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Perspectivas de la Economía Mundial 2023 del FMI: atajar la inflación, proteger la estabilidad financiera y cuidar el aspecto social

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, alertó sobre un pronóstico de crecimiento de la economía mundial más bajo que en los años '90
ECONOMÍA - 08 de Abril, 2023

En el discurso inicial de las reuniones de la Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), que se realizarán ente el 10 y 16 de abril en Washington y a las que asistirá el ministro de Economía, Sergio Massa, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, alertó sobre un pronóstico de crecimiento a mediano plazo de la economía mundial más bajo que en los '90 y muy por debajo del 3,8 % promedio de las últimas dos décadas.

Georgieva adelantó parte del informe de "Perspectivas de la Economía Mundial 2023" que el FMI y el BM darán a conocer el próximo lunes antes de la apertura de las sesiones ordinarias.

"Al estar aquí, en Meridian House, he descubierto el secreto de que, tras subir una gran colina, uno descubre que hay muchas más colinas detrás" destacó Georgieva haciendo alusión a una recordada frase el Premio Nobel de la Paz, el sudafricano Nelson Mandela.

La parábola de las colinas sirvió para introducir los tres problemas que enfrentará el mundo en 2023, a los que Georgieva definió con "Las 3 Colinas" que habrá que escalar.

Luego de realizar un breve repaso de la fuerte recuperación de la economía mundial en 2021 tras la pandemia, Georgieva hizo referencia al duro golpe sobre el mundo que es la guerra entre Rusia y Ucrania y sus negativas consecuencias, señalando que el crecimiento mundial en 2022 se redujo casi a la mitad, pasando del 6,1 % al 3,4 por ciento.

Crecimiento débil para la economía mundial

Como se verá en el nuevo informe "Perspectivas de la Economía Mundial" que se dará a conocer la próxima semana, el crecimiento de la economía mundial sigue siendo débil en comparación con la tendencia histórica, tanto a corto como a mediano plazo.

También destaca que se observan notables diferencias entre los distintos grupos de países y se vislumbra un cierto impulso en las economías emergentes, en especial de Asia. Se prevé que India y China representen la mitad del crecimiento mundial en 2023.

La economía empieza a resentirse en todo el mundo.

El informe describe lo siguiente: "la actividad económica se está desacelerando en Estados Unidos y la zona del euro, donde las tasas más altas de interés repercuten en la demanda. Las proyecciones indican que este año la tasa de crecimiento disminuirá en aproximadamente el 90% de las economías avanzadas".

Con respecto a los países de ingreso bajo destaca: "el aumento del costo de endeudamiento coincide con una disminución en la demanda de sus exportaciones".

Además, se prevé que el crecimiento del ingreso per cápita de esos países se mantenga por debajo del que reciban las economías emergentes, lo cual constituye un duro golpe que disminuye más aún las posibilidades de los países de ingreso bajo de converger con las economías avanzadas.

"Pese a la sorprendente resiliencia de los mercados laborales y del gasto de los hogares en la mayoría de las economías avanzadas, y al impulso de la reapertura de China, prevemos que la economía mundial crecerá por debajo del 3% en 2023" destaca el informe que señala tres prioridades de acción para este año.

Mejora de las previsiones para 2023

Para mejorar las perspectivas de crecimiento a corto y mediano plazo, se indica que "no puede haber crecimiento sólido sin estabilidad de precios, ni tampoco sin estabilidad financiera, dos ámbitos a los que las autoridades tienen que prestar atención actualmente".

El informe señala, además, que se prevé que el crecimiento mundial se mantenga en torno al 3% durante los próximos cinco años, con una proyección a mediano plazo más baja desde 1990, por debajo del promedio del 3,8% de los últimos 20 años.

La inflación no solo afecta a los argentinos.

"Con ello, será aún más difícil reducir la pobreza, curar las cicatrices económicas de la crisis de la COVID-19 y ofrecer nuevas y mejores oportunidades para todos", expresa el trabajo que se presentará el lunes próximo en Washington.

Con respecto a la actividad de los Bancos Centrales, expresa que "aunque los bancos centrales han subido las tasas de interés con la mayor celeridad y sincronización vistas en décadas, la inflación subyacente se ha mantenido en niveles persistentemente elevados, en parte, debido a la escasa oferta de mano de obra en muchos países".

Además agrega que: "la lucha contra la inflación se ha tornado más compleja, debido a las recientes tensiones en el sector bancario de Estados Unidos y Suiza, lo cual nos recuerda cuán difícil es pasar con rapidez de un período prolongado de tasas de interés bajas y abundante liquidez, a otro con tasas mucho más elevadas y menor liquidez".

En relación a este aspecto, destaca que esta situación ha puesto de relieve deficiencias en la gestión del riesgo en algunos bancos y lagunas en la supervisión, pero también ha mostrado los considerables avances del sector bancario desde la crisis financiera mundial de 2008.

Hoy en día, los bancos son, en general, más fuertes y resilientes, y las autoridades han actuado de manera sumamente rápida y amplia en las últimas semanas. No obstante, todavía preocupan las vulnerabilidades que podrían estar ocultas, no solo en los bancos, sino en las instituciones financieras no bancarias; no es el momento de cruzarnos de brazos, advierten.

