El Gobierno pide auxilio a Brasil con financiamiento y sustitución del dólar: las advertencias de expertos
Con un Banco Central prácticamente vacío de reservas, el gobierno viajó a Brasil para buscar mecanismos que le permitan sortear el dólar para mantener activo el flujo bilateral con su principal socio comercial. Entre las posibilidades de préstamo, financiamiento o swap, con el vecino país existe desde hace 15 años la posibilidad de pagar exportaciones e importaciones con monedas locales, es decir, calzar las operaciones reales y pesos eliminando así el spread cambiario que genera el paso por el dólar.
Este sistema de pagos en monedas locales (SML), no obstante los beneficios y ahorros que reportaría, nunca logró la suficiente difusión ni despertó mayor interés entre las empresas, por varias razones, muchas de las cuales explican también el probable desenlace que tendrán los acuerdos que se buscan en la misión oficial a Brasil.
Desde Brasil, Welber Barral, director de Comercio Exterior de la poderosa FIESP, que agrupa a los industriales paulistas, y socio de BMJ Consultores, corrió un poco la espuma de los anuncios políticos.
"Lula está bajo mucha presión por la situación fiscal de Brasil, que empeoró durante el Gobierno de Bolsonaro, y está en medio de una reforma fiscal entre otras. Además, no tiene el liderazgo en el Congreso y la agenda de Brasil está muy cargada", dijo Barral en diálogo con IProfesional.
Por otro lado, en está firme la simpatía por la Argentina "y sobre todo por Fernández; se conocen hace mucho, lo visitó (a Lula) en prisión y la agenda bilateral no tiene conflictos. La buena voluntad está", agregó Barral, quien además fue secretario de Comercio Exterior de Brasil entre 2007 y 2011.
¿Cómo puede inclinarse este afecto societatis a las urgencias locales? La Argentina adquiere relevancia en dos temas centrales para Lula y Brasil: el liderazgo en temas ambientales (especialmente importante en la negociación con la Unión Europea) y el refuerzo de la idea del "no alineamiento" con China y Estados Unidos de parte de los países en desarrollo.
"Es en este sentido donde Brasil puede apoyar fuertemente el ingreso de la Argentina a los BRICS y, de la misma manera, ayudar a disminuir la fuerza de China y Rusia en el bloque. Argentina es fundamental para esto", dijo Barral, tras comentar que aquí podría radicar una "ayuda" a la Argentina, a través del NDB, el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS.
"Lo preside Dilma Rousseff, tiene capitales y pocos proyectos. Aquí podría haber financiamiento", explicó Barral, y agregó que "no tendría mucho costo para Brasil, como tampoco interceder ante el FMI, donde Brasil tiene crédito".
Lo que evaluó como más complicado es, justamente, el financiamiento vía el BNDES, el banco brasileño de desarrollo. "Esto implica una aprobación presupuestaria vía el Congreso", indicó, descartando la posibilidad de que se active rápidamente debido a la polarización legislativa existente.
Luego, comentó que está vigente el SML, el sistema de pagos en monedas locales. "La última vez que vi cifras del Banco Central, apenas el 3% del comercio bilateral se hacía con esta opción, y la mayoría fueron transacciones de poco monto y por corto plazo", indicó.
Las operaciones de mayor volumen, en cambio, que se mueven en plazos más amplios, se vuelcan al dólar "por un tema de equilibrio de la moneda (dura)", acotó.
El economista Gustavo Segré, socio de Segré & Asociados, explicó que el SML "no se usa porque la posibilidad de exportar en pesos no es atractiva para ningún exportador argentino". Pero el sistema ofrece también "exportar en reales, algo que casi nadie hace y es una pena porque favorecería mucho la exportación argentina", dijo en comunicación desde San Pablo, donde vive.
Segré reconoció que también se podría "importar en reales" pero, "como habría que arbitrar con el dólar -porque no hay cotización directa entre el peso y el real- tampoco le serviría de mucho al importador".
Comercio bilateral sin dólares: cuáles son las complicaciones
El mecanismo se empantana en la práctica de la conciliación diaria que deben hacer los bancos centrales de la Argentina y Brasil, vía sus oficinas en Nueva York. "La oficina brasileña le dice a su contraparte argentina que le debe cancelar el saldo superavitario y, en la operativa, la Argentina tiene que sacar dólares para hacerlo", explicó el economista.
