizarlo como una de las últimas herramientas que el ministro tiene a mano, para demostrarle a la sociedad su preocupación extrema por la excesiva suba de los precios de los productos de la canasta básica.

Desde las compañías retrucan: un par de ejecutivos de compañías líderes dan cuenta de la realidad, ante las consultas de iProfesional. Una economía que no puede darle mayores certezas a esas empresas, como así tampoco a los consumidores-trabajadores, y que en ese contexto se toman medidas defensivas.

Retener mercadería y agrandar el stock: el juego de las escondidas

Uno de los ejecutivos de más trayectoria en el mercado del consumo masivo, gerente en una compañía líder de la alimentación, lo resume de forma concreta: "La reposición de mercadería está muy rara".

En los hechos, eso se plasma en que las empresas no reparten todo lo que le piden. Se guardan stock. "Hay un inevitable juego financiero de los stocks, sobre todo con los alimentos "secos", que son los que se pueden guardar en los galpones porque tienen un vencimiento largo", aclara.

Ante el constante cambio de precios
Ante el constante cambio de precios, los supermercados analizan exhaustivamente cuándo reponer la mercadería.

Lo concreto es que a las grandes compañías no les conviene "tener demasiados pesos dando vueltas en la calle", como suele decirse en la jerga.

Los empresarios prefieren retener la mercadería, vender lo justo y necesario para hacer frente a los costos y a no perder "market share", pero hoy es más importante el trabajo que hacen los gerentes financieros que los vendedores en las empresas.

Por ese motivo, es cada vez más común apreciar góndolas semi vacías, con agujeros muy notorios en los supermercados, y también en los comercios de barrio. "entregan mucho menos de lo que se les pide", refunfuña el dueño de un mayorista.

Hay toda una pulseada entre los industriales y los comerciantes por ese stock. Las grandes cadenas cuentan con galpones gigantes para stockear mercadería. Un fenómeno que suele acrecentarse hacia fines de mes, justo antes de la llegada de las nuevas listas de precios.

Inflación, importaciones y una pelea de fondo

Las importaciones también juegan un rol. O, mejor dicho, la dificultad para concretar las compras al exterior. Las deudas empresarias con sus proveedores del exterior son cada vez más grandes, y a algunas compañías se les dificultan las importaciones.

En este contexto, en las últimas semanas se multiplicaron las empresas que ya toman un precio del dólar muy cercano al dólar MEP, para estimar sus precios de reposición.

La dificultad para acceder a los dólares
La dificultad para acceder a los dólares y a productos importados, genera grandes costos en supermercados y comercios.

La sensación de que, más temprano que tarde, habrá una devaluación abrupta se apoderó del mercado comercial; ya no sólo del financiero. Y esto también explica parte de la inflación exacerbada.

Lo mismo que las subas de los insumos: plásticos, films para envoltorios, papel y cartón, envases tetra pack, que además son fabricados con aluminio muestran alzas muy superiores a la inflación promedio. En algunos casos superan el 80% en lo que va del año.

En este contexto tan complicado, los proveedores y los comerciantes pujan por los plazos de pago, que se viene achicando a medida que se acelera la inflación. Pagos que hasta hace poco se concretaban a los 15 o 20 días, ahora se reclaman con un máximo de 7 días.

Los proveedores, incluso, privilegian a los comercios que les pagan al día, con lo cual terminan desabasteciendo a parte de su clientela.

Distorsiones por todos lados. Una radiografía de un mercado esencial para la población y la paz social.