Tras la baja de Cristina, ahora Massa busca un golpe de efecto mientras Wall Street espera definiciones
En otro momento, no hace mucho tiempo, una renuncia de Cristina Kirchner a competir por la Presidencia hubiese desatado un desahogo en los mercados financieros. Un rally alcista de bonos y de las acciones, una categórica disminución del "riesgo país" y -acaso- una euforia de los financistas.
La primera conclusión, a la vista, es que nada de eso sucedió luego de la carta pública de la vicepresidenta. El dólar blue, uno de los termómetros del humor del mercado financiero, terminó la jornada en $488, manteniendo la brecha en el 110% sobre el dólar oficial mayorista.
La reacción de los operadores no sorprendió: la economía atraviesa una dinámica tan complicada que resulta imposible que un solo movimiento político defina o modifique las expectativas de los agentes económicos, ya sean inversores, empresarios o consumidores.
La aceleración inflacionaria y la escasez de dólares se han convertido en el tema central de una economía frágil, que a su vez sostiene un equilibrio precario, a la espera de las definiciones, tanto desde la política como -sobre todo- desde la economía.
Hay un punto, no obstante, en donde coexisten ambos sistemas: ¿Será Sergio Massa el candidato de consenso del peronismo, avalado por Cristina y el kirchnerismo?
Funcionarios que conocen a Massa desde hace largo rato y que tienen responsabilidades en la actual administración sugieren que el ministro espera esa bendición. Las fuentes están convencidas de que es la condición necesaria para que, por fin, el Fondo Monetario apruebe un adelantamiento de los desembolsos previstos para la segunda parte del año, que la Argentina necesita como el oxígeno para superar este trance sin un evento disruptivo.
A la espera de una definición mientras los precios vuelan
Hace rato que los inversores de Wall Street perdieron la confianza en el destino económico de la Argentina. Las cotizaciones de los bonos de la deuda pública reflejan esa realidad.
Eso no quiere decir que los grandes fondos de inversión no tengan en su cartera papeles; ni que no evalúen a diario qué estrategia tomar.
El representante de uno de esos fondos, con sede en Nueva York, se sincera ante la consulta de iProfesional: "Estamos atentos a la definición en el oficialismo. Si, tras la salida de Cristina, ahora Massa aparece como el candidato de consenso".
La expectativa en Wall Street es que, si eso sucediera y CFK avalara la nominación del ministro de Economía, entonces el Fondo Monetario aceptará adelantar desembolsos para abultar las reservas del Banco Central.
Queda claro que ni siquiera una decisión de ese tipo sacaría a la economía del pozo, pero al menos quitaría del medio la posibilidad de una explosión cambiaria.
Sin esos dólares, el Gobierno no podría sostener el frágil equilibrio que existe hoy. Quedan pocas semanas por delante para una definición.
¿La decisión de Cristina, tomada antes de lo esperado, habrá respondido a esa necesidad? Pronto lo sabremos.
Massa necesita de dólares frescos (aunque sean los DEGs del FMI) porque sabe que así como están las cosas no puede asegurar la estabilidad.
Lo único a la vista es el viaje que el ministro hará a China antes de fin de mes. En Beijing, tratará de agrandar el swap de monedas para que los yuanes sigan ganando terreno en el comercio internacional. En Buenos Aires, son cada vez más las compañías que utilizan yuanes para concretar sus importaciones desde Asia. El Gobierno las privilegia, por obvias razones.
¿La inflación, rumbo al 10% mensual?
Varias compañías alimenticias de primeras línea, en especial aquellas que comercian frescos iniciaron el mes con ajustes de precios cercanos al 10%.
Si no fuera por la estabilidad que muestran los precios de la carne vacuna y el pollo, la inflación de los alimentos superaría ese guarismo.
En cambio, productos típicos de la canasta básica, como arroz y yerba, muestran incrementos cercanos al 30% mensual. Una de las principales alimenticias del país decidió suspender las ventas de arroz en las últimas horas. Ese producto es uno de los más impactados por la sequía, y su producción cayó un 30%.
Lo dicho más arriba: los lácteos también se volvieron un rubro problemático, con fuertes alzas en los precios y desabastecimiento en distintos artículos. También por efecto de la sequía, algunas de las grandes empresas decidieron volcarse a fabricar los productos que dan mayor rentabilidad en desmedro de las leches fluidas.
LCG, la consultora fundada por Martín Lousteau, que releva los precios de los alimentos en los supermercados, midió 8,9% en las últimas cuatro semanas. Se sabe: el proceso inflacionario suele ser peor fuera de las gruesas paredes de las grandes cadenas comerciales.
Por su parte, Eco Go, la consultora dirigida por la economista Marina Dal Poggetto, calcula que la inflación de este mes rondará el 8,8%, también por encima del registro de abril. Además del salto en el rubro alimenticio, Eco Go da cuenta de la actualización registrada en las tarifas de los servicios públicos para una parte de la población, a principios de mes.
¿Habrá nuevas medidas económicas?
Desde el Palacio de Hacienda están expectantes. La prioridad total es que la brecha cambiaria no se dispare. Eso es lo más importante, dicen, para que los productores vendan la soja y los exportadores liquiden las divisas.
Por ahora, las compañías líderes de la alimentación no fueron convocadas para sellar algún nuevo acuerdo. En Comercio, mientras tanto, apuran una nueva canasta para los comercios de barrio. Nada que vaya a modificar la actual dinámica inflacionaria.