Para Segré, una manera de resolver este problema sería "ampliar el plazo de conciliación, y saldar la diferencia cada 60 días, por ejemplo."De esta manera, Brasil estaría financiando su propio superávit comercial", agregó.
El especialista en comercio también analizó la posibilidad de un préstamo automático, pero la descartó a priori "porque ahí la complicación es la garantía que puede ofrecer la Argentina: los títulos del tesoro no sirven y la otra opción sería el gas", que también descartó por el costo logístico implícito.
"Hay una última posibilidad, que sería un swap como el que se tiene con China. Pero para esto es necesario la autorización del Fondo de Garantías de Exportaciones (en Brasil) y probablemente algún dictámen del Banco Central brasileño, que es realmente autónomo", subrayó Segré, tras concluir que la apuesta por Brasil se mueve más en los tableros de la "ideología y las intenciones" que en los de la práctica real.
La voluntad política de Brasil y el reclamo de los empresarios
Para el economista Dante Sica, ex ministro de la Producción y experto en comercio e inversiones bilaterales, hay tanto una la voluntad política de Brasil de darle una mano a la Argentina como también "un reclamo fuerte de los empresarios brasileños que ven cómo el uso del yuan en el comercio con China es un dólar menos en el comercio con Brasil".
Este desvío del comercio, no obstante, se limita más a los bienes de consumo (calzado, indumentaria) que a los intermedios. Sica ve difícil un reemplazo de autopartes en la industria automotriz por la rigidez tecnológica que implica recurrir a piezas chinas en las líneas productivas complementarias entre Brasil y la Argentina.
"Pero después tenés el problema del riesgo cambiario. ¿Quién se hace cargo de esto? ¿Quién cubre la diferencia cuando haya que cancelar el préstamo tomado?", advirtió el economista respecto del punto que desestabiliza la viabilidad de los mecanismos propuestos.
Este fue el hilo conductor que recorre la historia trunca de un SML que no logró imponerse: la política lo impulsa, pero luego, los técnicos bancarios lo desalientan. Y, nuevamente, surge la independencia del Banco Central brasileño que mira al Tesoro, y le insinúa que se haga cargo él de financiar las exportaciones brasileñas, y no el sistema bancario.
¿Es viable el pago sin dólares y en monedas locales?
A su vez, el director del Centro de Estudios Económicos de OJF, Fausto Spotorno, ponderó que el mecanismo de pago entre monedas locales y el financiamiento brasileño a las importaciones argentinas es "muy viable, pero de corto plazo, y con resultados completamente ridículos".
"En el fondo se trata de préstamos comerciales: por ejemplo, China te habilita el swap para importar sus productos y eso deja una deuda porque la Argentina tiene un déficit con China de más de u$s9.000 millones, con lo que la única forma de conseguir yuanes es pidiendo prestado", indicó.
"Con Brasil -con quien tenemos un déficit de u$s 3000 millones- pasa lo mismo. Además, el resultado es complicado porque se altera la igualdad de acceso al mercado de divisas", indicó en relación con que la posibilidad que se abre de importar desde Brasil no se amplía al resto de los socios comerciales de la Argentina.En la misma línea, Matías Bolis Wilson, economista jefe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, advirtió sobre la complejidad del este sistema.
"¿Los brasileños aceptarían como pago de las importaciones pesos argentinos?. El financiamiento de las importaciones desde Brasil creo que es más viable; sería una forma de deuda externa", agregó.
Por su parte, Claus Noceti, managing director en PwC, con especialización en temas legales, compliance y negocios internacionales, concedió también que la escasa difusión le jugó en contra al SML (que también se extiende a Uruguay y Paraguay).
"En sí es muy positivo y es una lástima que no se haya extendido. Pero un problema serio que tiene es que sufre las mismas restricciones que cualquier otro pago en divisa. Para que funcione bien, idealmente debería existir un flujo de comercio similar y que se eliminen las restricciones", agregó.
Como en cada relanzamiento de las relaciones comerciales, los anuncios de soluciones políticas se traducen en más problemas técnicos y operativos.