El futuro de las políticas monetarias

En relación al futuro de la política monetaria, hace referencia a que, en la medida en que las presiones financieras sigan siendo limitadas, se espera que los bancos centrales mantengan el rumbo en la lucha contra la inflación, con una política restrictiva que evite el desanclaje de las expectativas de inflación.

Crisis mundial y malas expectativas sobre la economía.

"Los bancos centrales deben hacer frente a los riesgos de estabilidad financiera, cuando surjan, mediante la inyección adecuada de liquidez. La clave es vigilar cuidadosamente los riesgos bancarios y del sector financiero no bancario, así como las deficiencias de otros sectores como el inmobiliario comercial y deben seguir sirviéndose de las tasas de interés para luchar contra la inflación, al tiempo que utilizan las políticas financieras para garantizar la estabilidad financiera" explica el informe.

Con respecto al punto de vista fiscal, el trabajo describe que: "es fundamental seguir esforzándose por reducir los déficits presupuestarios para apoyar la lucha contra la inflación y crear un margen de maniobra fiscal que permita hacer frente a futuras crisis. Pero estos esfuerzos deben ir acompañados de ayuda a los más vulnerables, en especial los más afectados por la crisis del costo de vida".

En su discurso, Georgieva explicó que: "la adopción de medidas de política monetaria y fiscal firmes y coordinadas en los últimos años ha evitado un resultado mucho peor. Pero con el aumento de las tensiones geopolíticas y los altos niveles de inflación, sigue siendo difícil lograr una recuperación sólida, algo que perjudica las perspectivas de todos, en especial de las personas y los países más vulnerables".

En su explicación, la Directora Gerente del FMI agregó que la historia de los últimos tres años muestra que el mundo escaló una "gran colina" tras otra, y descubrió que detrás hay muchas otras colinas que subir. Primero la COVID-19, luego la invasión rusa de Ucrania y la inflación, y una crisis del costo de vida que ha afectado a todo el mundo.

Consecuencias a largo plazo para el crecimiento mundial

Según el trabajo del FMI, el costo a largo plazo de la fragmentación comercial podría ser del 7% del PIB mundial, lo cual equivaldría más o menos al producto anual combinado de Alemania y Japón. Si a ello se le suma el desacoplamiento tecnológico, algunos países podrían registrar pérdidas de hasta un 12% del PIB. Y la fragmentación de los flujos de capital, incluida la inversión extranjera directa, sería otro golpe para las perspectivas de crecimiento mundial. Puede ser difícil cuantificar la suma de las pérdidas de todos los canales, pero no hay duda de que van en la dirección equivocada.

El trabajo señala que la diversificación de las cadenas de suministro puede reducir a la mitad las posibles pérdidas económicas por perturbaciones en el suministro y qué hay que promover la solidaridad para reducir las disparidades en todo el mundo.

En ese aspecto, describe que desde el inicio de la pandemia de COVID-19, el FMI ha proporcionado casi u$s300.000 millones en financiamiento nuevo para 96 países, y además, los países miembros concretaron una asignación histórica de derechos especiales de giro (DEG) de u$s650.000 millones, con el objetivo de aumentar las reservas de esos países miembros

En cuanto a la ayuda financiera, destaca que se ha brindado apoyo a los países vulnerables de ingreso mediano, en particular mediante el aumento temporal de los montos que los miembros pueden tomar prestado del FMI que a otorgado nuevos financiamientos a países como Sri Lanka y Ucrania, pero llama la atención que no cite a la Argentina que el año pasado logró un refinanciamiento de su deuda de 45.000 millones de dólares.

En relación al endeudamiento, el trabajo describe que: "alrededor de un 15% de los países de ingreso bajo ya se encuentra en una situación crítica por sobreendeudamiento, y un 45% se enfrenta a una elevada vulnerabilidad derivada de la deuda y aproximadamente una cuarta parte de las economías emergentes corre riesgo de sobreendeudamiento con probabilidades de caer en incumplimiento".

Al respecto, agrega que esto ha aumentado la preocupación por una posible ola de solicitudes de reestructuración de la deuda, y por cómo gestionarlas en un momento en el que los casos de reestructuración se enfrentan a costosos retrasos, Zambia es el ejemplo más reciente de ello.

Para ayudar a abordar este problema, el FMI, el Banco Mundial e India, a cargo de la presidencia del G20, iniciaron recientemente una Mesa Redonda Mundial sobre Deuda Soberana. Esta iniciativa reúne a acreedores públicos y privados, así como prestatarios, para alcanzar un consenso sobre normas y procesos, de modo que podamos acelerar los procesos de reestructuración, en particular en el Marco Común del G20.

"Para apoyarlos, hemos cuadriplicado nuestros préstamos sin intereses, de los que hemos proporcionado u$s24.000 millones desde el comienzo de la pandemia. Hoy, pedimos urgentemente a nuestros miembros más ricos que ayuden a solventar las deficiencias de recursos de nuestro Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza" destaca el último párrafo del informe "Perspectivas de la Economía Mundial" que se presenta el lunes próximo en Washington en el inicio de las reuniones que finalizarán en próximo 16 de abril.

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